Por Mara Martinoli
http://apgargentina.blogspot.com
Los hombres de todas las culturas recurren a la imagen del camino para representar la vida, porque en realidad el hombre es itinerante.
Desconformes con su presente inician la búsqueda del camino que les permita lograr su completud.
Generalmente, cuanto más fatigados se sientan, más caminos intentarán recorrer para encontrar un sentido; y como eternos peregrinos continuarán intentando hacerse camino al andar.
Cansados, desorientados, errantes, se empeñan en tomar trazados existenciales inciertos, sin reparar, porque no paran de caminar, que el proyecto está en ellos.
Si el camino elegido promete evitar el sufrimiento de la vida cotidiana, pernoctarán allí y entregarán todo lo necesario para eludir todo aquello que en la vida pudiera ocurrir a quien prometa que “pararán de sufrir”.
Como si se tratara de un trueque, dejarán su equipaje, su movilidad y los víveres preparados para andar.
Y como el trueque no será suficiente, entonces deberán dar a su permanencia un sentido “contractual”: cuantas más provisiones puedan dejar, mayor será la garantía para el descanso del viaje.
El recorrido sería más sencillo si descubriéramos que todo camino se hace transparente cuando se transita en el encuentro con el otro, en la construcción de la coexistencia.
Este andar no admite atajos, transferencias, descuentos u ofertas especiales, es un tour que se recorre en libertad.
Sólo cuando la libertad se libera, permite hacerse responsables del otro, observando la alteridad que trasciende al hombre.
Este es el sentido del itinerario humano, incompatible con todo canje, trueque o permuta.
Los caminos individuales y los colectivos siempre se complementan...
Ignorarlos, es ignorar cuanto dignifica al hombre.
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Están los que usan siempre la misma ropa,están los que llevan los amuletos,
los que hacen promesas,los que imploran mirando al cielo,
los que creen en supersticiones
Y están los que siguen corriendo cuando les tiemblan las piernas,
los que siguen jugando, cuando aun se acabe el aire,
los que siguen luchando, cuando todo parece perdido,
como si cada vez fuera la última vez,
"convencidos de que la vida misma es un desafío
Sufren, pero no se quejan: porque saben que el dolor pasa,el sudor se seca, el cansancio termina.
Pero hay algo que nunca desaparecerá: la satisfacción de haberlo logrado.
En sus cuerpos hay la misma cantidad de músculos; en sus venas corre la misma sangre,
lo que los hace diferentes es su espíritu,la determinación de alcanzar la cima,
Una cima a la que no se llega superando a los demás, sino superándose a uno mismo...
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 1 mes
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