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Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 31 de marzo de 2012

"Los apuntes de un conflicto que viví"


Juan Bautista Yofre
El autor de 1982 incorporó documentación inédita a su recopilación personal de testimonios
Por Juan B. Yofre  | Para LA NACION
 

Algunas páginas de la colección "Malvinas, la historia documentada", y la tapa del primer fascículo.
Muchos me preguntan cómo investigué el desarrollo de la Guerra de las Malvinas y siempre respondo que "Malvinas no la investigué, la viví".
La historia debe comenzar, nobleza obliga, en el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde trabajé entre febrero de 1969 y mayo de 1972.
Entré muy joven, como asesor de Gabinete, y en esos días me topé con Eugenio Reverendo, un administrativo que conocía como nadie el viejo Palacio San Martín de la calle Arenales.
El me enseñó a desplazarme por diferentes pasillos, pasadizos y puertas dobles de una oficina a otra en el vetusto Palacio Anchorena.

Me fui muy enojado de la Argentina en septiembre de 1979.
Estaba defraudado por la dirección que llevaba el Proceso de Reorganización Nacional.
Y fue en esos años de vivir en Washington -donde, entre otras cosas, fui el vocero de Raúl Alfonsín- que aprendí a mirar la Patria desde otra perspectiva.
Por supuesto que regresé, y quiso el destino que las Malvinas me estuviesen esperando el mismísimo día de mi vuelta a Buenos Aires, 11 de marzo de 1982.
Esa tarde, mientras caminaba con mi querido cuñado, el embajador de carrera Héctor Tejerina, un hombre se me acercó y me dijo con emoción: "Se viene Malvinas".
Menos de un mes después, cuando todo estaba diplomáticamente sin decidir, me encontré en un vuelo de Aerolíneas Argentinas detrás de "Canoro" Costa Méndez.
Lo seguía en nombre de la agencia Noticias Argentinas y de aquellas horas de información y tensión quedan como testigos mis libretas de apuntes que desde pasado mañana abro a los lectores de LA NACION.

No puedo recordar por qué y cómo comencé a escribir apuntes.
Sólo digo que mis primeros apuntes -que guardo- son de 1970, mientras que los recortes de prensa que me hacía Teresa Robirosa comenzaron un poco antes.
Así, cada día de Malvinas fue guardado con esmero.
Las bauleras de mis diferentes departamentos parecían gritarme que tuviera cuidado.
Lo hacían con razón: cierta vez, una pareja con más pretensiones de las que se merecía, casi se lleva todo para canjearlo por dinero.
El archivo pudo salvarse por un oportuno aviso del portero.


EL CAMINO A 1982

Después de Nadie fue (2006), Fuimos todos (2007), Volver a matar (2009) y El escarmiento (2010), llegó el momento de plantear a Sudamericana/Random House Mondadori que se acercaban los 30 años de Malvinas y que les debía a los lectores un 1982 .
Así fue como primero llegó el libro, que ahora se ensancha y cambia de forma merced a esta colección.
A decir verdad -porque siempre debe decirse- consulté con Carolina, mi esposa, y "dijimos" que sí a la propuesta de estos tomos.
Como le manifesté a un gran periodista del matutino, trabajar al lado de LA NACION, para mí, es trabajar al lado de "mis viejos", porque es el diario que me enseñaron a leer todas las mañanas.
Era el diario que leía todas las mañanas Felipe Ricardo Yofre, mi padre, que murió cuando yo tenía 13 años recién cumplidos.
Era el matutino que discutían en mi presencia mis hermanos mayores, Felipe y Ricardo, mis "viejos" en la vida.

Se preguntarán los lectores cómo llegué a juntar la documentación de 1982 y Malvinas: La historia documentada .
Gracias a la confianza que supe generar, a pesar de que muchos de los que me dieron sus papeles sabían de antemano que yo no estaba de acuerdo con la decisión que se tomó el 2 de abril de 1982.
Si bien la colección la hice sobre el terreno informativo que tenía guardado desde hacía años, la diferencia con otros textos míos sobre Malvinas es que salí a buscar nuevos documentos, renovados testimonios. Muchos documentos de este trabajo son inéditos.
Así lo podrán observar los lectores.
También creí necesario mostrarles mis apuntes de la época.
Abrir mi archivo y desclasificarlo.
Que las voces que me hablaron les hablen a ustedes.
Desclasifiqué algunas cosas porque sus protagonistas ya no viven, y es ésta una manera de que no pasen al olvido.
Mientras que otros nombres salen a la luz porque se lo merecen. Sus opiniones fueron muy acertadas y valientes.

Antes de terminar, una advertencia: para llegar a este trabajo sine ira et studio, creo, dejé casi todas mis pasiones de lado.
Como una vez me enseñó Carlos Muñiz, no se puede andar por la vida cargando la mochila con frustraciones y broncas.
Aunque hay pasiones y pasiones, y algunas me permití conservar, esas que inspiran y no debilitan.
Están presentes aquí los "amigos" que me acompañaron con su arte en cada artículo:
Merle Haggard, Johnny Cash, Waylon Jennings, Hank Williams Junior, Carl Perkins, Jerry Jeff Walker, Johnny Paycheck y varios más.
Para ustedes quizá no representan nada, pero para mí son amigos, compañeros de ruta en las buenas y en las malas.

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