Pobre Latino América….
Por
María Zaldivar
Un día el mundo aceptó que una importante porción del continente africano sería siempre un territorio desdichado.
Es
hora de hacer lo mismo con América Latina y asumir que grandes proporciones de
su población adoran el sistema político que lo empobrece: el socialismo.
La América hispana es mortalmente socialista, se excita de emoción ante el concepto de igualdad, los dictadorzuelos y la dádiva.
El
principal sentimiento que anida en su corazón es la envidia: e
Envidia
a Estados Unidos porque es un país pujante que vive su abundancia y su libertad
sin complejos, porque no digiere la comprobación empírica de que el capitalismo
que practica es la vía a sus éxitos.
Pero
Estados Unidos no es el único motivo de envidia para Latinoamérica.
Latinoamérica
también envidia al rico local, en Argentina, al rico argentino; en Chile, al
rico chileno y en Bolivia, al rico boliviano.
Porque Latino américa ha decidido instalarse y regodearse con su propio fracaso.
El
socialismo latinoamericano se da el lujo de despreciar la cultura y las normas
que hacen girar al mundo y, como todo autoritario, pretende imponer las
propias.
De
hecho lo logró en casi todos los países del subcontinente.
América
Latina tuvo la oportunidad de abandonar la postración pero se llenó de
“derechitas cobardes” que hicieron un enorme daño al sistema político
Según informes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el rebote estimado para la región no alcanzará a revertir los efectos de la profunda contracción de casi 7% anotada en 2020.
Problemas
estructurales, desigualdad, pobreza, miseria y marginalidad, hambre, escasa
inversión y baja productividad son los indicadores recurrentes de esa parte del
mundo que, como espejo, se complementan con estado grande como receta económica
y populismo político ó centro derechas vergonzantes, lo que Santiago Abascal describe como “derechitas cobardes”.
América Latina tuvo la oportunidad de abandonar la postración pero se llenó de “derechitas cobardes” que hicieron un enorme daño al sistema político, suficientemente pisoteado por la izquierda.
En
algún momento hubo una coyuntura favorable a la libertad y la república en
Chile, Brasil, Argentina, Perú, Colombia, Paraguay, Ecuador o Uruguay.
Si
bien los derroteros de cada uno de ellos no son idénticos y algunos están aún a
tiempo de evitar el colapso populista, la mayoría se quedó en intenciones.
El
discurso sonaba inspirador; luego los hechos no hicieron sino profundizar las
respectivas decadencias.
La historia
reciente demuestra que prácticamente ningún país de la región ha podido sacarse
el lazo de la izquierda porque no hay líderes que lo impulsen
Las derechitas cobardes de América Latina hicieron el daño de sembrar y regar el descreimiento general; pulverizaron el voto de confianza que las sociedades les extendieron con el objetivo de llevar adelante los cambios imprescindibles para virar de ser tercer mundo agobiado por el peso del estatismo empobrecedor a ser sociedades libres en las que el esfuerzo personal tuviese un rol protagónico en el desarrollo del individuo.
El
resultado fue un paso atrás y la vuelta al populismo y al discurso de la
izquierda contra los valores del capitalismo.
Hoy, América Latina exporta cerebros.
De
la Argentina se están yendo más profesionales que durante la crisis de 2001.
El
80% de la población expresa intenciones de abandonar el país…
No
todos tienen los medios económicos para hacerlo; sin embargo, la diáspora que
se inició tímidamente hace veinte años y que nunca se detuvo, hoy adquiere un
nuevo impulso y viene a configurar un clima sombrío:
Una
sociedad que se envejece, triste por el cisma familiar de despedir a los hijos,
un presente de jóvenes “ni ni ni” (ni trabajan, ni estudian ni quieren
hacerlo) fomentado desde el gobierno kirchnerista que los tiene de rehenes
a través del otorgamiento de tarjetas alimentarias y dinero en efectivo que
determinan un futuro de inexorable
decadencia.
Además de pedir
a Dios que esa gesta anticomunista tenga éxito, tendremos que invertir hasta el
último aliento para liberarnos
La historia reciente demuestra que prácticamente ningún país de la región ha podido sacarse el lazo de la izquierda porque no hay líderes que lo impulsen.-
Cada
tanto, alguna voz se alza para describir la necesidad de un cambio de rumbo en
materia económica.
Pero la
postración latinoamericana es moral, más allá de la debacle de su PBI.
Latino américa
sangra por sus valores cada vez que se entrega mansamente al adoctrinamiento de
sus niños, la difamación de sus fuerzas armadas y la prostitución de sus políticos
y jueces.
Hay
permiso para todo mientras se reemplazan los valores centrales de vida,
libertad y propiedad.
El desembarco de los peores en lugares de decisión marca el ritmo de la caída.
Ellos,
sin pasado para defender, sin orgullo por la tradición de la que no son parte,
sin principios morales ni sistema de valores garante de sus conductas están
deshaciendo nuestras sociedades.
Con
la desintegración impulsada desde adentro, hoy se ve con ilusión el esfuerzo de
un sector de la clase dirigente española por ayudarnos.
La
perniciosa influencia de lo peor de América Latina hizo pie del otro lado del
Atlántico pero, a diferencia de quienes permitimos la colonización chavista,
España reaccionó.
Además
de pedir a Dios que esa gesta anticomunista tenga éxito, tendremos que invertir
hasta el último aliento para liberarnos.
La
libertad está en juego y, con ella, nuestra forma de vida y los valores que
nuestros mayores abrazaron...
No hay comentarios:
Publicar un comentario