¿Héroe o cómplice?
Por
Pablo Dócimo
"El
peronismo acompaña hasta la puerta del cementerio, pero no entra", reza el
dicho popular.
Por
eso mismo, no vamos a hablar de ética.
No olvidemos que
estamos hablando de peronismo, donde la palabra ética es prácticamente
desconocida.
A
lo sumo saben de lealtad, pero hasta cierto punto.
El
peronismo suma un nuevo dilema.
El
primero, y que viene arrastrando desde diciembre de 2015 es que, por más que
les pese a los peronistas “no kirchneristas”, saben perfectamente
que es Cristina quien no sólo más votos justicialistas cosecha en una elección,
sino que además es, quien más gente moviliza en un acto.
Y también saben
que, paradójicamente, con Cristina candidata perderían cualquier elección,
especialmente a nivel nacional.
El
segundo es el pedido de desafuero de la Senadora Cristina.
Con
la confirmación de que el Juez Claudio Bonadío sumó pruebas contundentes -tanto en cantidad como en su contenido-
contra la ex presidenta,
Pichetto,
que es quien maneja el “peronismo no K” en el senado, se
encuentra atrapado por el peor de estos dos dilemas:
Autorizar el
desafuero de la ex presidenta o salvarla de ir presa.
Tanto
el tenor, como la cantidad de pruebas, hacen que evitar el desafuero sería
insostenible, por lo que su postura a negarse ante la evidencia del juez sería un
suicidio político, y para algún sector que lo apoye, también.
En
realidad, el mismísimo Pichetto, como la inmensa mayoría de los peronistas no
K, quisieran desaforar a Cristina ya mismo.
¿El
motivo? más que claro:
Sacarla
de una vez por todas del escenario político, ya que como hemos dicho mal que
les pese es CFK quien más votos peronistas tendría a la hora de una elección,
para luego tratar de unificar el peronismo y competir mano a mano con Macri en
el 2019.
Ahora
bien, Pichetto dice:
"Desaforar
a la senadora Fernández puede ser peligroso, porque mañana le puede tocar al
presidente".
Pero,
¿qué quiere decir en realidad? ¿cuál es el problema?
Los
motivos son dos, ambos corporativistas.
El
primero es que si el senado desafora a Cristina, debería hacer lo mismo con
otros tres senadores (casualmente peronistas) que también tienen pedido de
desafuero:
Carlos
Menem, José Alperovich y Juan Carlos Romero.
El
segundo es que en el futuro, ninguno de ellos podrá contar con el "escudo
protector" que les otorgan los fueros.
Si
bien el juez dispuso la prisión preventiva y el pedido de desafuero al Senado
de la Nación, el mismo recién se hará efectivo una vez que el fallo quede firme
por decisión de la Cámara Federal.
Por
otro lado, tanto Pichetto como el resto de los senadores pueden votar lo que
quieran, ya que en el eventual juicio oral, que comenzará el 26 de febrero en
la que la acusan de asociación ilícita por la causa de la obra pública que se
le concedió a Lázaro Báez en Santa Cruz en la que también serán juzgados Julio
De Vido y José López. CFK seguramente será condenada y luego, con sentencia
firme, será imposible evitar el desafuero.
Pero
volviendo al nudo gordiano de la cuestión, Pichetto tiene la posibilidad de
facilitar el desafuero de Cristina, correrla de la escena política y
convertirse en el potencial candidato presidencial del peronismo, que es a lo
que realmente aspira.
Pero
sabe que con eso entregará a varios senadores.
Si
no promueve el desafuero, automáticamente se convertirá en cómplice, y por
consiguiente pasará a ser un cadáver político.
¿Cómo
se sale del laberinto?
Es
una verdadera intriga, pero lo único seguro es que, de
ética, ni hablar…
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