SOJA
Hola a todos:
Les adjunto la versión completa de la columna de PERFIL de ayer.
Perón los echó de la Plaza en el 74 y Cristina se vengó, echando al peronismo de las listas para la eleccción de Octubre.
De todas maneras, la ilusión de una "profundización exitosa" sólo podrá concretarse si el kirchnerismo gana y con precios internacionales de la soja en alza.
Si gana, sin mejora de los precios, la profundización será, sin dudas, traumática.
Saludos y buena semana, con el corazón riverplatense herido. ¡volveremos!.
Enrique
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SOJA
“Si los precios de nuestros productos de exportación se parecieran a los del 2005, la balanza comercial, en lugar de ser superavitaria, hoy presentaría un déficit de grandes proporciones”.
Esta afirmación no corresponde a datos de la Argentina, sino a los de…Brasil.
De hecho, con la relación de precios de exportación-importación del 2005, nuestro gran socio del Mercosur, en lugar de mostrar un superávit comercial, en los doce meses transcurridos hasta abril pasado, de 20000 millones de dólares, tendría un déficit superior a los 22000 millones.
Pero el caso argentino, o el de otros países de la región, no resultan muy diferentes, simplemente, cambian las magnitudes.
Lo que demuestra que el “milagro económico” regional consiste en la mayor o menor habilidad para transformar el boom de los precios de los commodities, en crecimiento interno.
Pero la “máquina” que transformó los extraordinarios precios internacionales en aumento del PBI local, fue distinta en cada caso.
El mix entre gasto e inversión y entre privado y público, fue diferente en cada uno de los países.
La Argentina, en particular, usó un esquema muy intensivo en gasto público y en intervención estatal en los mercados, para transformar los mayores ingresos de la soja, vía más presión tributaria al sector privado, en aumento de las jubilaciones mínimas, salarios y empleo público.
Transferencias discrecionales a Provincias, municipios, empresas.
Programas de asistencia a sectores de bajos recursos.
Subsidios a los precios de diversos bienes y servicios, etc.
Es decir, alentando el consumo de ciertos sectores.
La intervención discrecional y arbitraria en los mercados, por su parte, redujo la participación de la inversión productiva privada en la mezcla total y los antecedentes del default y la falta de solución definitiva de las relaciones financieras internacionales, más las señales de arbitrariedad e inestabilidad de las reglas, ya mencionadas, transformaron lo que en otros países de la región fue ingreso de capitales, fuerte acumulación de reservas internacionales en los Bancos Centrales y crecimiento del tamaño interno del mercado de crédito, en salida de capitales, estancamiento de las reservas –en valores altos, hay que reconocerlo- y en escaso crédito privado de largo plazo.
En otras palabras, la región fue, precio de los commodities, combinado con reglas y “ambiente” pro inversión privada, y participación del sector público relativamente acotada.
La Argentina, en cambio, fue precio de los commodities, combinado con arbitrariedad y discrecionalidad en las reglas, un “ambiente” anti inversión privada, y alta participación del sector público.
Este es el “modelo”.
Pero el sostenimiento de un modelo de crecimiento de este tipo, en momentos en que los precios de los commodities cayeron- como a finales del 2008- o el clima resultó adverso –como en el 2009- obligó a buscar más recursos para el sector público.
De allí la expropiación de las AFJP –reducción de deuda pública en manos privadas y transformación de un ahorro en un impuesto- y de la creación de un “mini banco de desarrollo” con los nuevos recursos líquidos del ANSES.
El uso de las reservas y las “utilidades” del Banco Central para el pago de gastos.
Y, por supuesto, el uso creciente del impuesto inflacionario.
Con este panorama, queda claro que el grado y la forma que tome la “profundización” del modelo, si triunfa el oficialismo, dependerá de la evolución del precio y las cantidades de los commodities agrícolas y del grado de deterioro de la oferta local de los bienes cuyos mercados están sujetos a intervención arbitraria, desde la energía, hasta el pan.
Un escenario con subas de los precios de los commodities agrícolas y sin problemas de cosecha, le permitiría al gobierno seguir con más de lo mismo, salvo en el sector energético, en dónde algo tendrá que hacer para frenar la caída relativa de la exploración y la producción.
Un estancamiento o caída de dichos precios, por el contrario, obligaría, para seguir “profundizando”, a nuevas expropiaciones y arbitrariedades.
Un representante de la mayoría opositora, de ganar, tendrá el desafío de “cambiar la máquina con el boliche abierto”.
Desafío suave, si los precios internacionales acompañan, pero mucho más complejo en un escenario adverso.
Una vieja maldición china reza: “Te deseo que vivas en épocas interesantes...”
Se viene una época interesante, sin dudas.
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