Usina
La
usina 240Mw de Río Turbio es otra “perla de campaña”.
Lo
fue desde que Néstor tiró el proyecto al ruedo, allá por el 2009.
En
todas y cada una de las campañas fue usado para mostrarle “al pueblo y a la
gente”, el avance en “la matriz energética nacional” y “la solución de los
problemas energéticos de la provincia”.
Fue
materia de campaña de Cristina, Peralta, Alicia y Alberto. Nunca cumplieron
nada.
La
obra nunca estuvo en condiciones ni siquiera de aguantar una “inauguración
trucha”, como la realizada por Cristina Fernández en el 2015.
Durante
los 4 años de Macri ni siquiera se preocuparon por activar la obra.
Lo construido allí sufrió el paso del tiempo y cientos de millones de dólares siguen inertes, rehenes de la corrupción, la inoperancia y la mentira.
La “reactivación de los trabajos”, tal como lo presentan las actuales autoridades, responde a la urgencia de abrir los negocios, tal como viene ocurriendo desde hace algunos meses y la facturación descontrolada que sigue engordando bolsillos y acumulando fondos para campañas políticas de los mismos de siempre.
El
discurso que vierten en medios de “la cadena del ánimo y la alegría” (ergo:
oficialistas) va en sentido de abonar las mentiras de siempre, vendiendo ahora
la “esperanza” de que “con la vuelta de los mismos”, vamos a lograr cosas
distintas.
La proyección indica que cuando llegue el 2023, todo va a seguir igual, con algún maquillaje de oportunidad, algún “avance” para la vista pública y en beneficio de la campaña a la presidencia, pero la obra en si, el corazón del proyecto, que es la generación de energía a cabrón, estará como hoy, muy lejos de la realidad.
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