“Los
que miran a la corta, a la larga pierden”
Por
Carlos E. Lanusse.
Gradualismo,
temeroso y equívoco
Algunos
independientes sostuvimos que el déficit fiscal debía ser atacado desde el
principio, durante la luna de miel, y con acuerdo del peronismo evolucionado
del Frente Renovador.
No
ocurrió ni lo uno ni lo otro y hoy recogemos los daños del gradualismo.
El
propio Presidente sugirió una inflación del 25% anual y ya sabemos que rondará
el 40% con consecuencias inmediatas:
1.
atraso en el poder adquisitivo de los salarios,
2.
alta tasa de interés para evitar corridas cambiarias,
3.
alto endeudamiento interno y externo,
4.
desconfianza hacia el voluntarismo utópico practicado.
Tal
que, sumadas a la falta de gobernabilidad, explican la demora en inversiones.
La
demora por gradualismo logró resultados dudosos y que los inversores esperen
las elecciones 2017.
Espera
que es otra demora, crea incertidumbre y se expresa así:
“Si
en un año, por ser electoral, se convalida el déficit fiscal, ¿haremos
lo mismo en 2019?
Y,
¿qué
escusa habrá en 2018?
Efectivamente,
debido al annus horribilis electoral, el gobierno volverá a atrasar el ajuste
del déficit, proyecta 0,5% en los papeles, imaginemos la realidad.
Si
a ello le sumamos el enorme déficit financiero, 3% adicional, 7% entre ambos,
sabremos que las tasas de interés continuarán altas.
Destinadas
a financiar el déficit total y evitar corridas hacia el dólar por atraso
cambiario, sumándose al empinamiento de la deuda externa.
En
un año los intereses de la deuda pública subieron 77% *.
Entonces,
¿cuánto dura un crecimiento por acumulación de deuda? (*Ismael Bermúdez, Clarín
19/9)
En
definitiva, el gradualismo temeroso no fue otra cosa que una huida hacia
adelante, algo que atenta contra el blanqueo y las inversiones, dándole de
comer en la boca al negocio financiero, perdiendo credibilidad por falta de
resultados.
Es
un modelo débil y sin atractivo político: un
Modelo Mostrenco.
No
es de nadie, ni del Presidente, ni del Banco Central ni del Ministerio de
Hacienda…
Ni
con coherencia suficiente.
Si
Alfonso sostiene el déficit y Federico las tasas, ¿adónde vamos?
“Se
pialan entre ellos”, diría un hombre de campo..
Requisito
“bona fide”
No
hay dudas sobre la buena fe del gobierno, se demuestra en su actitud
ético-institucional, gracias a ella estamos infinitamente mejor que con el
populismo.
Aunque…
su buena fe no impide sus errores.
Modelo
Alternativo
Como
era esperable hoy se levanta un modelo alternativo, impulsado en lo económico
por Roberto Lavagna y en lo político por Sergio Massa.
Y
crece porque desde el peronismo a la centroizquierda, no hay ningún otro que
encauce el disgusto social.
Implica
un mayor equilibrio entre la política de consumo y la dirigida sólo a
inversiones, significa mejores condiciones de competitividad para la industria,
menores regalos a los financistas, más equilibrio en el poder adquisitivo
salarial y menos desocupación, con superávit gemelos como los logrados por
Lavagna durante su mandato.
Cuenta
con una mayor comprensión social y política, tanto desde la derecha popular
como desde la centroizquierda de Margarita y el socialismo.
Más
el obvio apoyo laboral.
Error Compartido
Así
como el gobierno fue indefinido y lento durante el primer trimestre, también el
Frente Renovador propuso gradualismo, ambos
se mostraron temerosos del costo político de enfrentar a “finish” al
déficit fiscal.
Ambos
gozan de temor politiquero, contrario a las malas noticias, aunque sean para
bien de todos.
Carecen
de coraje y responden por la lentitud y el riesgo de fracaso a mediano plazo.
Van
hacia él, si no actúan ahora.
Este
gobierno perderá representatividad en las próximas elecciones legislativas para
quedar disminuido frente a las presidenciales.
El
proyecto massista, aun ganando, tendrá pésimas condiciones de gobierno al
heredar un gran déficit, con inflación reprimida y alto endeudamiento interno y
externo.
Estará
como De la Rúa tras heredar la Convertibilidad.
Y todos
volveremos a recibir el castigo de una partidocracia irresoluta por temor a
perder un voto en comicios continuos y sucesivos.
El
corto plazo se come al largo y nos derrota el cortoplacismo democrático…
Es la democracia
boba que supimos conseguir.
Pretendemos
corregirla con nuestra máxima, “Los que
miran a la corta, a la larga pierden”, que prevalece, allende las
elecciones.
Esperanza
Compartida
Pero,
podemos tirar la taba evitando que caiga de culo.
Para ello hace
falta compartir dificultades, no degradar la política con
enfrentamientos mezquinos.
La
Nación vale más que los partidos y que el Estado.
Ambos Modelos
coordinados, sin perder identidad, pueden hacer más por la Nación que por sí
mismos, por la Nación más que por un Estado obsoleto.
Es
demanda de sinergia, es demanda independiente.
Nuestra
esperanza está en la unión, tras el objetivo de poner al Estado en el lugar que
facilite el crecimiento.
Sin
déficit, sin riesgo cambiario, sin altos intereses, sin acumulación de deudas y
desprestigio por insolvencia, sin lugar para ñoquis ni corruptos, sin otra
ideología que servir a la Nación.
Significa
corregir el rumbo actual,
1º)
dirigiéndonos hacia un déficit primario del 3%, próximo al planeado antes de
los atrasos
2º)
recuperando con flotación sucia todo atraso cambiario
3º)
bajando las tasas de interés, posible por reducción del Gasto y su déficit
financiero
4º)
compartiendo el costo social con los competidores políticos, específica y
puntualmente en el Gasto Público. Porque ninguno puede solo.
No
se trata de acuerdos utópicos, sobran ejemplos.
Alemania
con acuerdos económicos inter-partidarios y competencia política en otros
rubros, los acuerdos españoles de la Moncloa, la lógica negociadora de Wilfredo
Pareto, 80% se negocia 20% no se toca.
(El
20% es la reducción innegociable del Gasto).
Miremos
a Italia, un querido país que no cree hace quince años por usar una moneda cara
en relación a su productividad.
Y
lo que ocurre en Japón y Europa donde el costo de capital es cero y no crecen.
¿Nosotros
lo haremos con moneda sobrevaluada y altísimos intereses?
Peor,
con antecedentes de default, endeudados, sin ajustes y poco creíbles.
Oportunidad
Histórica
Ahora
nuestra sociedad está abierta, receptiva, harta del populismo y su estatismo,
comprende que una sociedad estatizada es lenta, rígida y obsoleta.
Luego
de largos encierros facciosos estamos ante una oportunidad histórica.
Alberdi
demoró decenios hasta colocar sus Bases, no le demos tiempo al tiempo.
Aunque
el macrismo pierda posiciones electorales inmediatas, si logra ordenar
definitivamente al Estado, será dueño
del éxito posterior.
Contará
con el reconocimiento y la grandeza suficientes, quedará entre nosotros.
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