"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 28 de mayo de 2011

El hombre que está solo

Por Eduardo Linares* para el Informador Público

“Scalabrini Ortiz está enfermo y en medio del progreso de su mal físico, su espíritu libra dos combates: para sobreponerse al mal y para sobreponerse a la desolación que le ha causado el rumbo tomado por el gobierno nacional (….) que él considera equivocado.

Hoy, desde este espacio, rescatamos a Scalabrini Ortiz para la argentinidad (…)
Es del pueblo argentino y no será juzgado políticamente por grupos que siempre necesitan -para tapar sus faltas de conducta- de voces que se caracterizan por su lucha contra el imperialismo.

Si bien Scalabrini Ortiz luchó años y años contra las trampas del imperialismo británico, no fue por ello partidario de otras fuerzas extranjeras de penetración en Latinoamérica.
Si Scalabrini pudiera hoy proseguir su combate estamos seguros que volvería a marcar a fuego a los que pactan con el enemigo (…)
Raúl Scalabrini Ortiz tiene -aun en su lecho de enfermo- la hidalguía y la soberbia de nuestras montoneras, la pasión de Moreno, la dignidad altiva de Monteagudo, la intransigencia de Facundo, la patriarcalidad de Peñaloza, la ambición del General Roca para construir un Estado moderno (….)
Y el sentido indoamericano de Irigoyen.
En su lecho de enfermo puede estar tranquilo Scalabrini Ortiz.
El guerrero no está solo.
Nuevas montoneras cabalgan hacia el porvenir” (Vida de Scalabrini Ortiz, Norberto Galasso, pág. 468).

Este fragmento del libro de Galasso, continúa con una reflexión del historiador sobre la índole política del mismo, ubicando al periodista que lo había proferido por Radio Splendid, en abril de 1959, como un simpatizante de la izquierda nacional, ni nacionalista, ni peronista, pensamiento, que, según Galasso, confluiría luego en el socialismo nacional, sí, en Montoneros.

Ese periodista, mi padre, José Linares Benegas, si hay algo que no fue es de izquierda.
Sí nacionalista y peronista.
Desde la militancia, en los 70, éramos entonces muy amigos de la familia Bettanin            .
Alfredo Bettanin, genial dibujante de las tapas de Primera Plana, publicista y dramaturgo, cineasta, había trabajado junto con mi padre en el libro de cine “Zamba de Vargas”, libro de mi padre, sobre la batalla de Pozo de Vargas en donde las fuerzas de Mitre al mando de Antonino Taboada derrotan al último montonero, Felipe Varela.

El libro de Galasso se publicaba justamente en setiembre de 1970, a meses del asesinato de Aramburu, con prólogo, justamente, de Abelardo Ramos.
Tiempo más tarde, Galasso, siempre llevando agua para su molino, adjudicaría a Scalabrini Ortiz una calidad de marxista tirada de los pelos, con el supuesto encuentro con Hernández Arregui en un viaje en tren, proponiéndole la creación del “comunismo nacional”, encuentro nunca desmentido por don Raúl, que a la sazón ya estaba muerto.

Mi padre le había advertido entonces a Leonardo Bettanin, hijo mayor de Alfredo, que el plan de Montoneros, desafiar el Ejército Argentino, era demencial, sólo podía conducir a una catástrofe...
Claro que la soberbia de ese pendejo imberbe (era sin pelos en serio) con anteojos de culo de botella que era Leonardo, hizo que lo descalificara y tildara de “cobarde”
El fin del relato, la tragedia, es por todos conocida.

El único vínculo que mi padre tuvo con la izquierda nacional fue con Jorge Abelardo Ramos, con quien fue dueño de la primera Universidad de Periodismo que se fundó en la Argentina, emprendimiento del cual resultó perdidoso por unos malabares financieros del fundador del FIP, que lo estafó.
Al día siguiente de defender a Scalabrini, según Galasso, fue el único que lo hizo públicamente, el personal de seguridad de Radio Splendid le impedía el ingreso a su trabajo...
Era despedido sin previo aviso ni ocho cuartos.
De una patada a la calle.

Esa parte de la historia no la conoce el historiador ni nadie más que su familia y amigos, mucho menos la conocen los familiares de pensador nacional, la militancia.
No la conocen, por ende, ni Jorge Scalabrini Ortiz ni Martín García.

