Malú
Kikuchi
Argentina
hoy, al borde del colapso energético, solo habla del “tarifazo”, de la poca
cintura política del ejecutivo para manejar los aumentos y del políticamente
correcto fallo de la Corte.
Es
un tema obsesivo para los medios, y se diría que único.
El
ejecutivo, republicano, acata el fallo del poder judicial y convocará las
audiencias.
Pero
a pesar de todo, los aumentos llegarán.
Es
penoso pagar más, pero es inevitable si el país decide seguir viviendo en el
siglo XXI y no volver al tiempo de la colonia.
El aumento es
imprescindible.
Vamos
a pagar más, corresponde aunque duela.
Dejando el tema
energía, el 18/8, surgió una luz que no tiene que ver ni con la electricidad,
ni con el gas.
La
provincia de Buenos Aires es inviable por lo enorme (307,571 km2) y por la diversidad de su
geografía y su demografía.
Hay
pescadores, gente de campo, ciudades importantes, pueblos chicos y el
conurbano, tan distinto de acuerdo a la zona que se habite.
¡Y los eternos
barones del conurbano!
Julio
Pereira, de Florencio Varela es intendente desde 1993, hace 23 años y le sigue
Alberto Descalzo de Ituzaingó desde 1995 y hay más.
Demasiados
nombres, con demasiados años en el poder y demasiado poder con los años.
Se acabó gracias
a una ley que es una luz en la oscuridad de la provincia.
La
ley sintetiza 3 proyectos, dos de los diputados por el Frente Renovador, Ramiro
Gutiérrez y Rubén Eslaiman, y el 3°, Alejandro Armendáriz, UCR.
Fue
aprobada el 16/6/2016 en la cámara de diputados provincial, por el FR,
Cambiemos y aliados.
Rechazada
por el FPV.
El 17/8/2016 la
aprobó el senado de la provincia, sin el acompañamiento del FPV.
De
ahora en más, los funcionarios provinciales podrán ser elegidos y reelectos una
sola vez.
En
sintonía con la Constitución de la provincia de Buenos Aires que permite una
elección y una sola reelección de gobernador y vice.
Los que han sido
electos en 2015, podrán ser reelectos en 2019, no más.
Esta maravillosa
ley atañe a 135 intendentes, 138 legisladores, 1097 concejales y 427 consejeros
escolares.
Aportará
sangre fresca, ideas nuevas, distintas costumbres, más innovación.
No
va a ser ideal, pero por lo general el cambio mejora el statu quo, ya que arrancar una capa de políticos de sus
puestos, equivale a limpiar el lugar.
Aunque
los que estuvieran fueran fantásticos (la mayoría no lo es, y los nuevos, son muy nuevos para opinar), estar demasiado tiempo en un lugar, enmohece.
Cuando
se va de visita por primera vez a casa de alguien, se piensa en la ropa para
vestir, en qué llevar, si vino o algo para el café…
Uno
se sienta en el borde del sillón y pregunta dónde queda el baño.
Las
siguientes visitas van relajando el comportamiento.
Ya
se sabe dónde está la cocina y el cuarto de los chicos.
Se
conoce el sillón más cómodo y el que no lo es.
Uno
se siente como en su casa y se comporta como si estuviera en su casa.
A
los políticos les pasa lo mismo con los puestos que consiguieron a través del
voto, un voto a veces cautivo de algún
plan que estimula la pobreza.
Es
un cambio más que promisorio para el futuro de la provincia.
Si
se consiguiera votar una ley similar a nivel nacional, quizás se lograra que
las provincias lo imitaran.
Se terminaría
con esos feudos medievales instalados desde y para siempre en el poder.
Provincias
en su mayoría, muy pobres.
La
ley es perfectible, en particular con el tema de las incompatibilidades de los
funcionarios que no pueden acceder a dos puestos al mismo tiempo.
Pero
se puede ser intendente y director del Banco Provincia:
Jorge
Macri, intendente de Vicente López y director del banco Provincia.
Eso
debería cambiarse.
A
pesar de todo, dentro de la reforma política que se busca, es un inmenso paso
adelante.
Una
poderosa luz en la oscuridad de la que Argentina parece no salir.
Y
no es solamente en el tema energético, es la corrupción, la falta de
credibilidad, la inflación y todos los desastres que dejó la era K.
Si
la provincia de Buenos Ares se encamina hacia una normalidad política,
permitiendo que entre aire fresco en un ambiente muy viciado, otro futuro más
luminoso le espera al país.
Fue la noticia
más importante de la semana, pasó casi
inadvertida.
Algo
no anda del todo bien en los medios, el aumento de tarifas no puede tapar la
importancia de esta ley.
¿También
los medios se han quedado a oscuras, sin energía?
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