El nuevo régimen
que se apoderó de la Argentina
El
editorial de Pablo Rossi en Radio Mitre advierte la instauración de una
‘ineptocracia’ política, económica y sanitaria en la Argentina.
La
ineptocracia argentina es cada vez más preocupante y desopilante en todos los
órdenes.
Nos
ensañamos en no darnos paz a nosotros mismos porque no tenemos orden ni
organización viable.
No tenemos
moneda, tenemos una economía en ruinas y un Estado quebrado.
Ahora
también un sector privado asfixiado.
Y
una clase política, burocrática que no ha manejado ni un kiosco en su vida.
Con
mucha displicencia, la dirigencia -empezando
por el presidente de la Nación- plantea que ya habrá tiempo para
recuperar la economía.
Todos
los días vemos cómo emblemáticos comercios y empresas de la Argentina cierran
sus persianas para siempre.
¿Cómo
explicarle a una familia emprendedora que le ha dedicado décadas a un comercio
que ya va a haber tiempo para recuperar la economía?
Se
ofendieron cuando un grupo de intelectuales habló de “infectadura”.
Sin
embargo, el contexto es peor: nos
rige una ineptocracia monumental en todos los órdenes y los planos.
Desde
un ministro de Economía que dice que la soberanía monetaria se logra teniendo
una moneda confiable.
¿A
este muchacho lo trajeron de Washington?
Dice
que la sociedad en su conjunto debe construir la confiabilidad de la moneda.
No
nos estafe intelectualmente, ministro.
Los
que tienen el poder de manipular la unidad monetaria nacional son ustedes, los
gobiernos.
Los
que imponen un cepo.
Los
que devalúan.
Los
que estafan al ahorrista.
El
Estado estafa al ahorrista porque maneja la moneda sin ninguna autarquía del
Banco Central.
No
existe autonomía ni independencia ni la entidad bancaria está para cuidar el
valor de la moneda como pregona su carta orgánica.
Cual
autómatas, le ponen la palabra soberanía a cuanta estupidez quieran decir: ‘soberanía
energética’, ‘soberanía alimentaria’, ‘soberanía
monetaria’, ‘soberanía política’.
Una
cantidad de soberanas estupideces por doquier.
Ahora
vamos hacia la salvación nacional con una cuarentena estrictísima.
¿Dónde
la van a hacer cumplir?
¿Qué
hicieron en 100 días?
Esta
es la pregunta más elemental que recorre a la ciudadanía.
No
hay que ser ni infectólogo ni epidemiólogo ni periodista para plantear esa
incógnita.
Es complicado
escuchar que un presidente, herido en su narcisismo, arremete contra un juez de
otro poder de la Nación y de otra jurisdicción.
Esta
vez, parece que le tocó al contenedor histórico de los embates kirchneristas
contra el campo.
Mientras
tanto, la señora debe estar disfrutando...
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