Susana Reinoso - Venezuela
Fuente: ABC.es
El Año Viejo termina con cifras y noticias escandalosas en Venezuela.
El presidente Hugo Chávez asfixia a la democracia venezolana poniendo a la Asamblea Nacional frente a las puertas de su próxima desintegración.
Por lo menos, a la que asumirá en 2012 cuando se convoquen nuevas elecciones presidenciales.
Con el polémico paquete de reformas legislativas aprobadas a su favor, Chávez le dice al mundo: "Venezuela soy yo".
Lo primero, entonces, es expresar solidaridad con la amplia franja del pueblo venezolano que no comparte su modelo de gobierno y que padece la estigmatizante condición de ser señalado como opositor, peligrosísima por sus derivaciones.
Amparado en la ampliación de sus poderes especiales por un año y medio, con la excusa de de atender la emergencia derivada de la catástrofe pluvial en su país, que dejó más de 100.000 perjudicados y casi 50 muertos, Chávez se prueba el traje que en verdad desearía tener: el de emperador, y hace avanzar a su socialismo demagógico contra viento y marea.
Chávez acaba de hacerse un gran regalo de Navidad.
En Venezuela llaman "el paquetazo cubano" a las leyes aprobadas "entre gallos y medianoche", como ha pasado varias veces en la siempre vapuleada democracia argentina, v tanto en los gobiernos de Carlos Menem como los de Néstor Kirchner y la actual presidenta Cristina Kirchner.
Entre las normas más polémicas están las reformas a la Ley de Responsabilidad en Radio y Televisión, con la que Chávez espera poder alinear aún más a la prensa no adicta, y la de Telecomunicaciones, que pasó a ser un servicio público controlado por Chávez.
Los más audaces se atreven a comparar la nueva embestida chavista con la que Hitler llevó a cabo en marzo de 1933 contra el Reichstag.
Pero lo más curioso con Chávez es que en el paquetazo cubano no se menciona ni una vez a los miles de asesinados por la inseguridad.
Sólo en Caracas, según las estadísticas publicadas por la prensa venezolana, los muertos por la violencia urbana alcanzaron 2061 personas en 50 fines de semana de 2010. Sin contar los muertos de lunes a viernes, eso significa que 41 seres humanos murieron violentamente cada fin de semana de este año. En su mayoría, niños, mujeres y adolescentes. El dato incluye a los asesinados, los muertos en accidentes de tránsito y los suicidios.
Este año, una de las fotos que denuncia el aumento desmedido de la violencia en Venezuela, que debería integrar una lista de las más escalofriantes de la década, exhibía los cadáveres amontonados de la violencia urbana en Caracas, amontonados en una morgue que no da abasto para atender tantas víctimas.
Chávez, por supuesto, propuso metafóricamente "matar al mensajero" con su amenaza de censura al diario El Nacional que publicó la imagen en portada.
En la primera década del nuevo siglo, Venezuela se ha convertido en el país más violento de América latina, según dijo el criminólogo Fermín Mármol García a un diario venezolano.
Las cifras son escalofriantes.
En 2009 la cifra de asesinados, avalada por el Instituto Nacional de Estadísticas, fue de 19.133 personas frente a las 14.589 de 2008.
Cada diez minutos, una persona es víctima de la violencia urbana.
Y se prevé que el dato de 2010 crezca por encima de los 20.000 muertos.
Con estas estadísticas pavorosas no se entiende por qué razón Chávez no activó más reformas en las leyes de seguridad si, como proclama en todos los púlpitos que lo tienen como orador, su socialismo es para mejorar la calidad de vida del pueblo bolivariano.
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