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miércoles, 23 de julio de 2014

Griesa volvió a negar el amparo y la Argentina quedó a siete días del default

El juez le ordenó al Gobierno seguir negociando con los holdouts a través del mediador, Daniel Pollack, para resolver el conflicto; está prevista una mediación para hoy; Economía criticó al magistrado
Por Rafael Mathus Ruiz  | Para LA NACION

NUEVA YORK.- Fueron poco más de dos duras horas de audiencia, en las que el juez Thomas Griesa repasó la pelea de más de diez años por la deuda en cesación de pagos y ordenó negociar sin respiro para evitar que todo vuelva donde comenzó: un default de la Argentina.

Ocho días antes del fin del plazo para afrontar el último vencimiento de la deuda, Griesa instruyó a la Argentina y a los fondos buitre, NML y Aurelius Capital, a que negocien "continuamente hasta alcanzar un acuerdo" para zanjar su larga disputa y evitar una nueva cesación de pagos. "El tiempo es corto", dijo. "Debemos hacer todo lo que podamos."

El juez no accedió al pedido de la Argentina para que dictara una medida cautelar y suspendiera su mandato judicial, que congela los pagos a los acreedores a menos que se les pague también a los litigantes, con quienes el Gobierno ha logrado escasos avances hasta ahora.

Iba a dar por terminada la audiencia sin siquiera hacer mención a ese pedido, cuando Jonathan Blackman, principal abogado de la Argentina, que había escuchado sentado durante casi dos horas, pidió la palabra. Griesa accedió, Blackman se puso de pie detrás de un atril e intentó convencerlo por última vez: "Estamos en una situación en la que la República enfrenta el riesgo inminente de un default".

El abogado buscó sin éxito un paraguas legal para "pasar el año" y evitar una avalancha de juicios por la cláusula RUFO, que está incluida en los bonos del canje y les permitiría a todos los acreedores del país exigir el mismo acuerdo que obtengan los fondos buitre. Expira el 31 de diciembre.

Blackman resumió el escrito que había presentado un día antes. Una medida cautelar (o stay), dijo, facilitaría esa negociación, puesto que intentar un acuerdo en una semana era "improbable, sino imposible". "No se puede hacer para fin de este mes".

Griesa lo mandó a negociar con NML. Todos los puntos que había enumerado, le dijo, podían resolverse con Daniel Pollack, el intermediario designado por el juez, presente en la audiencia. Pollack recibirá hoy a representantes del Gobierno y de los litigantes. "En mi visión -respondió-, cada problema que ha mencionado es susceptible de ser atendido de alguna manera en un acuerdo, y no será un acuerdo de un párrafo, puede tener que lidiar con problemas únicos y conflictos, pero si no se hace habrá un default. Y eso es lo peor. Yo no quiero que eso suceda. La gente saldrá perjudicada con eso, no buitres, sino gente real."

La larga pelea de la Argentina con los holdouts quedó así en el mismo lugar de antes de la audiencia. Para eludir el default, el Gobierno deberá acordar con NML las condiciones para reimplantar el stay, estirar el acuerdo hasta 2015 y dejar que muera la cláusula RUFO. Griesa nunca dijo que no estaba dispuesto a suspender su mandato, pero quedó claro que no lo hará si sólo lo pide la Argentina. "Estamos preparados para hacer lo que pidió el juez", dijo NML ayer, por la tarde, en un comunicado. "Tenemos confianza en que este asunto puede resolverse rápidamente si la Argentina se suma a las conversaciones para un acuerdo".

El Ministerio de Economía difundió anoche un duro comunicado: la palabra "negociación" no aparece. "Default es no pagar, la Argentina paga. El dinero depositado no puede bloquearse porque pertenece a los bonistas del canje. El juez debe dejar cobrar a sus legítimos dueños", cierra, y destaca que Griesa, aunque reconoció que la Argentina había pagado a los bonistas del canje, "no resolvió absolutamente nada sobre ninguna de estas cuestiones para las que él mismo había convocado a la audiencia, manteniendo con ello su insólita prohibición de cobro" a todos los que tienen bonos Discount de legislación extranjera.