Copio y pego…
- “Cumpa: Este lunes parece que va a ser mágico.
Viene a compartir el pan con nosotros, el hijo de Raúl Scalabrini Ortiz, el gran pensador estratégico que analizó nuestra dependencia residual del Proyecto del 80 con Inglaterra.
Se trata de Jorge Scalabrini Ortiz, un catedrático y escritor peronista, nada menos que el heredero del Gran Raúl Scalabrini Ortiz.
El hijo del Gran Raúl va a hablarnos de dos cosas muy importantes para los compañeros y compañeras:

. En primer lugar, de su padre.
. Su padre en la intimidad, en el rebote familiar, en la lucha, en la gloria, con Perón, con los ingleses
  discutiendo la nacionalización de los FFCC y en la calle.

Por el otro lado, Jorge Scalabrini nos hablará de los logros energéticos, económicos y tecnológicos del gobierno de Néstor y Cristina.
Está muy orgulloso de ellos en esta etapa...

Doctor en Geología e ingeniero en Petróleo graduado en la Universidad de Buenos Aires, y Master en Economía de la Energía de la Facultad de Economía de la Universidad de Grenoble, en Francia.
A lo largo de la vida, Jorge Scalabrini se ha desempeñado como geólogo de exploración de YPF...

La tradicional comida de los lunes está compuesta por una entrada, un plato principal, postre y café y de bebidas (en canilla libre) agua, gaseosas y vino El Justicialista, de la familia Ditch (que estará presente)
El precio del cubierto es de $58, con todo incluido (inclusive la propina)
Un Scalabrini Ortiz auténtico para saber más del gran maestro y recibir letra en los temas claves de la ciencia, la tecnología y la energía en el marco del actual modelo de país, más parecido a la Argentina Año Verde. Una pieza única, imperdible. Te esperamos”

El “cumpa” que invita es Martín García, “periodista militante”, inventor de la agrupación Oesterheld y actual director de Télam, la agencia estatal de noticias, ex montonero, famoso por haber entregado a su mujer a los represores a cambio de su sobrevida y ser padre de un animador televisivo de un programa de chismes.
Antes de asumir la dirección de Télam, era un ñoqui del Senado, asesor ad hoc, echado por la Senadora por La Rioja por inútil y vago.

Y sigo hablando entonces de petróleo, ya que Jorge Scalabrini Ortiz es ingeniero en petróleo, ha trabajado en YPF y ha sido asesor del Senado de la Nación en la comisión de Energía y Combustibles, y, según Martín García, “periodista militante”, está muy orgulloso de los “logros económicos, energéticos y tecnológicos” del gobierno de Néstor y Cristina.
Claro que no reservé mi cubierto para el “lunes mágico”, no sin antes putear de la peor forma a MG y a JSO, recordándoles la entrega del petróleo y la minería argentinos por parte de Carlos S. Menen y la siniestra pareja de Néstor y Cristina, gerentes regionales de la minería anglosajona en nuestra tierras, insultos que sin duda no les han llegado.

Aclaro, dicho sea de paso, que esa semana tuve el placer de compartir cena con un par de amigos y un compañero que trabaja en Télam...
Tomamos el vino de la “Familia Ditch” que promociona MG, “El Justicialista”, un brebaje con tapa a rosca, “nacional y popular”, menjunge de cuatro cepas, un mamarracho el vino, al insoportable y nada popular precio de veinte mangos.
Ahí le conté al amigo laburante de Télam que iba a escribir esta nota sobre MG, lo cual lo hizo sonreír y aclarar que Martín era un peronista, “o sea un pillo”
Como yo había comprado el vino, por pura curiosidad, el compañero de Télam estaba convencido que yo también era “otro pillo”.
Error.

Y como quiero hablar de petróleo y de don Raúl Scalabrini Ortiz, voy a hablar de YPF y de vuelta de mi padre, Pepe Linares...
El cual siendo gerente de comunicaciones, -prensa y propaganda- de la empresa estatal del petróleo argentino –privatizada por Carlos Saúl Menem, Domingo Cavallo, más Néstor, Cristina y Parrilli en 1992-, en el año 1970, luego de que la inteligencia militar de Lanusse creara Montoneros y fuera asesinado el Gral. Aramburu, al asumir el 18 de junio el Gral. Levingston la presidencia de la “Revolución Argentina”, lo hizo por nueve meses, nombraba interventor en YPF al Coronel Raimundes.

Al poco tiempo, Raimundes echaba a mi padre de YPF por denunciarlo públicamente por entregarle la cuenta publicitaria de la empresa estatal del petróleo que llevaba mi padre y muy bien, a la agencia De Luca, agencia privada la cual llevaba a su vez la cuenta de Esso.

, en poco más de diez años me padre era de vuelta un desempleado por ser un hombre digno y libre.

