"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 17 de septiembre de 2016

RENTA BÁSICA UNIVERSAL (2)

RENTA BÁSICA UNIVERSAL (2)
El relato popular keniata según el cual el ofrecimiento de plata gratis debe de alguna forma provenir del diablo, por muy descabellado que suene, tiene correspondencia con la idea de que cobrar un dinero por hacer nada, para el caso de una persona que tiene la posibilidad y está en edad de trabajar, conlleva ciertos riesgos que no deben pasarse por alto. Podría invertir valores establecidos y es de alguna manera, injusto, dado que pasa por alto las necesidades y capacidades diferentes de cada miembro de la sociedad.
“Una renta básica sin condiciones que proporcionase unos ingresos mínimos a todo el mundo rompería el vínculo entre prestaciones sociales y trabajo remunerado.
Por eso este planteamiento va en contra de la base ética del Estado de bienestar.
Tal y como lo conocemos, este sistema otorga beneficios sociales de manera condicional, temporal y selectiva. Eslóganes como ‘quien no trabaja, n o come’, ‘no se puede esperar algo a cambio de nada’ y ‘la comida gratis no existe’ expresan claramente ese principio ético en el que se sustenta el Estado de bienestar”, escribió Groot en El País.
“Pero la polarización de los empleos —caracterizada por el declive gradual de la proporción de puestos de trabajo propios de unos empleados de clase media—, el proceso de flexibilización del mercado laboral y la automatización del trabajo estimulan el movimiento a favor de la renta básica”, agregó.

Finlandia: una versión “light” de la renta básica universal
Leonid Bershidsky, de Bloomberg, explica por qué la idea de la renta básica universal resulta seductora para distintos sectores: “A la izquierda le gusta porque, en teoría, elimina la pobreza extrema.
Los utópicos tecnológicos la ven como una solución al desplazamiento de los humanos por las máquinas.
Los intelectuales aprecian el apoyo estatal a tentativas creativas sin un claro potencial comercial.
Los liberales la ven como una oportunidad de reducir el Gobierno: el enorme aparato de servicios sociales podría ser eliminado y la legislación podría ser muy simplificada.
Los experimentos académicos, de todos modos, han sido fragmentados y en pequeña escala, por lo que es difícil para la mayoría de la gente imaginarse cómo funcionaría el ingreso básico.”
La primera gran objeción, explica Bershidsky, es que la renta básica universal sería excesivamente costosa.
“En Estados Unidos, por ejemplo, entregar 10.000 dólares al año a cada adulto —una cifra inferior al umbral oficial de la pobreza para un hogar unipersonal— agotaría casi todos los ingresos fiscales federales del sistema actual”, escribió Pranab Bardhan en El País.

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