"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 15 de mayo de 2010

Brasil - A mitad del camino...


Entre los malos hábitos de Brasil está la ilusión permanente de creer que es posible convivir, sin mayores prejuicios, con la combinación que ha vivido hasta hoy- una jalea general que mezcla la incompetencia de la máquina pública en la ejecución de sus deberes, la indiferencia de un electorado sin interés, paciencia o información para acompañar lo que los políticos hacen con su dinero y los vicios de un sistema que está entre los peores del mundo.

El sentimiento de la mayoría es que no compensa calentarse la cabeza con ese valle de lágrimas, cuando día a día tiene asuntos más urgentes que resolver para el ciudadano.

Pero, el poco caso a la realidad, infelizmente, siempre cobra un precio alto.
No se trata de una cobranza que va quedar para el futuro, como frecuentemente se imagina. El precio ya está siendo pagado hace mucho tiempo, y tiende a estar cada vez más alto. Basta ver todo lo que Brasil hoy necesita con urgencia, y no tiene – y todo lo que tiene de sobra y no precisa…

Hay un bocado de esperanza, delante de los avances reales que el país ha hecho.
De que, con perseverancia y paciencia y una actitud mental afirmativa, da para ir tocando las cosas:
. Un día, allá al frente, el grueso de los problemas estará resuelto.

Existen hechos de sobra para demostrar que Brasil, en este momento, está mucho mejor de lo que fue en cualquier otra época del pasado.
Está mejor en cuestiones esenciales, no en apariencia, y está mejor de verdad no por lo que dice la propaganda del gobierno – aunque buena parte de ese progreso no fue hecha por las autoridades constituidas, muy a pesar de ellas.
El problema es otro.

. Podemos tener crecimiento del 6% anual, reservas de 250 billones de dólares y más una promoción rating de las agencias internacionales que evalúan nuestra capacidad de pagar deudas.
. Podemos entregar, como acaba de ocurrir, 25 millones de declaraciones de rentas a la Recaudación Federal.
. Podemos afirmarnos como la séptima u octava economía del mundo.
. Podemos tener y ser una porción más de cosas, pero vamos a continuar siendo un país subdesarrollado mientras se mantenga esa situación de que tan poca gente de la población brasileña, tiene acceso real a una vida efectivamente mejor.

Basta pensar durante cinco minutos sobre ciertas realidades para constatar el disparate que es, considerar a Brasil un país exitoso, cuando el 50% de la población no tiene red cloacal, por ejemplo- y principalmente, cuando una calamidad de ese tamaño es tratada con la mayor naturalidad del mundo por el otro 50%, en especial, por los que tienen la obligación de resolver el problema.

El asunto, en realidad, es visto con una tremenda chatura.

Ni se podría, si, ser diferente, cuando se verifica que todavía no apareció, en toda la historia política de Brasil, un único hombre público bien exitoso, que haya elegido como prioridad en su carrera la lucha por la instalación de las redes cloacales.
Sólo un débil mental sería capaz de actuar así, por la sabiduría política en vigor, obra que no se ve es obra que no existe. Estamos avanzando, es claro.

En 510 años ya se consiguió llegar a la mitad del camino...
Un día, si Dios quiere, todos estarán atendidos.
Pero la única pregunta que interesa, en esa y en otras cuestiones del mis tipo es: ¿cuándo?
Para casi 100 millones de brasileños que no tienen red cloacal, hace toda la diferencia.

No se trata de una cuestión aislada.
Recientemente, en un artículo que escribió para la revistas “Veja”, el profesor Gustavo Ioschpe observó que solo el 25 % de la población brasileña alfabetizada está en condiciones de entender un texto como aquel.
No había, allí, ningún punto de trigonometría avanzada.

Era sólo una página de revista, escrita en portugués corriente y que deberían ser accesibles a todos los que completaron los primeros ocho años del nivel primario de escuela.
Es una excelente noticia para los políticos, para comenzar por lo menos, los que están mandando actualmente- que viven elogiándose, y el pueblo no lee nada de lo que la prensa escribe y, por lo tanto, las críticas que reciben no tienen efecto ninguno.
Pero, para el 75% que no consigue entender el artículo del profesor Ioschpe, esa situación es un desastre.

Es para ellos que están reservados, en el Brasil que crece al 6% y tiene “un grado de inversión”, los empleos con trabajos más pesados, los peores salarios y, en vez de carreras profesionales, ocupaciones sin futuro alguno- eso cuando consiguen empleo, en un mercado en que compiten en desventaja cada vez mayor.

Da para ir llevándolo así, es claro.

Pero, como informa el artículo que tan pocos brasileños pueden leer, no existe ningún país desarrollado en el mundo con el abismo social de Brasil.

J.R. GUZZO

Traducido del portugués de la revista “Veja” del 12 de mayo de 2010
Edición 2164 – Año 43 – No 19, por joselito 36

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