La captura de la Fragata Escuela Sarmiento por parte de la justicia de Ghana ha generado desconcierto en los funcionarios del gobierno argentino.
En verdad, lo sorprendente es la asombro del Gobierno Nacional.
Es que se trató de “una captura anunciada” ya que durante los últimos años varios incidentes similares fueron sentando precedente:
Fondos depositados en el exterior, recursos para las embajadas y otros bienes.
Es importante no dejarse llevar por nacionalismos pueriles y tomar conciencia de una vez de la delicada situación en la que está nuestro país con relación a su deuda.
Es que, a pesar de la propaganda kirchnerista anunciando que ya no debemos nada, técnicamente la Argentina continúa en default.
LA REALIDAD ECONÓMICA
Vamos por partes.
Primero, la fragata argentina es un buque escuela, no militar, que no forma parte de una “propiedad soberana” por lo que es pasible de ser embargada.
Podríamos hacer una interpretación de que una escuela militar es una unidad de guerra, pero se trataría sólo de una interpretación parcial pues existen otras que dicen lo contrario.
Segundo, el secuestro se produce porque la Argentina mantiene bonos de su deuda impagos.
El canje de la deuda externa realizada por Néstor Kirchner en el año 2005 fue totalmente unilateral pues no hubo negociación de partes.
A quienes aceptaron un 50% de reducción en los montos se les entregaron nuevos bonos, mientras que quienes no accedieron (la mitad de los bonistas no aceptó las condiciones que impuso el gobierno argentino) quedaron nulos para la justicia argentina.
Eso mismo: “para la justicia argentina” pero no para el resto del mundo.
Hay jurisprudencia internacional sobre este tema basada, especialmente, en los antecedentes rusos y chilenos.
Recordemos que un compromiso soberano es todo aquello que asume el Estado de una nación independientemente del gobernante de turno.
Tercero, en nuestro país se denuestan los intentos de cobro por parte de los bonistas extranjeros calificándolos como “fondos buitres” especulativos”.
¿Pero qué son “los fondos buitres”?
Son capitales de alto riesgo que usualmente invierten en deudas públicas y soberanas de entidades y/o países que están cercanas a una quiebra o cuya situación financiera es de una enorme precariedad.
En verdad, el verdadero nombre con que se las mencionan en el mercado financiero es el de “special situations funds” (fondo de situaciones especiales).
Cuarto, estos fondos adquirieron una gran parte de los bonos argentinos que quedaron fuera del canje a porcentajes no muy lejanos del ofrecido por Kirchner, pero con dinero al contado.
De todo esto, es fácil deducir que se trata de una deuda real –más allá de la moralidad o la categoría de usureros de los cobradores- que la Argentina deberá pagar irremediablemente.
Y no sólo deberá pagar el monto nominal de los bonos, sino también sus intereses y mora.
Hace seis años, en mi libro “La Hipocresía Argentina”, me referí a este tema.
UN POCO DE HISTORIA
En una parte del capítulo “El pueblo no es inocente” de ese ensayo, escribía:
“Funcionarios, medios de comunicación y distinguidos profesionales se han encargado de transmitir a la población que el canje de la deuda externa fue muy exitoso y que, de aquí en más, .
Sin lugar a dudas, produce una sensación de alivio el hecho de reducir drásticamente una deuda pero, si ésta fuera la clave del éxito no habría impedimento para que todo el mundo endeudado le haga lo mismo a todos sus acreedores.
Si el desarrollo económico pasara por no pagar, ¿quién no quisiera tenerlo asegurado?
El presidente argentino, Nestor Kirchner, popularizó, también, la fantasía de que no se pagarían los miles de millones de dólares que pertenecen a los que no aceptaron la propuesta argentina, ya que las resoluciones judiciales terminarían siendo favorables al país y, en el caso de que no lo fueran, igualmente los acreedores no podrían hacer efectivo el cobro mientras él estuviera en el gobierno.
Esta decisión obliga a que, año tras año, el Congreso argentino prorrogue el estado de (1) del país pues, de otra manera, no podría evitar la avalancha de juicios internacionales por causa de esa deuda impaga.
