“El que no quiera vivir sino entre justos, que viva en el desierto”.
Séneca
Voy a decirlo claro: la utilización política de la
desaparición de Santiago Maldonado anuncia, mal que nos pese como sociedad, una
inevitable tragedia.
Sólo el Gobierno se beneficiaría con su aparición con vida, ya que todos los demás actores, principales
y secundarios, de este drama lo necesitan ausente para siempre o, lisa y
llanamente, muerto.
La hipocresía y la necesidad política llevan a estos últimos
a reclamar, permanentemente y en cualquier ámbito, la aparición con vida de
este joven, pero el costo que pagarían Cristina Elisabet Fernández y la Unidad
Ciudadana, Horacio Perro Verbitsky y el CELS, Adolfo Pérez Esquivel y su
inexplicable Premio Nobel de la Paz, Hebe de Bonafini y las Madres, Estela
Carlotto y las Abuelas, H.I.J.O.S, Facundo Jones Huala (¿Jones Wallace?) y su
falsa RAM, Quebracho y tantos otros subversivos si llegara a encontrarse ileso
al tatuador sería inmenso.
Son demasiados
quienes resultarían perjudicados, y tan carentes de límites morales, que
resulta imposible imaginar siquiera un final feliz.
A la luz del párrafo anterior, desde mi punto de vista
indiscutible, el reclamo y el escándalo
construido alrededor del caso suenan, literalmente, repugnantes.
¿De qué se disfrazarían todos los nombrados y los idiotas
útiles que siempre los acompañan si un buen día se lo encontrara?,
¿se refugiarían en el silencio, sin pedir siquiera
disculpas, como hicieron cuando quedó demostrado que los hijos adoptivos de
Ernestina Herrera de Noble no eran hijos de desaparecidos, después de años de
canalla persecución física y moral encabezada nada menos que por la propia ex
Presidente?
Después del fallido intento de utilizar a la economía y al
inexistente ajuste como motores de la campaña electoral, la intención de
utilizar el tema Maldonado (de por sí, indiscutiblemente preocupante), como
ariete para voltear sucesivamente a la Gendarmería (blanco especial por su rol
esencial en las pericias por el asesinato de Alberto Nisman, amén de brazo
armado del Estado), a la Ministro de Seguridad y, por elevación, al propio
Presidente de la República, se ha revelado como un idéntico fracaso.
Todo el escándalo que han armado hasta ahora, incluyendo el
embarrado de la investigación con la implantación de testigos y documentos
falsos, no sólo no ha disminuido un ápice la intención de voto a Cambiemos en
las próximas legislativas sino que, por el contrario, ésta se ha incrementado
y, salvo que ocurra algo extraordinario, convertirá a la ex Presidente en la
renovada “mariscala” de la derrota en el territorio más peronista del país.
El jueves la ex Presidente concedió a Infobae, representada
por Luis Novaresio, la primera entrevista a un medio hostil desde que asumió en
2011.
Pese a que el periodista se comportó con –para mi gusto- demasiado buenos modales, la
noble viuda demostró que conserva en plenitud sus reconocidas virtudes
histriónicas, aplaudidas hasta por Francis Ford que la calificó como una
soberbia actriz pero, sobre todo, su enorme cinismo.
Cada vez que recibió una pregunta que hubiera podido
complicarla, hizo una “verónica” taurina
y pidió hablar del presente y no del pasado.
Huyó hacia adelante comparándose con Mauricio Macri y la
corrupción que, según dijo, lo rodea…
No reconoció ninguno de la pléyade de males con los cuales
arrasó el país hasta los cimientos y negó firmemente su responsabilidad en cada
uno de los innumerables latrocinios cometidos.
