Imponer
al vago no es una digresión de Alberto, es una estrategia de CFK y el
kirchnerismo
Por
Rubén Lasagno
Cualquiera
podría pensar que las palabras dichas por Alberto Fernández en una “entrevista”
que le hicieron en Canal 9, es producto de “una idea suelta” o una digresión
del elegido presidente en medio de una charla intimista, pero no.
Es
una acción premeditada, la cual empezó a cuajarse hace mucho tiempo detrás de
cuya idea están Cristina Fernández, Carlos Zanini, la tía Alicia, Rudy Ulloa
Igor y el propio Máximo Kirchner.
Alberto
Fernández, hablando del gobierno que ocupará a partir del 10 de diciembre, dijo
“Les diría que estén tranquilos”
Que
empieza una etapa donde todos comencemos a ganar.
Se
terminó el tiempo de la pelea, de esto que llamaron grieta“, sin recibir
(obviamente) ningún tipo de repregunta de parte de la conductora (y menos que
lo pudiera poner incómodo), a pesar de las enormes dudas que se ciernen sobre
su futura gestión, donde también dijo que él no es autoritario,
lo cual disimula muy bien.
Y
la frutilla del postre, para nada casual sino perfectamente planificada, la
puso el presidente electo cuando después de una pregunta para nada casual de la
conductora Viviana Canosa, quien lo consultó sobre la intención de Cristina de
que su hijo Máximo sea presidente en el 2023,
Alberto,
con el terreno preparado gentilmente por la entrevistadora dijo arqueando las
cejas y poniendo la mejor “cara de Alberto”:
“Ojalá.
Siempre dije, incluso en los años en que estuve distanciado de Cristina, que es
un chico maravilloso.
No
era lo que contaban, no era el vago de la Playstation.
Es
un chico muy criterioso, muy razonable, es un chico moderado.
Tengo
la mejor opinión de él” y concluyó:
“Tiene
que evolucionar más en política, pero por qué no podría ser presidente“.
La
vida política argentina se da estos “lujos”.
Desde
repetir la historia y devolver a los chorros al gobierno, multi procesados,
acusados de traición a la patria, ser copartícipe de un magnicidio y políticos
culpables de haberse robado un PBI,
hasta que un presidente electo pero que ni aún arrancó en sus funciones, sea
obligado a imponer con forcep y desde cuatro años antes, la incómoda figura del
hijo de su vicepresidenta…
Una persona sin ningún estudio ni preparación, que no conoce el trabajo, al cual Alberto define como “un chico maravilloso” desconociendo que tiene 42 años y es técnicamente un vago, ungido como legislador en el 2015 por el propio aparato kirchnerista.
Una persona sin ningún estudio ni preparación, que no conoce el trabajo, al cual Alberto define como “un chico maravilloso” desconociendo que tiene 42 años y es técnicamente un vago, ungido como legislador en el 2015 por el propio aparato kirchnerista.
Esto
no es nuevo.
Desde
OPI lo dijimos en el año 2015, cuando Zanini y Scioli llegaron a Río Gallegos
en plena campaña presidencial, intentando imponer al que nosotros calificamos “el
candidato mudo”, porque Máximo ni siquiera abrió la boca en toda su
campaña, excepto en las
concentraciones simuladas y ante militancia rentada que vitoreaba cualquier
cosa que decía.
En
aquella oportunidad, realizamos un video donde contrastábamos la negativa de
Zanini de reconocer su llegada con el propósito de largar la campaña de Máximo
como diputado nacional y sus propias palabras que colisionaban con la realidad,
toda vez que era precisamente lo que decía minutos después en el acto de El
Ateneo K;
En
aquella reunión partidaria con las alabanzas rastreras de Daniel Scioli, realizadas en medio de una ciudad
convulsionada por un paro de 100 días de municipales, durante la gestión del ex
intendente K Raúl Cantín, se proponía a Máximo cono candidato a diputado
nacional.
En
ese momento indicábamos que nada era casual y le armaban la carrera política a
un hombre “Ni-Ni” (ni estudia ni trabaja) y hoy comienza a configurarse
nuevamente un hecho similar, con las palabras de Alberto F (en una especie de Scioli recargado) tratando de “concientizar”
al electorado kirchnerista y buscando convencer al no kirchnerista de que la
voluntad de su patrona es poner “al chico” (¿?) en la presidencia en el año
2023.
Una fuerte
jugada de Alberto Fernández que muestra claramente dos cosas:
Que
su mandato tiene vencimiento previo y está puesto allí para encubrir a la dama
que no puede dar la cara.
Como
tal, el presidente elegido tiene a su cargo el trabajo sucio que nadie (si
no él) puede hacer en estas circunstancias, para eso fue elegido.
Uno de esos
trabajos, es ir preparando el terreno para que llegue un vago a la presidencia
del país.
Titánica
tarea le queda por delante.
¿Lo
logrará?.
Nada
es imposible en la Argentina maniquea.
Solo
basta ver y analizar lo que nos está pasando, para predecir sin lugar a dudas,
lo que nos puede suceder en el futuro no muy lejano.
(Agencia
OPI Santa Cruz)

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