Hace
poco se llevó a cabo un referéndum en Suiza que proponía un pago mensual de
2.500 francos (alrededor de la misma cifra en dólares) para cada ciudadano
suizo, “una suma voluminosa que hubiese requerido una reforma completa del
sistema financiero de Gobierno y grandes subas en los impuestos”, explica
Bershidsky.
Suiza
votó en contra de la renta básica universal. Pero ahora es un país escandinavo,
Finlandia, el que quiere poner en marcha un plan de estas características,
aunque para Bershidsky se trata de una versión rebajada con agua de la renta
universal la que quieren implementar los finlandeses.
“Un
grupo experimental de 2.000 receptores de beneficios de desempleo serán
seleccionados al azar.
Recibirán
560 euros (US$ 623) por mes, y aún tendrán acceso a los beneficios especiales a
los que tienen derecho. El experimento será obligatorio: si has sido
seleccionado, recibirás el dinero quieras o no”, explica Bershidsky (el
gobierno finlandés procurará así evitar la confusión que ha generado en los
keniatas la idea de recibir dinero gratis).
“Durante
2 años, las decisiones de vida del grupo y sus resultados serán comparados con
las experiencias otros 2.000 desempleados seleccionados al azar, a quienes se
aplicará las reglas existentes.”
Las
encuestas muestran que el 69% de los finlandeses apoyan la idea de la renta
básica universal, pero quisieran recibir alrededor de 1.000 euros por mes.
En
Finlandia es difícil alquilar un departamento de un dormitorio por menos de 500
euros por mes, y el costo de vida promedio para un estudiante es de 700 a 900
euros mensuales.
Sobrevivir
con 560 euros sería difícil.
Es
por eso que Bershidsky argumenta que el Gobierno suizo está probando un
“ingreso básico light”, agregó.
En
la ciudad holandesa de Utrecht, mientras tanto, comenzará el año que viene un
plan mucho más osado, en el que un grupo experimental de receptores recibirá
972 euros por mes, lo suficiente como para vivir.
El
filósofo político británico Brain Barry, citado en el diario El País, expuso la
incertidumbre respecto de la renta básica, que no puede resolverse mediante
experimentos a estas escalas: “No hay una simulación de impuestos y
prestaciones, por muy concienzudamente que se lleve a cabo, capaz de dar cuenta
de los cambios de comportamiento que se producirían en un régimen alterado.
Un
ingreso básico de subsistencia situaría a la gente ante un conjunto de
oportunidades e incentivos totalmente diferentes de los que tiene ante sí en la
actualidad.
Podemos
suponer la forma en que la gente reaccionaría, pero sería irresponsable fingir
que manipulando un montón de números con un ordenador podemos convertir algo de
lo que hacemos en ciencia rigurosa”.
…
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