Nada de preguntar a los compromisarios, que sólo sirven para darle en el cogote al malo de Laporta
PILAR RAHOLA
Cada día más contentos, amedida que conocemos detalles.
Ahora ya sabemos, gracias al inmenso periodista Dagoberto Escorcia, cómo será la camiseta multilogo que lucirán los jugadores.
Nada de arbolitos bucólicos que dificultaban la propaganda de los nuevos amos del Barça, esos que han comprado su alma por unos millones de petroeuros.
No, el logo, bien clarito: Qatar Foundation.
Y nada de compartir su marca con la tontería de Unicef, que sólo cotiza en el mercado de la bondad, ese que no da dividendos.
Unicef a la espalda, y desaparecida en los combates de la Champions, que la gente seria no está para la debilidad de los valores universales.
La pela es la pela, y si la pela viene de una dictadura de las buenas, esas que, según las palabras del señor Faus, son medio dictaduras –lo cual es como estar medio embarazado–, pues a cobrar, que son dos días.
Así que lo del més que un club lo dejamos para las viejas postales de Navidad, e inauguramos el nuevo espíritu draconiano de los yuppies, que más que un club lo que quieren es un club instalado en algún cinco estrellas, con oro en el váter, de los que hay en Doha.
Por eso se han convertido en agentes turísticos de Qatar, tanto, que yo cobraría comisión aparte para el Barça, que nadie había vendido tanto las bondades de tamaño paraíso.
Con un poco de suerte, ahora que Sandro Rosell no habla para los medios catalanes –silencio hasta Navidad– pero da entrevistas a Al Yazira, el president será candidato al premio que da la Fundación de Qatar.
Es un prestigioso premio que lleva el nombre del jeque Al Qaradaui, ese tipo que cree que Hitler fue una bendición divina, que está a favor de dar palizas a las mujeres y que enviaría a los homosexuales al paredón. O al piedradón, que estos lo resuelvan con piedras.
En el currículum de Sandro Rossell quedaría muy bien.
De hecho, si le queda bien al Barça lucir el logo de una fundación y un país que ha comprado su voluntad sin mover un ápice sus ideas contrarias a la libertad, ¿por qué no le quedaría bien a Rosell unir su nombre al del jeque?
Y estos de Qatar seguro que pagan favores, primero, porque les sobra el dinero, y segundo, porque nadie había hecho tanto por blanquear la imagen de su dictadura.
Por supuesto, nada de preguntar a los compromisarios, que sólo sirven para darle en el cogote al malo de Laporta.
Claro que si lo hubieran hecho, alguien les habría dicho que la camiseta del Barça vale un Perú y que cualquiera hubiera pagado millones.
¡Qué pregunta delicada!
Porque la cuestión no es lo que pagan los de Qatar, que muchos pagarían.
La cuestión es lo que son.
Y en eso, señor Faus, no hay medios embarazos.
Hay una dura realidad de derechos destruidos, inmigrantes explotados, mujeres despreciadas y, en definitiva, la marca a fuego de una inaceptable dictadura.
¿Qué diferencia hay con Birmania o Corea?
Ah, claro, los petroeuros...
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