Meditación
en estos 100 dias de cuarentena...
La
luz vino al mundo, pero el hombre prefirió las tinieblas porque la luz le mostraba
lo que no quería ver y estaba tan acostumbrado a las tinieblas que prefería la
oscuridad.
Hasta
que comprendió que estaba sólo y necesitaba de su hermano, del otro.
El
yo y el otro.
La
alteridad que perfecciona al hombre, que sin el otro no es nada.
El
ser termina de constituirse en la alteridad.
Y
pasa el tiempo y en esa búsqueda se va la vida.
Es
posible que en algún momento se logre encontrarla, la felicidad de estar
completo con la otra mitad de nosotros.
Se
produce el rescate, el rescate del hombre, el rescate del ser, con todo lo que
es, con lo que ha sido y con lo que será.
Y ese encuentro ensombrece, empequeñece todo lo
demás.
Las
cosas deseadas, las pequeñeces a las que nos aferramos, la avaricia de las
cosas materiales, la orfandad de lo mezquino y la reyerta, el rencor y la
violencia hacia sí mismo y hacia el otro, pierden sentido.
Las
cosas queridas se desvanecen como por arte de magia.
Ante
la felicidad del encuentro todo lo demás pasa a segundo plano y deja de tener
interés.
El
hombre ha sido rescatado.
Estaba
en las tinieblas y volvió a la luz
Estaba
perdido y encontró el camino
Elias
D. Galati.
No hay comentarios:
Publicar un comentario