No es nada novedoso referir que, todo lo que ocurre en Brasil repercute en la Argentina.
Obviamente, hablamos de cuestiones económico-financieras.
Estos últimos tiempos, donde el vecino país sufre dificultades de diversa índole, no son buena señal para nuestro país.
Para saber lo que vendrá, basta observar que, hasta abril, la actividad de ese país creció 0,8% i.a. mientras que, en igual período el año pasado, lo hacía al 4,2% i.a.
Para mayo, los pronósticos son aún más desfavorables, mostrando las primeras señales de contracción del PIB brasileño por primera vez desde setiembre de 2009.
Sin embargo, en el análisis por actividad, se observa que el consumo de artículos de primera necesidad no declina; tanto las ventas en supermercados como el comercio minorista vienen creciendo casi a la misma tasa que lo hacían en los primeros cuatro meses de 2011 (+10% i.a. y +9% i.a., respectivamente).
Según un informe de consultora Analytica, “si bien el crecimiento del salario real es leve (en los últimos 12 meses subió apenas 1% i.a.), el empleo se mantiene.
La tasa de desocupación es muy baja (6%) pero ya empieza a observarse cierta fatiga en la creación de empleo, que ha declinado tanto en abril como en mayo”.
Según el mismo documento, el panorama es complejo también en uno de los íconos del aumento del consumo de bienes durables en Brasil: los automóviles.
“Las ventas totales de 0km. declinan 3% en lo que va del año, con una importante caída de 10% en abril.
El impacto sobre la industria automotriz argentina fue inmediato.
El 37% de las exportaciones argentinas a Brasil son automóviles y 5% autopartes.
Como resultado de la caída en la demanda, el volumen de autos argentinos descendió 22% i.a. en abril, aunque los resultados de mayo fueron mejores: las exportaciones automotrices se recuperaron 12%.
Para un sector tan integrado a los mercados externos (entre enero y mayo el 51% de la producción se exportó), la anemia en la demanda brasileña preocupa.
La industria automotriz en la Argentina representa el 7% del PIB industrial directo argentino (incluyendo el sector autopartista)”, según el mismo paper.
No se trata solo de esos factores: la pobre performance de la industria, originada en la fuerte apreciación que venía sufriendo el real hasta febrero de este año y en tasas de interés poco atractivas para la inversión (excepto las del BNDES), también está la explicación.
En los primeros cuatro meses del año, la producción industrial brasileña registra una caída de 3%.
NOTA:
Para poder apreciar el informe completo, por favor acudir al link de Tribuna de Periodistas (A la derecha de las publicaciones)
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