Antes de que nadie los viera, quemaron los afiches para festejar el Mundial

Los habían impreso para atraer hacia el Gobierno la imagen ganadora de la Selección.

Por SUSANA VIAU

La usina publicitaria que aconseja al matrimonio presidencial lucha contra la adversidad: la copa del mundo sacó pasaje hacia Europa y se lleva en la maleta el período de paz olímpica y éxtasis colectivo con que esperaban pavimentar la ruta pingüina hacia el 2011.

No queda nada de nada, ni siquiera el esperado repunte de la tevé pública, cuya pantalla mundialista ha sido sistemática y largamente superada (30 puntos) por las transmisiones de Telefé.
Los sueños sudafricanos de los Kirchner quedaron reducidos a cenizas y, como un símbolo, los 50 mil afiches que habían encargado para asociarse al triunfo deportivo fueron incinerados estos días en medio de inusitadas medidas de seguridad.

Habían sido confeccionados en las imprentas ligadas a la Secretaría de Informaciones y la foto, tomada antes de la partida de los jugadores, mostraba a la Presidenta con la camiseta argentina y flanqueada por su marido y Diego Maradona.
Faltó Lionel Messi, quien declinó la invitación porque su sentido común le indicaba que “no hay que mezclar las cosas”

Al fin y al cabo, ni su presente ni su futuro están en Argentina y las venganzas de Néstor Kirchner no llegan al Camp Nou.

Orientada por un puñado de certezas, la producción de un conocido periodista merodeó Ezeiza en busca de los afiches.
En Ezeiza vive Maradona y allí ejerce su cacicazgo el amigo del técnico, el intendente —ultramenemista antes y ultrakirchnerista ahora— Alejandro Granados, el hombre que apostó miles de vecinos con sombrillas y banderas argentinas al paso del autobús de la selección y quiso hacer del municipio la cabeza de los festejos.

La posibilidad de que los carteles cayeran en manos de la oposición estremeció a los Kirchner, que ordenaron recuperar hasta el último ejemplar.

Saben que pocas fidelidades resisten un buen cheque y el ridículo puede ser más corrosivo que la derrota.
Funcionarios de la secretaría general de la Presidencia se habrían ocupado de supervisar la quema de esa incómoda montaña de papeles.
Pese a todo, sigue vigente la idea de que el técnico ocupe un lugar en las filas del PJ , partido al que, alentado por Granados, se afilió en el 2008.

Menemizada, la aritmética electoral del kirchnerismo cree que el nombre de Maradona puede sumarle unos puntos invalorables en el segundo cordón.
Si los griegos homenajeaban a los triunfadores del pentatlón con una estatua en el templo de Zeus, el legislador porteño Juan Cabandié se ha propuesto resignificar el fracaso y levantarle un monumento al “10” convirtiéndolo en una especie de Milon de Crotona.

Frustrado el intento de instalar el mito de un romance nacido entre el Gobierno y “la gente” durante los actos del Bicentenario, la “operación buena onda” sobrenada en la superficie.
Por debajo corre agua turbia, un torrente que, según la oposición peronista, arrastra “escraches, patadas y plata”
Michelet lo hubiera contado de otro modo:
- “Se había señalado un día para que todos se abrazaran en un sentimiento común y al mismo tiempo se hacía todo lo necesario para dividir la nación”.

Hace diez días, Eduardo Duhalde recibió un sobre que contenía su clave de e-mail.
Era la sexta vez que le hackeaban el correo y sus apariciones públicas son pasto de lo que él llama “la cooperativa del escrache”:
. el 28 de junio, tirotearon el auto del concejal duhaldista de General Rodríguez, Sergio Maffia.
. Luego, una llamada avisó “la próxima es con vos adentro”;
. el 6 de julio, Felipe Solá denunció el secuestro y la golpiza de la secretaria de Fernando Asencio, su hombre en La Matanza, enfrentado al intendente kirchnerista Fernando Espinoza.
. Al rato, era amenazada la madre de un sacerdote que, como Asencio, se opone a una maniobra inmobiliaria en el distrito.
. En mayo, el coche del concejal de Avellaneda José Alessi, también alineado con Solá, había sido baleado.
El propio Solá fue hostilizado a fines de junio, en San Nicolás, por una patota de la UOCRA ligada al gobierno.

“Los perros son como los dueños –dice un experimentado dirigente del sector-; si el dueño está sacado, los perros muerden”

El amo, en efecto, está enojado.
Se multiplican las denuncias de corrupción; el nuevo Canciller debutó con mal pie; están bajo investigación las polémicas relaciones comerciales con Caracas; la comisión de seguimiento de los servicios de inteligencia quedó en poder de la oposición; el parlamento puede dar por terminado el ciclo del control de la caja, la justicia y el espionaje justo en la antesala de la batalla electoral.

La ira del amo necesita culpables: ordenó que Alejandro Rossi sea desalojado de las comisiones a las que pertenece.
Lo responsabiliza de los errores cometidos en la discusión del Consejo de la Magistratura.
El otro Rossi, Agustín, su hermano y presidente de la bancada del gobierno, ya no es su interlocutor.
La polea de transmisión de Néstor Kirchner en Diputados es, por el momento, el presidente de la Cámara, Eduardo Fellner.
En el bloque del FPV se respira malestar.

Por ahora es sólo un estado de ánimo, pura mala onda.