OJALÁ SEAMOS
DIGNOS DE LA DESESPERADA ESPERANZA.
Ojalá
podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar
juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la
mano.
Ojalá
podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra
conciencia o violan nuestro sentido común.
Ojalá
podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena,
porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.
Ojalá
podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las
caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá
de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.
Ojalá podamos mantener viva la
certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que
viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza…
Nazca donde
nazca y viva cuando viva,
porque no tienen fronteras los mapas del
alma ni del tiempo…
Roberto Galeano
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