El doble rasero y las rebeldías adolescentes

Autor George Chaya

Aunque en el Sahara se hable español, hablar del Sahara y de los Saharawis no solo es excepcional, sino que por estos días es inaudible en España. Por ello no debe llamar la atención la vergonzosa construcción de ese “muro” de silencio que ha levantado el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) conducido por el presidente Zapatero y tampoco su veloz distanciamiento de la antigua colonia.

En principio, cabe señalar que tal anomalía es acompañada de un escandaloso apagón informativo impuesto por Mohamed VI en Marruecos, ello acompañado de la brutal represión a periodistas a quienes puso bajo detención, de esa manera el monarca bloqueó toda información de la prensa sobre los aberrantes hechos de El Aaiún y un dato no menor es el “borrado sistemático” de las imágenes de la masacre por parte de la prensa española adicta al gobierno socialista. En segundo lugar, lo que ha destacado es la ambigüedad del mensaje y el lenguaje utilizado por el gobierno ZP ante el desenlace de un conflicto del que -por rigor histórico- es parte, pero que paralelamente le resulta sumamente incomodo por imperativo de las reglas del juego de la diplomacia. Lo concreto es que a nadie en el gobierno del PSOE parece importarle una alcachofa que allí donde hay seres humanos que comparten la historia de España y su lengua, un pillo de baja estopa que hace las veces de Rey con silla en las cumbres internacionales haya llevado tremenda barbarie sobre el pueblo saharawi, algo sobre lo que ZP y sus seguidores hubieran puesto el grito en el cielo de haber sido el asentamiento una aldea Palestina y el verdugo los tanques y la fuerza aérea israelí. Claro que mojarle la oreja o meterle el dedo en el ojo al monarca alawita es otro cantar, algo muy distinto para el conocido autismo de la diplomacia del PSOE. Y es allí donde ZP y su gobierno muestran su bajeza, puesto que para ellos pareciera ser lo importante la bala que mata y no los seres humanos que mueren.

Lo cierto es que los que antes coreaban eslóganes rabiosos contra la incursión israelí en Gaza ahora han puesto la doctrina de los mercaderes por delante de la pancarta. Los mismos grupos judeófobos que en el pasado esgrimían su ira ante la falta de humanidad israelí y pedían a gritos la intervención de la ONU contra ese Estado hoy padecen de amnesia y miopía ideológica aguda e irreversible cuando la foto viene del Sahara Oriental, de los miserables asentamientos de Tetuán o de los indigentes de Melilla. Definitivamente pareciera que gritar en Madrid contra la guerra en Gaza era más fácil y rentable que alzar la voz contra el primer Progrom del siglo XXI llevado a cabo por el monarca marroquí. Verdaderamente una lastima, una mancha más para el gobierno de Don J.L. Zapatero, más aun si uno intenta recordar ese engendro lanzado en el pasado de forma rimbombante denominado “Alianza de Civilizaciones” que pergeño junto a su ex Ministro Miguel Ángel Moratinos. Una verdadera pena, cuando parecía que España movilizaba su memoria sobre el pasado, pues era el momento adecuado para recordar su deuda histórica con el pueblo saharawi tras “la fuga -no menos histórica- de 1976”

Pero la única verdad es la realidad y ella indica que cuando comenzó la masacre de El Aaiún, la Ministro de Relaciones Exteriores del PSOE “escapó” de gira por Latinoamérica, regaló jamones al presidente boliviano y prometió en la Ciudad de la Paz ayuda española al ejecutivo que conduce Evo Morales. Una vez más la ministro, su partido, su presidente de gobierno y los grupos de DD.HH. han demostrado que olvidaron inhumanamente los muertos saharawis del Aaiún tanto igual que la brutal violación a los derechos y la libertad de información.

Al parecer los Saharawis corren distinta suerte que los palestinos en la comprensión del gobierno socialista español, evidentemente el Monarca Mohamed VI goza de una calificación y estima diferente a la de otros gobernantes del Oriente Medio para el presidente Zapatero que vive entrampado y pedaleado en el vacío alineando con causas anti-occidentales. Pero lo concreto es que ese doble rasero histórico del socialismo esta generando en la gente cierta fatiga moral junto a un sentimiento rayano en el desprecio, más aun cuando se observa reiteradamente que la dirigencia política apoya dictadores con disfraz de reyes y reivindica problemas espirituales ciertamente mas próximos a Indiana Jones y al turismo aventura que a la defensa de la universalidad de los derechos humanos y la verdadera libertad.