"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 17 de septiembre de 2016

RENTA BÁSICA UNIVERSAL (4)

Andalucía: la Izquierda Unida llama a equiparar necesitados con pudientes
El debate de la renta universal básica ha despertado chispas también en la región de Andalucía, en España. Allí, la Izquierda Unida ha propuesto la implementación de la renta básica universal amparándose en el Artículo23.2 del Estatuto de Autonomía para Andalucía, que dice así: “Todos  tienen  derecho  a  una  renta  básica  que  garantice  unas  condiciones de vida digna y a recibirla, en caso de necesidad, de los poderes públicos con arreglo a lo dispuesto en la ley.”
Juan Torres escribió en el diario El País: “Me temo que quienes redactaron ese artículo no se tomaron la molestia de informarse bien sobre el concepto de renta básica y así, en la misma frase que reconocen el derecho lo desnaturalizan y anulan.”
Para ello se basa en la definición que de la Basic Income Earth Network –la red mundial que activa a favor de la RB-, que la describe como “un ingreso pagado por el Estado, como derecho de ciudadanía, a cada miembro de pleno derecho o residente de la sociedad incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar en consideración si es rico o pobre o, dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de renta, y sin importar con quien conviva”.

“Por tanto, la renta básica es un ingreso que, a diferencia de lo que dice el Estatuto, no se recibiría solo en caso de necesidad sino por el solo hecho de ser andaluz o de residir aquí”, argumenta Torres, quien dice además que para implementar el plan habría que dedicarle entre un 30% y un 50% del PBI, algo impracticable en la realidad.
Pero otro punto interesante que destaca Torres es que le llama la atención que sea un partido político de izquierda el que pregona por la RB, dado que no se explica “que una organización que se declara anticapitalista y que aspira al socialismo cambie el justo principio de Marx (‘a cada uno según su necesidad y de cada uno según su capacidad’) por el de la renta básica que podría expresarse como ‘a todos por igual y de cada uno según su voluntad’.”
“¿Por qué el Gobierno simplemente no le da a todo el mundo plata?
En el utópico (¿o distópico?) futuro proyectado por los visionarios tecnológicos, pocas personas tendrían que trabajar. La riqueza sería generada por millones de millones por máquinas sofisticadas.
Pero, ¿cómo se ganaría la vida la gente?
Silicon Valley tiene una respuesta: “Una renta básica universal”, comienza un artículo del diario The New York Times que presenta las opiniones encontradas de 2 especialistas: Eduardo Porter y Farhad Manjoo.
“¿Por qué el Gobierno simplemente no le da a todo el mundo plata?”, se pregunta Porter en otro artículo. “Establece una suma considerable –la línea oficial de pobreza calcula US$ 25.000 por una familia de 4.
Un trabajo full time a US$ 15 la hora proveería alrededor de US$30.000 por año- y dale a cada adulto un cheque mensual.
El trabajador a salario mínimo que está esperando llegar al día de cobro; la madre soltera que trata de hacer balance entre el cuidado de su hijo y un trabajo- todos obtendrían lo mismo.
La pobreza se acabaría de golpe.
Al ser universal –eso quiere decir, tanto para el sin techo como para los dueños del universo– el programa estaría libre de las evaluaciones engorrosas requeridas para determinar la elegibilidad.
También se escaparía del estigma típicamente adherido a los programas para los pobres”, escribe Porter.
“La idea de la renta básica universal suena extravagante, ¿no?”
Pero existe un pequeño problema aritmético: Robert Greenstein del Centro de Prioridades en Presupuesto y Políticas, con tendencia de izquierda, calculó que un cheque de US$ 10.000 a 300 millones de estadounidenses costaría más de US$ 3 billones por año.

“¿De dónde vendría ese dinero?”, se pregunta Porter.
“Suma lo mismo que casi todos los impuestos recolectados por el Gobierno federal.
Nada en la historia de este país sugiere que los estadounidenses estén listos para agregar ese tipo de carga a sus impuestos actuales.
¿Reducirlo a la mitad?
Eso ni siquiera despejaría la línea de pobreza.
Y aun así costaría tanto como el presupuesto federal entero sin contar la Seguridad Social, el Medicare, la Defensa y el pago de intereses.”
Los pensadores a la derecha resuelven el problema de cómo costearlo simplemente desfinanciando todo lo demás, programas tan variados como las estampillas de comida y la Seguridad Social.
Eso, según Greenstein, aumentaría de hecho la pobreza. Redistribuiría la riqueza hacia arriba, quitándole plata asignada a los pobres y repartiéndola entre todos.
El diagnóstico del desempleo hecho por Silicon Valley
La popularidad que hoy tiene la renta universal básica viene de un diagnóstico hecho en Silicon Valley, que dice que la pérdida del empleo y el estancamiento de los salarios se deben al avance de la tecnología y la robotización de ciertos trabajos.
Pero para Porter de The New York Times, si bien es cierto que eso puede estar en el futuro, no es la realidad de hoy.
“Los hombres en la edad central de trabajar, de 25 a 54 años, se han estado cayendo de la fuerza de trabajo desde los ’60.
Todavía hoy más de 8 de cada 10 estadounidenses en edad central están trabajando.”
Porter advierte que esta idea, surgida en Silicon Valley, se ha extendido de manera que hoy se la ha enaltecido en verdad incuestionable, cuando en realidad, los números muestran otra cosa.
Para él, es un pronóstico sin sentido el de que los robots nos quitarán el empleo.
Si esto fuera cierto, la productividad debería estar creciendo rápidamente, y no lo está.
Porter cita a Joel Mokyr, historiador económico, quien sostiene que las herramientas y técnicas que hemos desarrollados recientemente, abrirán prontamente nuevas fronteras de posibilidad.
Podremos inventar los materiales precisos que son necesarios para las especificidades de nuestras casas, autos y herramientas, en lugar de hacer estos con los materiales que encontremos disponibles.
“La pregunta es si esto podría producir otra explosión de la productividad  como la que experimentamos entre 1920 y 1970, la que –además- fue mucho más grande que el pequeño boom de productividad producido por la informática en los ’90.”

Farhad Manjoo, por otro lado, intenta explicar la visión de Silicon Valley.
Aclara que ellos piensan que el software no solo alterará el mercado laboral de manera marginal sino que cambiará fundamentalmente toda la sociedad humana.
Ellos ven un futuro en el que un pequeño grupo de trabajadores tecnológicos altamente calificados estarán en la cima, mientras que el resto del mundo dependerá de los trabajos que emergen de la tecnología hoy, tales como Uber.

A Porter, la idea de un mundo en el que el trabajo se vuelva superfluo le recuerda a los libros “Un libro feliz”, de Aldous Huxley o “Rebelión en la granja”, de George Orwell.

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