Tenía
razón, nobleza obliga, Guillermo Calvo:
Solo el
peronismo podría hacer el ajuste con "apoyo popular".
Aunque
el profesor de Columbia seguramente pensaba ajustar en otras partidas de la
inviable administración pública:
Allí
cientos de miles de integrantes de la burocracia nacional, provincial y
municipal -esa criatura monstruosa,
voraz y desbordada-
gozan
del privilegio de ser intocables.
Su
peso sobre el gasto público es fenomenal, pero jamás los alcanza ni siquiera el
chantaje emocional del show mediático del hambre.
El
asunto no les incumbe.
Será
porque mayoritariamente votan por la casta política que los empleó:
Solo
durante el kirchnerismo ingresaron al Estado más de un millón de ellos.
Sus
financiadores son los que han incurrido en el error de producir, de exponerse a
los méritos de las empresas y comercios privados, de ser ciudadanos de a pie y
animales de carga del progreso: carne
de cañón del fisco.
Lo pintan de
cuerpo entero a Alberto Fernández los dos mismos colores con los que Sarlo
retrató a Kirchner:
La audacia y el
cálculo.
F.
ha ordenado multiplicar por diez el dramatismo de la hora para crear la
sensación de que estamos en 2001 y ha requerido, en nombre de la emergencia, un
estado de excepción para capturar súper poderes…
También
para flexibilizar convicciones: ahora se puede, por ejemplo, reivindicar a la
otrora demonizada minería.
Hola,
Pino, ¿llueve en París?
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