"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 14 de enero de 2011

La vida...












Qué consistencia tiene la vida, pero al mismo tiempo que lábil es.

Un instante basta para terminar con ella, y cualquier circunstancia orgánica o ambiental que haga intolerable su progreso lo interrumpe inexorablemente.

Son tantas las circunstancias, como tantas son las acciones que promueven a la vida.

De todos modos la vida es dura, la vida tiende a la vida, busca su supervivencia y hace que los organismos evolucionen hacia una cohesión con su ambiente para que puedan sobrevivir.

El hombre ha hecho un notable progreso tecnológico y científico y sus avancen han posibilitado que los niveles de vida y la duración de la misma se incrementen permanentemente.

La ingeniería genética está logrando hechos inéditos.

Pero hay algo que no debe perderse de vista.
Todos estos esfuerzos del hombre cuentan como soporte, como último sustento, en definitiva con la calidad del material, con la nobleza de las células, con la tremenda evolución de los organismos que ha posibilitado aptitudes, especificaciones, desarrollos únicos para cada sistema y órgano, y una ductibilidad extraordinaria en el manejo de las situaciones.


En ese contexto emerge el hombre y su conciencia.
La conciencia del ser, de lo que es, de lo que no es, de lo otro, de lo anterior y lo posterior, de lo mejor y de lo peor, y la conciencia de lo indescifrable, de lo incognoscible, de lo que no puede aprehender racionalmente y que le golpea permanentemente en su mente.

Y surgen las cuestiones profundas:
 ¿para qué se vive? ¿ cómo se debe vivir?
¿ cual es la responsabilidad y cual debe ser la conducta? ¿qué debo como ser social y cual es mi rol?
¿Qué quiero y a donde voy?

Es la vida con sus limitaciones y sus maravillas. La que merece vivirse.

Pero hay un previo considerar, mientras se vive la vida.

La vida es todo y es nada

Sin vida nada es posible, pero sin contenido la vida está vacía.

¿Cuál es el ser de la vida?

Como es la vida, pero en realidad ¿Qué es la vida? ¿Qué es la vida en si misma?

Que podemos predicar de la vida en si.

Es una forma pero más que una forma.

Es un continente pero más que un continente.

Es una condición de ciertos seres, pero más que esa mera condición.

¿Está la vida hecha en razón del hombre y para el hombre, o está el hombre hecho para la vida y en razón de la vida?

¿Cuál es la vivencia de la vida?

Preguntar por la vida es ajeno a las formas de vivir y a las vivencias.

Porque las forma de vivir y las vivencias son el contenido de la vida, no la vida en sí, y son los contenidos que le pone el hombre con su sensibilidad.

Porque la vida pasa, deviene, inexorablemente aún a pesar nuestro, a costa nuestro y sin importar nuestro conocer, nuestro deseo o nuestro querer.

Solo podemos entender la vida en sí, trascendiéndola.

Despojándola de sus contenidos y de sus vivencias, aislándola del ser aunque esté atada al ser.

Porque ser es vida y vida es ser.

Si no hay vida no es, y si no hay ser, es nada.

La vida es original en cada ser, expresa una actitud interna, es un modo de ser en el mundo, un modo-de-ser-ahí, al decir de Heidegger, o una forma de ser Das Man como señala Kierkegaard.

La vida puede ser una existencia auténtica desde el yo mismo, o una entre tantas, tomando al mundo como es.

Desde la vida puedo transformar toda la existencia, si mi vivencia es auténtica, original y escapa al concepto del mundo como es, modificándolo, dando movilidad, generando un cambio.

Si mi vida tiene sentido, si la vivo desde mi ser, con todo lo que soy, con lo que siento, deseo, apetezco y proyecto.

Si desde el valor que  doy a mi ser, genero una comprensión de la vida, primer y supremo valor, con lo que soy y lo que valgo.

Si la vida vale para mí, tanto como para el otro, si toda vida es un supremo valor y mis valores están al servicio de la vida.

La vida digna, la vida libre, la vida justa, la vida bondadosa, la vida solidaria y la vida en paz.

La vida y el ser en una dialéctica perenne, que permita que crezca y progrese y que sea mejor para todos.

Elías D. Galati

wolfie@speedy.com.ar

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