Dada la obvia y contemporánea aceleración que han impuesto,
con su finísimo olfato, los jueces federales a los procesos por corrupción que
afectan a Cristina Kirchner, sus hijos, sus ministros y sus cómplices y
testaferros de toda laya, es dable suponer que los conflictos violentos, en las
calles y en el sur, se incrementarán en similar medida, por lo cual veremos
escenarios complicados en la materia hasta, al menos, el 22 de octubre; el
narcotráfico, preocupado por la exitosa campaña en su contra que encabeza
Patricia Bullrich, se ocupará de la financiación. Algo de eso ya se percibe en
las numerosas amenazas de bombas e injustificadas y crecientes tomas de escuelas
en la ciudad de Buenos Aires por alumnos k-ideologizados, bancados por padres
imbéciles y maestros politizados.
En la materia, debemos reconocer que somos un país rarísimo
y absurdo, donde todo está subvertido; es más, creo que estamos todos locos.
Valgan como ejemplos dos sucesos de esta misma semana: los
sindicatos vinculados con la navegación aérea hicieron una huelga salvaje para
frenar el ingreso de nuevos y más baratos operadores a ese mercado, pese a que
han asumido el compromiso de crear miles de puestos de trabajo; y, como dije,
los estudiantes, que debieran aspirar a una rápida salida laboral, ocuparon
colegios para rechazar la posibilidad de realizar, durante el último año del
ciclo secundario, pasantías en empresas y organismos públicos de la especialidad
que han elegido, arguyendo que se transformarían en mano de obra esclava.
El seguro ingreso de la noble viuda al Senado, aun cuando
para el 10 de diciembre acumule más procesamientos –recuerde el reciente y
favorable fallo de la Corte en relación con el caso de Carlos Menem, afectado
de idéntica incapacidad moral- continuará actuando como revulsivo al interior
del PJ, pero será obligada a conformar un bloque separado por la Unidad
Ciudadana, que no tiene nada que ver con el tradicional movimiento.
Se habrá quedado, entonces, sin su decisiva influencia sobre
la voluntad de los gobernadores feudales que, hasta ahora, le han guardado
fidelidad; me refiero a las provincias de Tucumán, Santiago del Estero,
Formosa, Chaco, La Pampa, Santa Cruz, San Luis y San Juan, en muchas de las
cuales, además, el kirchnerismo perderá en octubre por amplio margen. El
peronismo sabe mucho de la importancia de la “caja”, disciplinadora tradicional
de la política, y esta se encuentra hoy en manos de Cambiemos, por lo cual es
presumible que se sienta inclinado a negociar su apoyo a las leyes que el
Gobierno necesita.
La señora enfrenta ya la causa más complicada, que la
vincula al encubrimiento del terrorismo que voló la sede de la AMIA, y que
fuera anunciada por el Fiscal Alberto Nisman, asesinado antes de poder
explicarla ante el Congreso; en ella, la acusación pretende que sea procesada
por un delito de lesa humanidad y, si lo consigue, transformará el tema en
imprescriptible. Por lo demás, en los próximos días será elevada a juicio oral
la megacausa unificada por el direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz
a Lázaro Báez y los retornos que pagaron a su familia ese testaferro y otros
socios, como Cristóbal López, donde se ha probado la asociación ilícita que encabezaban
don Néstor y, luego, Cristina misma.
Y tiene otras preocupaciones adicionales porque, mientras
ella y su hijo Máximo se encontrarán amparados por los fueros parlamentarios
que les evitarán la detención, no ocurrirá lo mismo en el caso de su hija
Florencia, acusada ya de la comisión de una larga lista de delitos gravísimos y
no excarcelables; y siempre estará pendiente la espada de Damocles de los
“arrepentidos”, dispuestos a negociar la reducción de su pena complicando a sus
superiores en la organización corrupta. Finalmente, le ha llegado la hora de
pagar por el gigantesco daño producido, a costa de la vida de tantos
argentinos, con el sólo objeto de enriquecerse sin tasa.
Enrique Guillermo
Avogadro
Bs.As., 16 Sep 17
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