Esto seguramente no lo saben ni Martín García ni Jorge Scalabrini Ortiz, porque sólo lo sabían sus seres queridos y los pocos amigos que le hicieron el aguante...
En mi familia, de ambas ramas, nunca tuvieron el impudor de medrar con sus desgracias.
Mi padre había entrado en YPF durante el gobierno de Arturo Illia, siendo su director Facundo Suárez, tan mendocino como mi padre.

, es cierto, esta nota es una suerte de homenaje o desagravio a la memoria de mi viejo.

También, es una puñalada entre los ojos de estos atorrantes que se chorearon las joyas de la abuela y encima no sólo no lo ocultan sino que lo festejan y de la peor forma.
Con un lunes “mágico”
La doble moral de los peronistas, unos “pillos”, se ha potenciado con la pantomima del universo K, que no sólo roba y a cuatro manos, sino que agita paños y levanta banderas con la carita de los adolescentes muertos, como si ese folklore murguero con disfraces apolillados y saltimbanquis rengos, sirviera para ocultar lo que es una verdad a gritos.

Han hecho lo posible por robarse a la Patria y no han podido.

El ejercicio perverso de la Memoria por sobre los datos, documentos, fechas, investigaciones de la Historia, pone al desnudo un plan macabro que languidece y se va en sangre con una fea hemorragia interna.
Ver anoche al “pueblo” festejando el 25 de mayo en la Plaza, ante un espectáculo artístico de dudosa identidad, -el grupo La Mosca debe de haber sido una metáfora poco feliz de los organizadores-, daba lástima, era patético, pocos, muertos de frío y con una cara de zombies tristes, aburridos de su existencia, apenas hartos.

Cuando mi padre alzó la voz por Radio Splendid en abril de 1959, en el último día que hizo radio en su vida, con Scalabrini inmóvil y mudo, agonizado en su último lecho por un cáncer, lo hizo porque entonces, desde la revista “Qué”, oficialista, frondicista, que Scalabrini había dirigido por unos meses hasta su renuncia, se lo nombraba habilitando los contratos petroleros de Arturo Frondizi con empresas norteamericanas, conforme el precepto del fundador de MID, que el imperialismo, tal como lo había enseñado Don Raúl, era sólo el británico (sic)
Incluso se insistía con que esos contratos también los firmaría Perón, -cosa que era cierto-, ya que no diferían demasiado con los que Perón había firmado con La California, en 1955, poco antes de su caída.

El talón de Aquiles del peronismo, ese movimiento de “pillos”, es este, la entrega del petróleo (antes, 1955, y ahora, 1992-2011), de una empresa nacional, la primera del mundo entonces, creada por un General industrialista, Enrique Mosconi, durante un gobierno radical.

Cuando en febrero de 2007, Néstor Kirchner en el Salón Sur de la Casa de Gobierno declaraba, “Sabemos el genocidio que pasó nuestra industria petrolera, la increíble privatización (...)
Si YPF hubiera quedado en manos nuestras estaríamos recaudando (...) entre 20 y 25 y hasta 30.000 millones de dólares por año”, llevaba al paroxismo ese carácter que hace de los K una marca registrada:
"La simulación, sobreactuación, de militancias y la tergiversación del pasado"

15 años no son tantos para que la amnesia lacunar afecte de forma directa a dos personas en simultáneo, NK y Parrilli, diputado por Neuquén en 1992 y miembro informante en la Cámara Baja durante la presentación del proyecto de ley para privatizar YPF, que lo aplaudía a rabiar ahora a NK, cuando justamente ellos dos, juntos con Cristina Wilhelm, habían formado la troica imparable que había hecho lobby exitoso para que Carlos S. Menem entregara la mayor empresa de Latinoamérica a una empresa fantasma española, Repsol...
Sin antecedentes en la industria del petróleo, fundada tres años antes, tapadera de la British Petroleum, en cumplimiento de los Acuerdos de Paz de Madrid, entre Margaret Thatcher, Carlos Menem y Domingo Cavallo en 1989-1990.

Supongo que para ese entonces, Jorge Scalabrini Ortiz, ingeniero en petróleo, sería asesor del Senado de la Nación en esa área.
Y sí, de algo hay que vivir, sobre todo si somos todos “pillos”.

Sí, es cierto, la acción de oro de YPF la vendió por monedas Fernando De la Rúa, ese raro espécimen, el “Kennedy” argentino, el senador más joven de la historia, otro misterio de la psiquiatría forense.

