Lea antes de “ofenderse”, hábito que también nos caracteriza.
Estamos transitando ya el Siglo XXI, ese que tanto Ud. como yo, imaginábamos inalcanzable.
Pero... ¿vió?; lo alcanzamos.
¿El mérito?...
Ninguno... ambos lo sabemos.
No nos tocó estar en Malvinas, no fuimos parte de un accidente fatal; no padecimos de ninguna enfermedad terminal; no fuimos víctimas de la mano criminal, etc., etc.
En definitiva, tanto Ud. como yo, hemos sido dos afortunados en materia de supervivencia. Solo eso. Sería demasiado hipócrita el no reconocerlo.
En materia de vida y dignidad, en cambio, dos tremendos fracasados.
Y el fracaso, tiene en este caso mucho que ver con la supervivencia.
¿Qué puedo decirle o endilgarle a un muerto?
Absolutamente nada.
Por otra parte, y en nuestro país, no existe muerto al que no se redima de todos sus pecados.
¡Ya sé que mal se puede hablar de existencia ante la muerte!...
Tómele entonces al muerto del que se acordó, como simple “cosa”; porque en realidad, no es otra cosa que eso.
¿Le compliqué demasiado la existencia con la aclaración?.
Me dice que sí.
- Gracias, fue mi intención.
Y el fracaso, tiene que ver con la frustración; el obtener un resultado adverso o si prefiere, no llegar a buen fin o al fin deseado.
Pero, ¿por qué Ud. y yo somos dos frustrados?
Simplemente porque poco y nada hicimos por no serlos.
¡Pero sí!; seguramente hemos contado con la inestimable colaboración de muchos a quienes conferimos la máxima distinción a la que puede aspirar cualquiera ciudadano de cualquiera país.
Pero cuando menos convenga conmigo, que cuando se ha tratado o se trata de “sostener” a un bien inspirado, le dejamos a merced de esos históricos grupos desestabilizadores, que evidentemente hacen de ello su modo y medio de una vida que interpretan de manera muy particular.
De esos mal paridos, permanentemente empeñados en convertir su vida y la mía en un verdadero calvario.
Esos que son capaces hasta de “hacer la pata ancha” en esa Plaza Histórica que debería ser la "Plaza de todos" y sobre la que solo se permite poner un pié, todo aquel laburante que no tiene más alternativa que “cruzar la calle” o el “jubilado distraído” que va a darles de comer a las palomas.
¡Penoso lo nuestro!, ¿o me lo va a negar?
¡Y sí; por supuesto que nos falta coraje!; el mismo que nos sobra para dar rienda suelta a nuestra impotencia, puteando o arrojando algún objeto contundente a un referí o jugador de fútbol, cuando asistimos a algún estadio para ver al equipo de nuestros amores.
Y lo hacemos amparados en el anonimato que nos concede “el estar mezclados entre una multitud”
¡Nos falta coraje y nos sobra la cotidiana “parafernalia” de la queja o la enjundia solapada.
¡Deberíamos salir todos a la calle!, es el latiguillo que utilizamos con mayor frecuencia.
¡Eso sí!; que sea otro el primero en hacerlo y luego veré si lo sigo.
¡Penoso lo nuestro!, tanto o más penoso que el presente y el futuro que brindamos a nuestros hijos, los mismos a quienes “¡no permitiré que alguien me toque”.
¡Hipócritas somos!; tan bestialmente hipócritas, como bestiales son esos mal paridos.
¿Sabe en definitiva cual es la gran diferencia?.
¡Si lo sabe, así no lo admita!.
Ellos son bestiales por acción y nosotros por omisión.
Y la omisión, esa abstención de decir o hacer algo, nos convierte en una suerte de “androides” que siquiera merecen la menor consideración.
Porque imagino que habrá advertido que no se nos dispensa la menor consideración.
De otro modo,¡dígame de que carajo se queja!.
No creo necesario citarle algunos ejemplos...
Los ejemplos los tiene tan a la vista y la desconsideración como los tengo yo.
¡Ah!…, Ud. me dice que es un verdadero demócrata y que ha elegido a quienes le representen.
¡Fantástico!; verdaderamente loable lo suyo.
Pero, dígame una sola cosa; ¿qué hace Ud. cuando a esos funcionarios que le representan, los van a “apretar” las bestias humanas a las que tanto teme?.
- ¡No me lo diga; no es necesario...
NO HACE NADA... le falta ¡coraje! para salir a apoyarles.
¡Qué se las arreglen y que le arreglen todos sus problemas...
Ud. ya cumplió al concederles el voto de la obligación!.
¡Ese fue el mayor esfuerzo que tanto Ud. como yo realizamos; ir una vez cada tanto a VOTAR... y lo hacemos porque estamos “obligados”
De otra manera, ni Ud. ni yo sabríamos que “forma tiene una urna”.
¡Por supuesto que también veo a esos viejos que, liberados de semejante obligación, de todas maneras y aun con asistencia, pretenden hacer valer su voluntad.
¡Dígame una cosa entonces!...¿acaso pretende que también sean los que vayan a poner la cara por Ud?.
¡Le aclaro por si no lo advirtió, que le estoy “pegando” y ME estoy pegando...
Somos prácticamente iguales...
¡La única diferencia consiste en que Ud. siquiera es capaz de decirlo o admitirlo... solo eso!.
¡Seguramente Ud. le dá a sus hijos, clases magistrales de Argentinidad y patriotismo!. ¿Por qué no se deja de mentirles y mentirse?.
Le aseguro que de esa manera solo va a conseguir “empaquetar” a sus hijos...¡como preparándoles para ser los nuevos EMPAQUETADOS.
¡Quédese tranquilo!, de todas maneras lo van a recordar con cariño, porque...
¿Tiene asumido que algún día y no obstante le falte coraje se va a morir, verdad?
Ricardo Jorge Pareja / parejaricardo@hotmail.com
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 4 semanas
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