"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 17 de octubre de 2016

Cuando la blasfemia es deleite.

Sucede a menudo.
Cuando ciertas personas facinerosas y criminales no terminan de ser ajusticiadas, la sociedad toda, inconscientemente, siente una necesidad de venganza, resarcimiento y desquite pero no ve en el brazo ejecutar la voluntad manifiesta de concretar esa condena, la ira y la blasfemia termina siendo la catarsis natural.
Es impotencia, -en este caso- por culpa de interpósitas personas.

Sucedió anoche, en el programa PPT de Jorge Lanata, el reconocido periodista, cansado de las bravatas del impúdico y obsceno abogado Dalbón, le contestó con agravios que ofendieron a la raza animal.
Y fue mas allá -su indignación clara es la posible entente política con la viuda Elisabet-, al manifestarle, sin anestesia, (que)...
"Usted se cagó en los pobres de la Argentina. Usted nos cagó en la cara con cinismo"...
"Usted sin nada, es una pobre vieja enferma, sola, peleando contra el olvido, y arañando un lugar en la historia que ojalá la juzgue como la mierda que fue"...
Notable y justo.
Pero me parece -a mi entender- mas inteligente, su definición sobre su propia oratoria.
Veamos...
"A menos que piense que porque habla de corrido es una buena oradora"...
Es en este punto donde la falacia de los imperfectos, ignaros y obsecuentes "admiran" su "prosapia".
ES LA ANDRÓMINA DEL RELATO.

En esa actuación teatral -dicen que Andrea del Boca fue su "jeu de rôle"- imprimió gran convicción y énfasis y un tono de voz elevado dando la impresión de seguridad sobre si misma y sus ideas, una arribista concentrada en su YO, que adora el sonido de su propia voz.
Ampulosos gestos, mohines, drama, silencios y llanto fue el decorado de la farsa.

Sus ardientes exposiciones NO PASARON DE SER UNA MASTURBACIÓN DIALÉCTICA.


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