El montaje K para el petróleo, creando por un lado una Empresa Nacional SA, Enarsa, a la fecha una pura fachada inoperante, con ejecutivos con sueldos del primer mundo, asociados virtualmente con el petrolero bolivariano, hoy día desaparecido en acción, al tiempo que Eduardo Eskenazi, Banco de Santa Cruz, administrador de los 640 millones de dólares que recibieran los K por darle el voto decisorio de Carlos S. Menem para privatizar YPF
Plata primero depositada en Suiza y hoy día no se sabe dónde, testaferro de NK, compraba primero el 10% y ahora el 15% de las acciones de Repsol YPF, es un negociado propio de una país del Caribe, algo así como de un Trujillo, magistralmente narrado por Vargas Llosa en “La fiesta del Chivo”

Ni al más alucinado Carlos Saúl Menem en su mejor hora se le hubiera ocurrido transgredir tanto, eso sí, en nombre de una revolución montonera sólo real en las mejores y más caras rayas de cocaína.

Sólo los falsos parricidas de los Schoklender, agarrándose a trompadas por la caja de bombones de Hebe Pastor de Bonafini, superan el surrealismo de este relato.

Los buques de bandera británica fletados por Repsol YPF, la British Petroleum, entrando en el puerto de Ensenada para abastecerse, cuando hay normas vigentes que lo impiden, para salir luego a mitad del Río de la Plata para cambiar el paño invasor por la bandera de Noruega y volver a entrar en Puerto y continuar viaje rumbo al mar austral argentino, al tiempo que la quinta columna de Quebracho, siempre manipulada por la embajada británica -el símbolo del MRQ, es la síntesis de la estrella roja del ERP y la estrella federal de Montoneros, nada menos-, rompía todo a su paso, para que tanto La Nación como Clarín anoticiaran sobre la barbarie “patriotera malvinense”, hablan a las claras de un plan que no cesa, ante una nación atónita e inerme.
48 horas más tarde, un buque de guerra británico patrullaba Malvinas, amenazante, con su cohetería de largo alcance apuntando al continente.

Algunos creen que las lagunas de la memoria, estos increíbles lapsus a que nos tiene acostumbrados una clase política delincuencial y obscena, se tapan con publicidad y “periodismo militante”
La diaria truchada de 678, el sonsonete melómano del relator deportivo Víctor Hugo, la propaganda encubierta o explícita de todos los canales de aire menos el 13, obvio, “el monopolio”, el Fútbol para Todos y la selección de la AFA, los pasquines, diarios y revistas que le doran la píldora, los blogueros y hackers K, rentados, que no son pocos.
Otros, creemos que la verdad siempre se impone.
Eso sí, puede llevar una vida. O más de una.
Entiendo que así se escribe la Historia, en todos los sentidos posibles.

Cuando anoche decidí subir al blog la Homilía del 25 de Mayo de Monseñor Jorge Bergoglio, su texto íntegro, sin recortes ni ediciones, lo hice asumiendo el riesgo de ser poco “pillo”, fácil de tildar de chupacirios o clerical.
Nada más lejano.
La verdad, a esta altura, luego de haber sido tachado por el INADI de “antisemita” (por condenar el genocidio del semita y original pueblo palestino, y sostener, con bases bastante fundadas, que los bombardeos de Buenos Aires, 1992-1994, fueron consecuencia de una feroz interna sionista), poco y nada me afecta lo que puedan pensar o decir los militantes del pensamiento único sobre mi persona.

Pero que el Cardenal Primado de la Argentina en un párrafo de la misma, hable de esta soledad del poder K, que se solaza, tal vez, en reinar en un desierto, o como el “capataz de una propiedad foránea”, tan sólo y a propósito de la veleidad, vanidad boba, pequeña, de una soberbia mal entretenida, sentí que valía la pena esa meditación de un Arzobispo, que, dicho sea de paso, no me simpatiza.
Pero no me pareció poco.
Sobre todo cuando en el Chaco, CWK recurría a sus dotes histriónicos para contarnos lo difícil que era para ella ese día, olvidando, claro, al Cabildo Abierto, a Belgrano y a Castelli, o ese otro hombre de Repsol, el Virrey Cisneros, preocupada como estaba en recordarnos que El ya no está, o sea que el sacrificio personal que le implica asumir su candidatura para un tercer mandato histórico, pobrecita, estando como está Ella enferma y sola, -era el párrafo que le faltaba al subtexto de ayer miércoles 25 de mayo de 2011- debe de ser contemplado por las generaciones futuras como un supremo acto de amor y entrega a la Patria.

Claro, ¿cómo iba a hacer mención a los hombre de Mayo, ella, justo Ella?

Si ese 25, el de ayer, pasaría a ser una metáfora alusiva y trágica, la última, de la Reina “pilla” de una republiqueta sojera, lumpen y loca.

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