(…) En realidad, la posibilidad de que no cobren los acreedores que quedaron afuera del canje de la deuda argentina parece poco realista. La experiencia indica que en los default de otros países, la mayoría de los que aceptaron la propuesta oficial logró finalmente cobrar el capital más los intereses mediante resoluciones judiciales (2).
Por otra parte, la cantidad de gente que no aceptó la propuesta argentina corresponde al 50% de todos los tenedores privados de bonos argentinos en el exterior (3) y significa que uno de cada dos acreedores pertenecientes a países poderosos peleará de aquí en más, y sobre todo a partir de que la Argentina abandone su postura de “emergencia económica”, por embargar cuanta cosa argentina mueble e inmueble transite o exista en el mundo.
Los damnificados que presionarán llenos de indignación son demasiados como para pensar en un desarrollo sin contratiempos.
Algunos argumentan que si el país no tiene nada embargable fuera de sus fronteras, puede estar tranquilo.
¿Hasta cuándo?
Un particular o una empresa puede preparar la quiebra o su propio “default” descapitalizándose artificialmente por largo tiempo pero, para una nación, esto es imposible ya que no puede quebrar judicialmente ni transformarse en otra entidad política. Tampoco es una alternativa viable que eternamente se mantenga en estado de por el altísimo grado de deterioro institucional y crediticio que ello significa.”
UN VERDADERO CEPO
El hecho real es que hoy la Argentina tiene inmovilizada su Fragata Escuela Sarmiento en el puerto de Ghana. Se trata de un verdadero cepo judicial.
Si Aerolíneas Argentinas tuviera flota propia (sus aviones son alquilados) no podría viajar al exterior. En cada aeropuerto esperaría una orden judicial para embargar la máquina.
La actitud de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, que sigue ignorando que la Argentina no puede vivir en un mundo donde se encuentren solamente Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, es de una irresponsabilidad enorme por las nefastas consecuencias que se generan para nuestro país.
En desconcertante y hasta indignante, que en lugar de honrar los compromisos soberanos decida mantener a la Argentina en un estado de default, y con ello seguir comprometiendo seriamente el camino hacia un desarrollo genuino y sustentable
Ref:
(1):
Se trata del concepto de un estado de necesidad a través del cual se gobierna por encima de las leyes y la Constitución que las rige. Fue utilizado con frecuencia durante las últimas décadas tanto por dictaduras militares como por gobiernos elegidos democráticamente.
En octubre de 2004, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en votación dividida, convalidó ese concepto con un histórico fallo a favor de la pesificación asimétrica realizada en enero de 2002.
El argumento base que utilizaron los juristas en su aprobación fue que si bien las medidas del gobierno afectaron el derecho de propiedad amparado por la Constitución Nacional, deben ser respaldadas judicialmente pues fueron adoptadas para paliar una profunda crisis política, económica y social.
Poco tiempo después, varios jueces de distintos fueros rechazaron la decisión de la Corte Suprema con el principal argumento de que:
“Las emergencias, las crisis, las necesidades del Estado, son el presupuesto implícito de las garantías constitucionales. Sostener que éstas se desdibujan cuando se configuran las emergencias no es sólo un contrasentido, sino que es también desconocer que en un Estado de Derecho no existe la posibilidad de que las respuestas a los problemas puedan ser halladas fuera de la Constitución”...
(2): Fuentes: Informes del FMI, años 1998, 1999, 2002 y 2003.
(3): Fuente: Informe Ministerio de Economía de la Nación, Abril 2005.
(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo por gentileza de su autor Enrico Udenio, asesor económico y especialista en comercio exterior, se ha desempeñado como empresario comercial e industrial desde 1965. De nacionalidad italiana, arribó a la Argentina, país en el cual reside, siendo niño. Sus compañías en Argentina y en el exterior desarrollaron diversos proyectos comerciales e industriales, algunos de ellos muy conocidos, como fue el caso de la radicación de Honda Motor en el país. A principios de la década del ’90 cerró todas sus empresas para dedicarse al asesoramiento, la docencia y la investigación en política y economía. Autor, en 1981 de los libros "Corazón de Derecha Discurso de Izquierda" y “Diario de un Divorciado”. En cuanto a su postura ideológica, se define a sí mismo como un pragmático independiente, comprometido con la filosofía holística y el construccionismo histórico como forma de mirar a la realidad.
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