La primera parte de la audiencia estuvo abocada a las mociones para definir el futuro de los pagos de la deuda presentadas por Citibank, el Bank of New York Mellon (BONY), JP Morgan, y las casas de clearing europeas Euroclear y Clearstream y NML. Griesa ofreció una sola certeza: los bonos en pesos bajo legislación argentina son por ahora los únicos no alcanzados por su mandato judicial.

El final de la audiencia estuvo dedicado al riesgo de default. Griesa lo reservó para un monólogo en un tono calmo y pausado. "Quiero hacer un poco de historia", comenzó. Dijo que la Argentina trató las sentencias en su contra "como cosas con las que no debería tener nada que ver". No ocurrieron ayer, sino durante más de diez años en los cuales el Gobierno eligió "mantenerlas de lado", insistió. La Argentina tiene obligaciones contractuales y legales, y los demandantes tienen derechos, recordó. "La retórica desarrollada en la República durante este tiempo fue desafortunada, aunque no fue tan incendiaria como la retórica reciente".

Ante los presentes, marcó el día: "La razón por la cual estoy haciendo un poco de historia es porque tenemos años de antecedentes, pero estamos en un momento decisivo. Hemos llegado allí".

El paso siguiente se definirá en las oficinas de Pollack.

APUNTES

Sin nada que decir, mejor no diga nada

El juez Thomas Griesa suele tomarse su tiempo antes de hablar durante sus audiencias. En los momentos en que medita sus palabras la sala, ubicada en un piso 26 y con vistas excepcionales de Manhattan, queda envuelta en un profundo silencio. Ayer, mientras se discutía el destino de los 539 millones de dólares que la Argentina le entregó al Bank of New York Mellon, Griesa se sumió en uno de esos momentos. Luego de unos segundos, dijo: "Estoy completamente callado porque no tengo nada para decir". Hubo risas y un momento de distensión en una audiencia que fue tensa y larga.

Newman y Kicillof, un mismo estilo

Jay Newman, el hombre fuerte de Elliot Management y arquitecto de la ofensiva de NML contra la Argentina, probablemente no tenga absolutamente nada en común con el ministro de Economía, Axel Kicillof, excepto una cosa: el rechazo a la corbata. En las audiencias o en las escasas entrevistas que ha dado hasta ahora, Newman, que siempre se muestra sonriente, nunca ha aparecido con traje o corbata, sino, más bien, con un estilo "casual formal". Presente en la audiencia, fiel a su costumbre, vistió una camisa a rayas, sin ese accesorio.

Sin comentarios, aun en el ascensor

Los dos abogados del estudio Cleary, Gottlieb, Steen &Hamilton que llevan el caso argentino, Jonathan Blackman y Carmine Bocuzzi, nunca responden pregunta de la prensa. Tras la audiencia, en el ascensor entre el piso 26 y la planta baja del edificio del juzgado, ambos se encontraron, de casualidad, rodeados por toda la prensa argentina y dos periodistas de las agencias internacionales de noticias EFE y AFP. Bastaron un par de pisos hasta que uno intentó obtener una reacción de los letrados. Bocuzzi no abrió la boca, y Blackman ofreció el clásico "sin comentarios".

VINCULAN A TRES PRESIDENCIABLES CON LOS HOLDOUTS

La noticia que divulgó ayer la agencia oficial de noticias Télam llamó la atención desde el encabezado: "¿A quiénes votarían los fondos buitre para presidente?", decía el título de la nota que acompañaba la foto de Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa. Télam hizo la relación con los precandidatos presidenciales a partir de la reproducción de un artículo que publicó hace dos semanas la agencia Reuters y que la American Task Force Argentina, principal grupo de presión a favor de los fondos buitre, replicó en Internet. En él afirmó que Scioli, Massa -a través de Martín Redrado- y Macri -en la voz de Juan Curuchet- se muestran "a favor de un acuerdo negociado con los fondos como una forma de desbloquear la inversión"

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