Hitler
y los grandes valores morales
Al
comenzar la guerra, Perón le escribió a su cuñada desde el apostadero de
Merano, en Bolzano, en el norte de Italia, próximo a la frontera austríaca.
Esbozó
un inteligente análisis de las posibilidades de los bandos enfrentados y de la
actitud que la Argentina tendría que asumir:
“Tarde
o temprano habrá que embanderarse en una de las dos tendencias...
Solo
se trata de saber elegir”.
Con
respecto a su visión del conflicto, en el Frente oriental, “se desprende que,
por mal que siga el asunto, cuando reciban ustedes esta carta, Alemania habrá
terminado con los polacos, mediante la ocupación de casi todo su territorio”.
En
el Frente occidental, constituido por Bélgica, Francia y Luxemburgo:
Alemania
les meterá fuerzas superiores a los nueve millones de hombres, que Francia e
Inglaterra no podrán poner aunque se esfuercen mucho [...]
Mi
pálpito es que, si contra lo que pienso, el conflicto no se generaliza y dejan
solos a Alemania, Francia e Inglaterra, las operaciones continentales están
terminadas antes de mayo de 1940 con la derrota absoluta de los franceses a
ingleses.
Quedaría
después en pie Inglaterra en el mar y ahí está a mi entender la dificultad de
los alemanes, que en este elemento no podrán vencer nunca a Inglaterra.
En
síntesis, le tenía fe al Führer y estaba convencido de que mientras “los
grandes valores materiales están del lado de los aliados, los grandes valores
morales están del lado de los alemanes".
La
historia dirá después cuál de estos valores tiene la supremacía de la
influencia en la guerra”.
Sin
duda, Perón acertó en cuanto al éxito militar de la primera fase de la guerra,
así como en prever la dificultad que tendría Alemania para enfrentar al imperio
británico en los mares..
En
cuanto a los “grandes valores morales del nazismo”, la guerra iría desnudando
la tragedia que se escondía tras los discursos patrióticos.
Desde
lo personal, Perón quería quedarse el mayor tiempo posible en Europa.
No
obstante llegó la orden de que todos los oficiales argentinos en misión de
estudio en los países en guerra volvieran al país.
Perón
lo hizo en un largo recorrido que lo condujo a España, donde visitó los lugares
históricos de la guerra civil, como el Alcázar de Toledo.
Está
claro que las impresiones que Perón recibió en los dos años que duró su destino
en el exterior influyeron en forma decisiva en su visión del mundo y en su
propio concepto del papel que quería desempeñar en el futuro argentino, cuya
grandeza descontaba.

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