María
Eugenia Vidal fue protagonista de la 1ra. vuelta electoral del 26/10/2015, en
la que no sólo derrotó a Aníbal Fernández en la provincia de Buenos Aires, sino
que además permitió a Mauricio Macri forzar el balotaje, arruinando el triunfo
a Daniel Scioli.
Se
convirtió en la primera mujer en gobernar la provincia de Buenos Aires y
destronó al peronismo del distrito más importante del país.
En
2015, la ex vicejefa de Gobierno María Eugenia Vidal pasó de ser una simple
candidata en la Provincia, para "no restarle" votos a Mauricio Macri,
a ser la pieza clave de la victoria de Cambiemos.
'Mariu'
tenía una imagen prácticamente desconocida y una intención de voto que no
llegaba a los 10 puntos, en 2014, y se transformó en la mujer que consiguió más
de dos millones de votos y desplazó a los históricos caciques del conurbano
bonaerense.
El
'efecto Vidal' fue tal que, en el camino hacia el balotaje, Macri trabajó
fuertemente para que ella lo acompañe, grabe spots y sea la cara visible de
Cambiemos, incluso recorrió la Provincia y el interior en las tres semanas que
separaron la elección general de octubre a la segunda vuelta.
Pocos
creían que podía ser gobernadora.
"Yo
me tengo fe, sé que puedo ayudar a Mauricio, en un año (2014) recorrí más de
100 municipios", decía Vidal entre sus íntimos.
Con
un pequeño grupo de asesores, comenzó, a fines de 2013, a recorrer la Provincia
de Buenos Aires. A su lado, su mano derecha, Federico Salvai la empujaba: le
armó infinitas reuniones con vecinos, con dirigentes políticos y con
intendentes, y de a poco, su figura fue creciendo. Primero, como una férrea defensora
de la gestión de la Ciudad, luego, muchas veces en soledad, comenzó a crecer en
el interior de la Provincia.
Las
recorridas eran sencillas:
Una
casa de un vecino, un club de barrio o una ONG.
Con
la idea de cercanía, Vidal salía a 'timbrear' las casas. En algunas ocasiones,
acompañada por el propio Macri, en otras con referentes locales del PRO.
Enfrente el poderoso aparato del peronismo: intendentes, apoyados por el
Gobierno nacional, salían a hacer campaña junto a los dos candidatos del FpV: Julián
Domínguez y Aníbal Fernández.
En
silencio, Vidal comenzó a crecer y para finales de 2014 ya se entusiasmaban sus
asesores: "Mirá, ya está en más del 50%, es increíble como creció",
decían. La joven vicejefa se había transformado en una figura del PRO.
Aunque
el gran salto lo dio en 2015.
Su
presencia mediática aumentó y comenzó a ser la voz de los temas bonaerenses del
macrismo. Fue el propio candidato de Cambiemos quien la elogiaba cada vez que
podía.
Construyó
un vínculo personal con Elisa Carrió y dialogó con varios peronistas de peso,
siempre en estricto secreto.
Entre
ellos, Eduardo y Chiche Duhalde.
Y
logró que, para el cierre de listas, tanto la UCR como la Coalición Cívica se
abroquelaran detrás de ella.
Entonces,
Jorge Macri, quien pretendía jugar en la interna, se bajó a pedido de su primo,
y el camino quedó despejado.
Fruto
de su amistad con el peronista del PRO, Cristian Ritondo, lo anunció como
candidato a vice gobernador pero la ira de los radicales, encabezados por
Ernesto Sanz, la obligó a cambiar.
Así llegó Daniel Salvador como su compañero
de fórmula:
Se conocieron el día que fue anunciado y que se sacaron una foto en
la sede del Gobierno porteño.
La
campaña hacia las primarias la encontró con su sonrisa permanente y con la idea
de que "es el cambio" lo que crece.
Con sus "mano a mano",
y sobre todo acompañada por Macri logró ser la candidata más votada en la
Provincia con un porcentaje cercano al 30%.
El
FpV, sumado, la superó por casi 10 puntos pero a nivel dirigentes fue la más
votada.
Camino
a octubre, si bien estaba envalentonada por haber sido, de manera individual,
la más votada, sabía que enfrente tenía nada menos que al aparato del PJ.
"Yo
me tengo fe, la necesidad de cambio es muy impresionante, y yo, al igual que De
Narvaéz en 2009 o Massa en 2013, soy un emergente de una nueva etapa",
repetía entre sus íntimos.
Siguió
recorriendo la Provincia e incrementó su presencia en medios de comunicación.
La estrategia, una vez que Aníbal Fernández se transformó en su rival, fue acrecentar
esa diferencia de personas: "la bella y la bestia", y otros
simpáticos memes que la mostraban como lo opuesto.
Vidal
intentó, sin suerte, debatir con Aníbal.
Seguro
de las encuestas que acercaban a la Casa Rosada, el candidato del FpV pensó que
podía ganarle con el aparato.
Sin
embargo, las encuestas comenzaron a dar sorpresas:
Estaba arriba por entre 3 y
6 puntos en las que tenía el propio macrismo.
"Hay
mucho José Encuesta que se va a sorprender el 25 de octubre: (el candidato
presidencial de Cambiemos) Mauricio (Macri) y yo vamos a ganar la provincia de
Buenos Aires el 25 de octubre", enfatizó Vidal en declaraciones a la
prensa en ese momento.
Hubo
quienes lo consideraron apenas una expresión de campaña.
Pero fue un vaticinio.
Luego,
la derrota de Fernández en la provincia desarticuló al kirchnerismo de cara al
balotaje:
"Es
imposible, no hay corte de boleta en la Provincia", decían.
Lo
cierto es que el día de la elección los primeros datos, después del mediodía,
mostraban una sorprendente paridad.
Pero
cerca de las 23 la tendencia era irreversible:
Vidal
se había transformado en la primera mujer en llegar a la Gobernación y
desplazó, con su candidatura a una generación de caciques:
Cambiemos
ganó en 64 de las 135 intendencias, un verdadero batacazo histórico.
Con
una enorme sonrisa se abrazó a un Macri emocionado.
Para el líder del PRO era
un triunfo propio:
Él la eligió para ese lugar y siempre fue su "niña
mimada".
Además,
ese 26 de octubre de 2015, se convirtió en la clave de la 1ra. vuelta electoral
que forzó el balotaje.
Un
mes antes, el kirchnerismo se convencía de que no importaba que el candidato
Aníbal Fernández tirase para abajo la intención de voto a favor de Daniel
Scioli.
La división de electores entre Cambiemos y el Frente Renovador le
garantizaría el triunfo al candidato del Frente para la Victoria en 1ra.
vuelta.
Solo
una suerte de empate ayudaría a Daniel Scioli.
Si
se analizaba la presidencial sin considerar lo que sucedía en el territorio
bonaerense, se llegaba a conclusiones inexorables a favor de Scioli.
"A
tres semanas de las elecciones, la fórmula Daniel Scioli-Carlos Zannini sigue
en zona de ganar en primera vuelta, sin necesidad de un ballottage. Las
intenciones de voto parecen estables y se mueven muy poco: Scioli-Zannini le
sacarían más de doce puntos al binomio Mauricio Macri-Gabriela Michetti,
quedando en el tercer puesto Sergio Massa-Gustavo Sáenz a unos ocho puntos del
segundo (...)", se leía en 'Página/12.
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