Hasta
una mala noticia política como la elección de Trump, he explicado aquí por qué
la considero como tal, tiene algunos efectos positivos…
En
Europa.
Sobre
todo, en el progresismo europeo que, por fin, comienza a preocuparse por
fenómenos que no le parecían relevantes
cuando ganó Syriza en Grecia o cuando han ascendido movimientos como el
italiano 5 Estrellas o Podemos.
Ahora
que quien ha ganado es un populista de derechas, políticos e intelectuales de
la izquierda alertan sobre los males del populismo, aunque lo hagan, por
ejemplo, hoy, en un artículo conjunto Felipe González, Roberto Saviano y Wim
Wenders (“Llamamiento a la reacción de
los europeos”) con una referencia exclusiva a Trump y al Brexit, como si lo
de Podemos, Syriza, 5 Estrellas y compañía no existiera.
De hecho, no se recuerda
llamamiento alguno de González a una “reacción de los españoles” al ascenso de
Podemos, por ejemplo.
Pero es
cierto que este posicionamiento contra el populismo coloca a la izquierda ante
una tesitura más complicada para seguir alabando o pactando con el populismo
del otro lado.
Además,
el progresismo europeo se preocupa por primera vez de las mentiras de las redes
sociales y de su uso poco ético para lograr fines políticos, asunto que se ha
convertido en relevante cuando es Trump quien las ha utilizado de esa manera…
Y que tampoco ha importado cuando
lo ha hecho, por ejemplo, Podemos en España, especialista en el uso de las
redes para desprestigiar a sus adversarios políticos o periodísticos.
E,
incluso, es posible que el triunfo de
Trump tenga un tercer efecto positivo, aunque sea a partir de su preocupante
política internacional.
Y es que, por fin, Europa deba
responsabilizarse de su defensa en lugar de jugar al pacifismo mientras dejaba
el gasto militar en Estados Unidos.
Veremos
los efectos de las políticas de Trump en Estados Unidos.
En
Europa, su mero triunfo ya ha tenido efectos relevantes en el debate político.
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