LA INDEPENDENCIA

Homenaje al Bicentenario de la Independencia Argentina.

La Independencia es la condición de autonomía y significa no tener dependencia de otro.
La Independencia de un Estado es un concepto político, considerando que no hay dependencia ni tributación de ningún otro estado.
Si  bien la independencia política está consolidada en la mayor parte de los países, no sucede lo mismo con otros rangos de independencia.

La independencia económica y la independencia cultural son conceptos más simbólicos que reales, ya que en un contexto post moderno y globalizado, los Estado más poderosos imponen las condiciones económicas y culturales a los otros países.
Esta condición ha generado políticas progresistas que promueven una nueva independencia.
El acento se pone en la economía, aunque es más persistente y real la penetración cultural por la gran diferencia de conocimientos, tecnologías e investigación entre los países.
La independencia es la antinomia de la dependencia...
Significa funcionar por si mismo, sin que se deba aceptar, tolerar o permitir ingerencias externas.
Significa valerse por sí mismo, asumir responsabilidades y satisfacer sus necesidades sin recurrir a otros.
Sin embargo esta alternativa no obsta a la cooperación y a la solidaridad.

Es imposible la vida personal y la vida de las naciones aisladas en sí mismas y sin conexión con otras personas u otros estados.
La independencia de los Estados se logra al tener un territorio propio, un gobierno elegido por sus ciudadanos y leyes propias.
Enmarca en un concepto generalizador que es la soberanía.
Ser soberano es ser uno mismo, la persona o el Estado, tal cual es, tal cual son sus tradiciones y sus ideales.
Por eso ha quedado pequeña la independencia política, como también la independencia económica, que si bien ha tenido mucha importancia en el desarrollo de las naciones, hoy se ve que está sumida por la dependencia cultural, que es el meollo y la realidad última del concepto de independencia.

Los conceptos muchas veces son teóricos pero no condicen con la realidad, pueblos que se jactan de sus tradiciones y de su independencia total,  sostienen en su vida diaria, recursos, modos y condiciones foráneas.
La vestimenta, la música, el ideal de vida está sostenido por la visión externa y el aprecio a la forma de vestir, la música y los ideales de otras latitudes.
Pero el desafío del momento consiste en lograr la independencia tanto cultural como económica, en un marco de coparticipación y unión de toda índole también económica y cultural con los países de la región y del mundo.
Debe constituirse un nuevo pacto social entre las naciones, y sobre la base de la igualdad, el equilibrio y la solidaridad y colaboración, en la que los que más tienen deben ayudar y proveer a los que menos tienen para que se logre un acuerdo soberano y estable.
Este requisito es indispensable para la paz, ya que no habrá verdadera paz sin un equilibrio entre las naciones, sin que se considere la igualdad de ellas aún con las diferencias técnicas, económicas, culturales y de tradición.

El concepto moderno de naciones centrales y periféricas, de naciones dominantes y subordinadas, de naciones del primer mundo y naciones emergentes conspira definitivamente contra la paz en el mundo.
La independencia debe concebirse también como la implantación en el contexto de las naciones con el mismo nivel y en las mismas condiciones para todas ellas.
Es el desafío de nuestro pueblo, de nuestra cultura y también y en especial de los pueblos de los países que se consideran más desarrollados, entender y generar un acuerdo en igualdad de condiciones para que la soberanía de todos los pueblos comprenda realmente la condición de independencia y autonomía en un marco abierto de libertad y responsabilidad.

Elías D. Galati