Hay miedo a sentir.
Miedo a querer sin preguntar hasta cuándo, y a ser dependientes de las ignotas esperas.
Se ha tornado recurrente, demorar las respuestas, aletargar la imaginación, y convivir con las dudas.
Amar tan solo, complotándose con las insinuaciones, los roces, devorando las promesas, y dejando huérfanas las posibilidades.
Hay temor al compromiso, y vocación por lo espontaneo.
Pero seguimos reclamando amor, y olvidamos las obligaciones que supone sostenerlo.
Hay miedo a sentir.
A saberse necesario, imprescindible y presente.
Y mucho más todavía, cuando ello implica entregar parte de nuestra libertad, en beneficio de lo querido.
Encima, el frío que no cede.
Entonces por favor, no te demores.
Entonces no temas.
Atrévete amor, y rescátame de tanta indiferencia.
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 3 meses
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