Damián Ruiz / El Manifiesto.com
Mi señora esposa tiene la costumbre, entre entrañable y naif, de escribir cada Nochevieja unos papelitos con una serie de predicciones para el año que comienza.
Una vez redactados los enrolla con un lacito, y después de las uvas, cada uno de los reunidos, normalmente amigos y quizás algún familiar, elige al azar su “suerte”.
Todo el mundo coincide año tras año en que se ajustó bastante a la realidad de lo que le aconteció.
También es cierto que su tendencia benevolente le impide ser excesivamente negativa, de tal modo que los rollitos más pesimistas son meras amonestaciones sobre aquello que uno debería tratar de mejorar.
Dicho esto, y para emular la costumbre de mi compañera, hoy he decido escribir mis predicciones para la próxima década. Quizás seré menos lisonjero, incluso hasta un punto crudo. (Y eso que lo hago mientras escucho a Charles Trenet cantar “Coin de rue”)
NACIÓN
El concepto de nación, desde el punto de vista político, social e identitario, irá desapareciendo progresivamente a medida que avanza la globalización y el multiculturalismo. Las fronteras irán abriéndose y organismos supranacionales controlarán cada vez más las decisiones que nos afecten a todos.
CLASES SOCIALES
Derivado de la progresiva desaparición de las comunidades unidas por una identidad cultural y una tradición, la solidaridad menguará (al diluirse la idea de pertenencia) y aquellos que por falta de conocimientos específicos o que no hayan conseguido reciclarse adecuadamente a las demandas del mercado pasarán a engrosar una clase social “quasi” marginal que será sostenida, bajo mínimos, por los Estados para que no se produzca una revolución que altere el orden económico.
REDUCCIÓN DRÁSTICA DEL ESTADO DEL BIENESTAR SOCIAL
El desarrollo de naciones emergentes, los BRIC (Brasil, Rusia, India y China), permitirá, ya lo está haciendo, que el gran capital se traslade a zonas del planeta con mano de obra cualificada y mucho más barata, y, de momento, poco exigente en cuanto a derechos sociales y laborales. Esto supondrá para todo Occidente una gran dificultad en cuanto a competitividad industrial, ya que no podrá ofrecer los productos a un precio tan bajo como el de otros países, debido al gran coste económico derivado de los múltiples impuestos y cargas que se suman al coste real del producto. Además las nuevas clases medias de los países emergentes comenzarán a ser grandes consumidores de los “gadgets” y artilugios de los que aquí “gozamos” ya hace años, lo cual favorecerá la ubicación de nuevas y viejas multinacionales en dichas zonas.
MORAL Y ÉTICA SOCIAL
El derecho al aborto será cada vez más extendido, la homosexualidad se irá equiparando a la heterosexualidad en todos los ámbitos legales y la equidad hombre-mujer será regulada también legalmente, cada vez con mayor énfasis, en todos los países desarrollados.
El derecho a la libertad religiosa, que implique la posibilidad de construcción de centros de culto en cualquier territorio de los países, así como el respeto a las personas sea cual sea su raza o religión, serán también legislados, impidiendo, en los países occidentales, manifestar cualquier crítica a un grupo social o religioso.
Serán “castigados” legalmente aquellos que se opongan a estas nuevas realidades.
RELIGIÓN
El cristianismo irá perdiendo fuerza a medida que avanza el Islam entre las clases populares, y el budismo y otras filosofías orientales entres las clases medias formadas.
TENSIONES SOCIALES
Aparte de aquellos sectores, amplios, que por escasa preparación, o por preparación inadecuada a las demandas sociales, han quedado fuera del mercado laboral, y que deberán ser nutridos por el Estado, es probable que se generen dos focos de tensión que pueden alcanzar grados peligrosos: por una parte el islamismo radical (que no desea asimilarse en la sociedad europea sino transformarla), es decir el yihaidismo, y por otra el identitarismo nacional extremista (que desea expulsar o combatir la presencia de extranjeros de otras culturas). Los medios de comunicación, al servicio de los poderes económicos, convertirán a ambos extremos en enemigos de la democracia y de la libertad. Estas dos posiciones se retroalimentarán y dependerá su mayor o menor incidencia, de la situación económica del momento.
TECNOLOGÍA Y CIENCIA
Al vivir en una sociedad prometeica en la cual la ciencia, una perspectiva filosófica más para quien esto escribe, acompañada de su hermana práctica, la tecnología, son tratadas como las grandes diosas contemporáneas, todo se hará por y para su adoración. Es decir, todo deberá pasar por el rasero científico y dicha percepción de la realidad impregnará progresivamente todos y cada uno de los actos y movimientos de los seres humanos, ya sea a nivel social o individual.
Todo acabará teniendo que ajustarse al criterio científico para ser validado, que si me permiten, es lo mismo, que si tuviera que ajustarse al criterio platónico o kantiano, o al gusto del César en su época, o al de la Santa Inquisición.
RELACIONES DE PAREJA
Las relaciones de pareja no serán duraderas para toda la vida pero en lugar de vivir las separaciones como tragedias griegas, la gente irá evolucionando y asumirá criterios cada vez más racionales, tanto en el momento de poner fin a una pareja como en la continuidad amistosa de la relación.
LOS HIJOS
Tener hijos será una decisión cada vez más racional, abortando si el momento no es oportuno, y escogiendo su género. En cuanto a la crianza, el hecho de que las generaciones que viene ya estarán colmadas de padres con rasgos narcisistas, tendrán dos componentes básicos: la proyección de la propia autoestima en el éxito del hijo, lo cual implicará sus múltiples actividades, y cierta distancia emocional respecto a ellos ya que se les contemplará como estorbos para sus propias necesidades personales, ya saben, nuevos amoríos y romances, o diversiones grupales perennemente juveniles.
EUROPA
Europa se irá preparando para un desarrollo de producción altamente cualitativa que requiera mano de obra especializada y para convertirse en un parque temático cultural y atraer a los miles, millones de turistas, de las nuevas zonas emergentes.
Su dependencia energética del petróleo árabe y de la economía china, así como la progresiva debilidad norteamericana en todos los ámbitos, inaugurada magistralmente por su presidente actual, harán obligatoria una multiculturalidad permisiva y tolerante. Los europeos, a día de hoy, no tienen “sangre” ni para defender su identidad ni para independizarse energéticamente, mediante la construcción de centrales nucleares, ni para expandirse internacionalmente a todos los niveles, cultural, militar (no de forma agresiva) y políticamente. Desde que los Estados europeos se convirtieron en guarderías sociales y en enemigos de su tradición, no han hecho más que mermar las posibilidades del continente, por lo tanto, poco es ya lo que se puede hacer más que vestirse con trajes regionales y amenizar el paso de visitantes que visitan este arcaico y caduco territorio.
Por otra parte Europa seguirá empeñada en aliarse con los USA, cuando ellos caminan raudos y veloces, hacia la pérdida de los principios que los convirtieron en una gran nación, más le valdría girar la cara hacia el este y encontrar en Rusia y China sus principales aliados.
ZAPATERO
Zapatero se irá después de haber dejado España como un trapo, pero vendrán otros como él, y no solo en nuestro país sino en los de nuestra área cultural, y seguirán políticas similares.
Y todo eso ¿por qué?
Porque son hijos de la abundancia, mimados e incapaces de entender que el mundo no tiende al equilibrio ni a la perfección sino a la cíclica caída y auge de las civilizaciones.
Y cuando una se merma en pos del supuesto bienestar mundial, otras aprovechan para surgir con toda su fuerza.
Feliz año nuevo a todos.
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