Humor
político
Alejandro
Borensztein
La
delegación del Club de los Malos que viajó a EE.UU. para asistir como veedores
de la elección presidencial es la más numerosa que jamás hayamos enviado.
No
es para menos.
Si
bien el CDLM americano supo infiltrar infinidad de turros en la Casa Blanca, nunca
estuvimos tan cerca de sentar en el mismísimo sillón presidencial del Salón
Oval a semejante jerarca de la institución.
Sería
una verdadera proeza de la EAO (Evil American Organization) popularmente
conocida en el Middle East americano como “The Bad Guys Club¨.
Ya
no se trata de rodear de encarajinadores a un presidente para endemoniarle el
gobierno, como indican los manuales de procedimiento, sino de entronizar
directamente al mismísimo demonio.
Una
aspiración de vieja data.
We have a dream.
Yes we can.
Un
pequeño paso para un miembro del CDLM, pero un gran salto para la Maldad.
Si
bien en algunos sectores intelectuales del CDLM aún se discute si el daño sería
más profundo con Trump o con Hillary, no hay duda de que puestos a elegir,
Donald resulto ser el preferido. Por poco.
Está
probado que el populismo resulta más funcional a nuestros fines que las
propuestas democráticas y republicanas.
Nos
permite mantener la devastación en el tiempo y profundizar el deterioro, como
lo demostramos en la Argentina.
Pero
también es una cuestión de piel.
Nos
sienta mejor.
De
allí surge esta nueva estrategia: ¿para
qué insistir con impulsar precarios líderes populistas en Latinoamérica si es
mucho más efectivo clavarlos en el corazón de EE.UU.?
Populismo
en Norteamérica es promesa de populismo en todo el mundo.
“The
world is yours” sentencia el dirigible que surca la noche de Miami en la
película ¨Scarface¨ cuando Tony Montana ejecuta a su jefe y le roba la novia.
Gran metáfora.
Curiosamente,
en el mismo momento en que los populismos en el Sur se pulverizan, en el Norte
crecen como hongos.
Con
un poco de suerte, atómicos.
La delegación
tenía además otro propósito:
Capacitarse en
el arte de organizar el fraude con el nuevo sistema de voto electrónico que el
actual gobierno argentino impulsa para intentar terminar con nuestro viejo
sistema de fraude.
Tienen
razón.
No
más quema de urnas, ni listas sábana, ni robo de boletas, ni fiscales a punta
de pistola, ni ninguna de las viejas técnicas con las que hemos manipulado elecciones
durante tantos años.
¿Quieren
innovación?
La
tendrán.
¿Quieren
modernidad?
Se
la daremos.
¿Quieren
tecnología?
Será
de punta.
Allá
viajaron nuestros especialistas en emputecimiento electoral para interiorizarse
de los nuevos métodos de fraude y contratar a los principales asesores para que
nos guíen en esta nueva etapa.
Adiós
a los héroes que pasaron a la historia en las humaredas de Tucumán, en los
narcotizados recuentos de Santa Fe, en los DNI falsos de Formosa o en los
bastiones impenetrables de los cordones bonaerenses.
Bienvenidos
sean los jóvenes cibernéticos, los hackers de la nueva era y la revolución
tecnológica.
Del
tradicional fraude que organiza el CDLM no se van a salvar nunca.
Sin
embargo, la partida de nuestros turros más calificados no significa que vayamos
a descuidar la incesante tarea local.
Tanto
en la infiltración de encarajinadores en el nuevo gobierno con el objetivo de
demoler cualquier intento de recuperación, como en la etapa definitiva de
destrucción del kirchnerismo, también llamada ¨fase patética ¨.
Uno de los
últimos logros de esta avanzada final fue la toma y ocupación de la cuenta de
Twitter de la ex presidenta llevando el papelón al paroxismo.
Otro
golpe fue diseminar la angustia entre la ingenua militancia que supo defender
el llamado proyecto nacional y popular y que hoy se encuentra en el bochornoso
lugar de justificar a un puñado de ladrones.
Algunos
ya en prisión como Báez, Jaime o López, otros prófugos como el cuñado de De
Vido y otros todavía libres aferrándose desesperados a la insólita excusa de
que también se debe investigar a otros funcionarios o empresas de la obra
pública.
Sin duda así lo
haremos, pero deben saber que los chorros irán siendo deschavados,
investigados, juzgados y encarcelados por estricto orden de llegada.
Completó
la faena, un joven fotógrafo del CDLM que registro el momento mortal en que
Boudou y sus amigos remojaban los pies en la fuente de la Plaza de Mayo,
emulando el 17 de octubre, avergonzando a todo el peronismo y poniendo en
riesgo 70 años de historia, en un verdadero acto de abuso de poder del Club de
los Malos. Ahí tal vez se nos fue la mano.
De
todo esto se hablaba en la cena de despedida de la nutrida delegación de hijos
de puta que enviamos al Norte, y que tuvo lugar en el salón comedor de la
Cámara Argentina de Gastronómicos Cool, la prestigiosa CAGACUL que nuclea a los
profesionales modernos de la cocina, incluyendo diversos restauranteurs, chefs
y afines que hacen cocina fusión, mezclan algas, semillas, carnes crudas y
sofistican los platos hasta hacerlos incomprensibles y angustiantes para los
paladares de los Corderitos de Dios.
Atrás
quedaron el peceto al horno con papas, las milanesas que rebalsan el plato o
las pastas con tuco y albóndigas. Delicias que solían disfrutarse en todos
lados, pero que ahora solo se pueden encontrar en algunos bodegones del
Conurbano bonaerense.
La
mayoría fueron reemplazados por establecimientos que ofrecen ravioles de setas
sobre emulsión de pesca fresca y frutos rojos, crocantes de guacamole relleno
con carnes rojas maceradas en tinta de calamares o los endiablados arrollados
de centolla en salsa de cebollas caramelizadas, queso azul y espárragos
orgánicos.
Verdaderos
Caballos de Troya de la gastronomía moderna que amenazan a los comensales y que
habilitan a todos los maitres del país a que abran fuego a voluntad con la
utilización de palabras como “ciboulette” o “reducción”.
No
nos distraemos de ninguna de nuestras labores cotidianas.
Sea
la destrucción del sistema de evaluación de alumnos y docentes, o la apoteótica
implosión del fútbol argentino con nuestros estoicos turros apostados en la
AFA.
Pero
la mente de los miembros del Club de los Malos está puesta en el gran objetivo.
Son
tiempos de gloria.
¨Smell
like victory¨, inmortaliza el coronel encarnado por Robert Duvall en
Apocalipsis Now mientras la selva vietnamita arde bajo el napalm.
Y
así nos sentimos.
Tocando
el infierno con las manos y la esperanza de estar frente a un hito en la
historia de la guachada universal. Falta poco.
Donald
Trump es el elegido.
Producido
y modelado por el CDLM como una rubia y perfecta creación.
Recién
salida del coiffeur.
Nada
mejor que un millonario retrógrado blanco y platinado para reemplazar a un
progresista demócrata y negro. No nos puede fallar.
Allá
va Trump a cumplir nuestros sueños dorados.
Dorado
como nuestro futuro.
Como
su cabellera.
Melenita
de oro.
Melenita
del Mal.
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