Malú
Kikuchi
El
1/8, en el aula magna de la facultad de Ciencias Exactas, ante una sala llena,
se presentó el pre candidato a presidente de la Nación por el Frente de Todos, Alberto Fernández.
El
acto venía precedido por 8.000 firmas de científicos y académicos que avalaban
la fórmula de los Fernández.
Ante
un público aplaudidor, en alguna parte de su discurso, Alberto dijo:
“A
ningún investigador le voy a preguntar cómo piensa ni a quién vota.
Así
que…(le pregunta a alguien por un nombre), Sandra Pitta no tengas miedo, te
prometo que te voy a cuidar como a todos ellos, porque vos valés mucho igual
que todos ellos”.
¿Quién
es Sandra Pitta?
Uruguaya,
estudió en Montevideo, entre 1969 y 1977 en EEUU, llegó a la Argentina en 1978.
Dra.
en Biotecnología, investigadora del Conicet, Bioquímica, especializada en
ciencias Agrarias y Biología molecular. Investigadora de Micología y Botánica. Una científica.
¿Quién
es Alberto Fernández para arrogarse el derecho de preguntar cómo piensa o vota
otra persona?
Nadie
tiene ese derecho.
El sólo
plantearlo indica un sesgo autoritario.
El
pensamiento sobre lo que fuera y el votar a quien a uno se le ocurra, es un
derecho inalienable en un mundo libre.
Expresarlo
públicamente, como si fuera una merced real, “no voy a preguntar”,
indica fallas muy serias en la formación cívica del candidato.
Al
igual que en toda la audiencia, donde a nadie se lo ocurrió decir que no tenía
derecho ni siquiera a insinuar que no preguntaría.
En
personajes que no cesan de parlotear sobre los derechos de las personas, nunca
hablan de “ciudadanos”, como si el pueblo estuviera compuesto por ilotas más o
menos ilustrados.
O
desconocen los derechos básicos de los seres humanos, o sólo ellos son los
dignos destinatarios.
Es
difícil no pensar mal cuando alguien dice, “te prometo que te voy a cuidar”.
Parece
que es la frase predilecta de las personas a las que hay que temer.
Probablemente
no sea el caso de Alberto Fernández, pero es obvio que rodeado de patoteros, se
le haya pegado el decir y… el pensar.
El
2/8 por la mañana le “tuiteó” a Sandra (que a su vez le había contestado):
“[…]
Qué equivocada está. No debe saber lo que a mí me marcó la noche.
Yo
no pego con bastones, ni con decretos ni con nada a nadie y menos a los que
investigan y educan.
Sandra,
sacate ese miedo.
“Es
un miedo incomprensible”.
¿Lo
es?
Alberto
Fernández es abogado, debe conocer la Constitución Nacional, ¿qué quiere decir
“menos con investigadores y educadores?
¿No
son todos iguales ante la ley (artículo 16)?
Con
un ciudadano de a pie ¿es menos
doloso?
Por
favor Doctor, no aclare más que oscurece y mucho.
La
Dra. Sandra Pitta, aunque no lo reconozca, tiene miedo.
Y
tiene razones para tenerlo.
Su
trabajo depende del erario público, de ganar los Fernández las elecciones, su
trabajo como mínimo, tendría problemas.
Y
sus compañeros mirarían hacia otro lado, los
valientes no abundan.
Es
bueno que estas cosas pasen antes de las elecciones.
Es
bueno que la gente que tiene ganas de comprender, comprenda.
No
está en juego una elección más, que puede girar más a la derecha o a la
izquierda y que a nadie le cambia la vida…
Está en juego la
libertad y con ella el miedo.
Vivir
con miedo es abyecto, pero si hay razones para tenerlo, forma parte de la
naturaleza humana.
El
gobierno actual ha cometido todos los errores posibles, lo ha reconocido y se
ha disculpado, pero como dice Santiago Kovadloff,
“entre
el error y el terror, hay algo más que una letra”.
Sandra
Pitta le escribe en un tuit a Alberto Fernández:
*“¿Una
mujer sola los desestabilizó?
¿Una
mujer sin poder ni influencia ninguna?
“Quizás
cada ciudadano tiene más poder del que piensa”.
Es
cierto.
Hay
que usarlo.
El
domingo 11 de agosto se votan las PASO.
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