Un
nuevo año, como portal sostenido por 365 vigas, nos espera.
La
sed de los recuerdos tendrá lluvia de olvido.
Un
calendario, con 365 días virginales, aguarda el color de nuestra ilusión.
De
inmediato mi mente en un ruego vivo implora para que la Paz que nos brindará la
Navidad no se apague con el cañón de la violencia ni se marchite el anhelo que
el hombre abriga.
Que
los 12 meses que nos saludan sean oportunidades para ser mejores, dejando atrás
el no puedo más y él no te metas.
Celebraremos
juntos el verdor de los cuerpos, el sexo de las flores, el polen de la risa y
todas las estrellas que vienen confundidas en la gota de lluvia.
El
Señor, con su nacimiento, ya está alumbrando con 12 lámparas cada mes del Año
Nuevo.
El
Espíritu nos infundirá 365 soplos de aliento divino.
La
Virgen María marchará delante de nosotros, sus hijos e hijas, ayudándonos a
vivir dignamente el nuevo año.
Desde
la altura mirando la tormenta que se apacigua lentamente, una enorme paz me
cubre.
Desde
esa serenidad y silencio brindo añorando que la bienaventuranza se anide en el
corazón de cada uno para seguir en un vuelo de pájaro y sueño.
Feliz
Navidad y mejor Año Nuevo.
Jorge Bernabé Lobo Aragón
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