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Caricatura de Alfredo Sabat

martes, 18 de marzo de 2014

Cristina es mas papista

Alfredo Leuco, en su editorial de hoy, nos cuenta como la Presidente Cristina Fernandez de Kirchner cambio su opinión sobre el Papa Francisco de un día para el otro.

Uno de los mayores saltos panquequistas de Cristina fue en relación con el Papa Francisco.

En poco menos de 24 horas la presidenta de la Nación dio una vuelta en el aire y cambió rotundamente su opinión.
Aquel odiado cardenal Jorge Bergoglio se convirtió, como por arte de magia, o por un pragmatismo feroz, en el amado Papa Francisco.
Era el enemigo íntimo de Néstor y Cristina.
Lo calificaban como “el jefe de la oposición”.
Intentaron sacarle una herramienta al trasladar el Tedeum y lo llevaron al interior con la excusa de hacer una ceremonia mas federal.
Pero todo el mundo sabía que era un castigo a Bergoglio que había tenido el atrevimiento de criticar la pobreza, la exclusión social y la corrupción, algo que es habitual para cualquier sacerdote que se precie de tal, pero que, para el matrimonio presidencial, fue poco menos que una declaración de guerra.
Ahora, el Tedeum volverá a la Catedral Metropolitana, en otra confirmación del viraje.
¿Ya habrán sido lo suficientemente federales?

La versión mas repetida entre los ministros es que fue necesaria la intervención de Rafael Correa para que Cristina depusiera su actitud de ira frente a la designación de Bergoglio en el Vaticano.
Católico practicante, el presidente de Ecuador, que después llevó a su madre para que el Papa la bendijera, le hizo comprender a Cristina que no podía enfrentarse a semejante liderazgo planetario y, mucho menos, analizar la situación con las categorías dogmáticas y chiquitas del internismo partidario.
Correa había llamado a Cristina para felicitarla y la encontró maldiciendo.

Fue tragicómico ver a la diputada ultra K Stella García, la ex esposa de Rudy Ulloa Igor, proponer ahora una misa por el Papa cuando pocos años antes había dicho que ese señor no merecería llamarse señor.
Lo reveló OPI Santa Cruz y es otro ejemplo de borocotización cristinista.
Hasta la propia Hebe Bonafini que supo maldecir a Bergoglio cuando estaba en la lista negra del matrimonio Kirchner, ahora le envía abrazos esperanzados aunque cargados de sus propias expresiones de deseo.
Dice Hebe: “En lugar de luchar contra la pobreza hay que luchar contra la riqueza”,
y ese pensamiento ligado a la lucha de clases está lejos de una Doctrina Social de la Iglesia que, igual que el peronismo, apuesta a la conciliación de clases, a la justicia y cohesión social y a la convivencia.
Nunca el Papa fomentó el odio y la venganza.
De hecho, hasta recibió con afecto a la presidenta que tanto lo había combatido.
Chicana al margen: combatir a la riqueza según Hebe, ¿pone en la mira a Cristina y Lázaro?

El Papa puso la otra mejilla y eligió olvidar cuando Néstor Kirchner sin nombrarlo, casi sacrílego, dijo que el diablo podía lucir sotanas.

Luis D´Elía, siempre tan conspirativo dijo que el Papa Francisco por orden del imperio iba a destruir la unidad sudamericana como hizo Juan Pablo Segundo con la vieja Unión Soviética.

Una legisladora cristinista lo caracterizó de “genocida”.
La propia Estela Carlotto, antes de que Francisco la recibiera con Juan Cabandié, lo fustigó como si se tratara de Astiz y le reclamó declaraciones públicas de compromiso con las Abuelas que ni el matrimonio Kirchner hizo durante la dictadura.
Diego Gvirtz ya no utiliza fotos falsificadas para instalar que el papa tiene las manos manchadas en sangre.

Eran los tiempos en que Horacio Verbitsky, un ministro sin cartera de Cristina, había desatado casi una guerra santa contra Bergoglio.
Con información frágil y agarrada con alfileres acusaba al cardenal de haber entregado curas jesuitas perseguidos a la dictadora.
Después por testimonios de Alicia Oliveira, irreprochable defensora del juicio y castigo a los culpables, se supo que en realidad, Bergoglio había hecho todo lo contrarios.
Que había protegido y ayudado a escapar a varios perseguidos por los terroristas de estado.
Ahora se va a filmar una película al respecto sobre la base del libro: “La Lista de Bergoglio”

Hoy el Papa en otra muestra de generosidad hacia los argentinos recibió a una Cristina lesionada en su tobillo, con el mismo concepto que suele encerrar sus despedidas.
“Cuiden a Cristina”.
Le dio dos horas y media de charla a solas en una tercera entrevista, privilegio que no tuvo ningún otro presidente.
Francisco ruega que la ayuden a finalizar su mandato sin turbulencias.
Habrá que ver si Cristina se deja ayudar en estos 19 meses que le faltan.
El país necesita paños fríos, racionalidad dialoguista y prudencia para que nada se quiebre.

En otras palabras: está confirmado que este país, tiene Papa.
Falta saber si tiene cura...

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