MENDOZA, UNO DE LOS DESTINOS MÁS AFECTADOS
Se
perderán 1700 empleos; la aerolínea operó en la Argentina durante 15 años.
En
base a esto, dejarán de volar desde y hacia 12 destinos domésticos:
Buenos
Aires, Iguazú, Bariloche, Salta, Tucumán, Mendoza, Córdoba, Neuquén, Comodoro
Rivadavia, Río Gallegos, El Calafate y Ushuaia.
La
aventura aérea duró 15 años.
Pero
finalmente, llegó a su fin.
Latam Argentina
anunció formalmente que deja de operar en del país.
Ya
no habrá más vuelos internos con los aviones blancos, azules y rojos a los 12
destinos domésticos ni tampoco a Santiago, San Pablo, Lima y Miami, los cuatro
destinos internacionales que se operaban con aeronaves matriculadas en el país.
En Mendoza,
hasta marzo Latam Argentina operaba 10 vuelos semanales desde Aeroparque,
además de 2 vuelos que hacían escala en Mendoza e iban a Santiago, que ahora se
discontinúan.
A
eso hay que sumarles las frecuencias que se mantienen:
4
vuelos semanales de Latam Perú, 3 de Latam Chile y 3 de Latam Brasil, que
hacían la ruta Guarulhos-Mendoza-Santiago.
La provincia
tuvo en alta temporada hasta cuatro vuelos diarios Mendoza- Santiago de Chile, que con las
salidas directas a Lima y San Pablo y Buenos Aires posibilitaron que los
habitantes de Cuyo puedan viajar a los principales destinos internacionales con
tarifas más económicas que saliendo desde Ezeiza.
La
compañía aérea nacida en Chile ha sido un duro competidor para Aerolíneas
Argentinas en la región oeste del país.
En
2018, la gran demanda de vuelos internacionales que se vendían en Mendoza llevó
a la compañía a abrir una segunda sucursal en el centro comercial Palmares, en
Godoy Cruz.
También, a lo
largo de tres décadas, había conseguido fidelidad con el viajero de negocios
que valoraba su puntualidad y cumplimiento.
La
decisión era una de las alternativas que manejaba el management de la empresa
de origen chileno.
Había
varias opciones , como bajar la operación de 12 a 4 aviones para mantener unos
pocos destinos y no desarmar la empresa.
Pero
no hubo caso, los números rojos de los últimos años, la regulación que siempre los discriminó frente a Aerolíneas Argentinas
,
la
histórica pelea con los gremios , que sólo en los últimos tiempos bajó la
intensidad con la formación de sindicatos de empresa,
y
claro, la paralización de la actividad por la crisis del coronavirus fue un
costo demasiado alto para la empresa.
Vendrá
ahora un proceso para desarmar la sociedad Lan Argentina S.A. que
comercialmente se conoce como Latam Argentina.
Esa
compañía tiene 1715 empleados que quedarán sin trabajo.
Claro
que se mantendrá la operación internacional con las filiales chilena, peruana y
brasileña.
Pero
sólo se podrá utilizar la empresa para salir al exterior.
Ya no más vuelos
internos.
Pero
todo se precipitó en las últimas semanas .
Los
pasos de Latam se convirtieron en tema nacional en varios países.
Pero en la
Argentina, jamás tuvieron un interlocutor válido dentro del Gobierno .
Mientras,
en Estados Unidos, la corporación se presentó en el llamado capítulo 11 de la
ley de bancarrotas americana.
Se
abrió allá una suerte de concurso preventivo.
Pero
fuera de aquel paraguas protector del proceso quedaron las filiales en la
Argentina, Paraguay y Brasil.
Las
posibilidades de acudir a la casa matriz a buscar asistencia financiera se
estrecharon.
Mientras,
en la alta dirección de la empresa, se repasaban los números de las filiales.
A
contramano de lo que se dijo durante los años de la presidencia de Mauricio
Macri -que el ex CEO Gustavo Lopetegui iba a favorecer la empresa-, Latam
mostró sus peores números de su corta historia en el país.
Según
el balance del año pasado, público y accesible por estar presentado en todos
los mercados donde cotiza -puntualmente en la página 209-, perdió US$133,4
millones , algo por encima de los US$132 millones del rojo de 2018.
Mientras, en
Brasil, ganó US$185,7 millones en 2019, y US$356 millones , el año anterior.
No
hay que pensar demasiado para intuir cuál será la prioridad a la hora de
socorrer en esta emergencia.
De
hecho, los planes en Brasil son expansivos.
Ayer
anunció un acuerdo de código compartido con Azul que incluirá inicialmente 50
rutas nacionales, que no se superponen, hacia y desde las ciudades de Brasilia,
Belo Horizonte, Recife, Porto Alegre, Curitiba, Campinas y Sao Paulo.
La
empresa ingresó al país en 2005, cuando derrapó el proceso de crear la primer
aerolínea estatal Líneas Aéreas Federales (Lafsa).
Entonces,
se conoció que aquella empresa que manejaba el secretario de Transporte, Ricardo Jaime , y que volaba mediante
un acuerdo con Southern Winds, había
transportado cocaína en un vuelo regular a Madrid.
La
crisis se instaló en aquel experimento y, ante la posibilidad de un monopolio
de Aerolíneas Argentinas, autorizó la entrada de Lan Airlines.
En
un proceso muy rápido, se formó Lan Argentina, la filial local que llegó a
tener 12 aviones y alrededor de 18% del mercado.
Con la llegada
del Estado al manejo de Aerolíneas, la operación se complejizó aún más.
La confusión del
Estado como operador comercial, regulador y contralor generaron un entramado
que jamás pudo superar la empresa.
A
esto se sumó la complejidad de gremios con reclamos que a una empresa comercial
le costó poder cumplir.
La
figura que reflejaba el espejo de la línea aérea estatal era difícil de
replicar en otras empresas.
No es para
menos, la compañía que maneja actualmente Pablo Ceriani llegó a recibir casi
US$900 millones por año para subsidiar la operación.
En
los últimos tiempos, los ejecutivos de la empresa intentaron generar un diálogo
más fluido con el Gobierno.
Primero
se anunció un recorte salarial de un máximo de 50% de los sueldos de los
empleados de la línea aérea, mientras dure la emergencia por la pandemia.
En todo el mundo
le aprobaron el plan de crisis.
Pero
en la Argentina fueron intimados por el ministro de Trabajo, Claudio Moroni , a
pagar el 100% del sueldo .
Ahora
ya no habrá más Latam Argentina.
La
compañía va a abrir un proceso preventivo de crisis para terminar la relación
laboral con los empleados de la empresa.
También
necesitará una autorización del Ministerio de Trabajo.
Finalmente, el
sueño monopólico de Aerolíneas Argentinas estará mucho más cerca.
Apenas
le quedan en el camino Flybondi y JetSmart , dos low cost que seguramente
captarán algo más de cuota de mercado.
Austral
desaparecerá en pocos meses cuando sea absorbida por su hermana mayor, y Andes,
posiblemente, no vuelva a volar cuando pase la pandemia.
Pero
cuando los 12 aviones de Latam se retiren, quedará en sus manos, al menos, el
80% del mercado.
El
cielo será más celeste y blanco que nunca.
Fuente:
La Nación
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