Puedes, si quieres, enviármelo de vuelta.
Te
reirás cuando veas el mensaje de respuesta.
Nunca
cambiaría a mis increíbles amigos, mi maravillosa vida, mi amada familia, por
menos canas o un vientre más plano.
A
medida que crecía me volví más amable y menos crítico conmigo mismo.
Me
convertí en mi propio amigo ...
No
me culpo por comer galletas adicionales, o por no hacer mi cama, o por comprar
algo tonto que no necesitaba.
Tengo
derecho a ser desordenado o extravagante.
Vi
a muchos queridos amigos abandonar este mundo demasiado pronto, antes de darme
cuenta de la gran libertad que conlleva el envejecimiento.
¿Quién
me culpará, si decido leer o jugar en mi computadora hasta las cuatro en punto
y dormir hasta el mediodía?
¿Quién
me hará feliz de quedarme en la cama o frente al televisor, todo el tiempo que
quiera?
Bailaré
con esos éxitos maravillosos de los años 70 y 80, si al mismo tiempo deseo
llorar por un amor perdido.. pues voy y lloro...
Si
quiero, caminaré por la playa en pantalones cortos demasiado estirados sobre un
cuerpo en descomposición y me sumergiré en las olas con abandono, a pesar de
las miradas penalizadas de otros de la jet set_. También envejecerán.
Sé
que a veces me olvido, pero hay algunas cosas en la vida que incluso deberían
olvidarse.
Recuerdo
las cosas importantes.
Por
supuesto, a lo largo de los años mi corazón se ha roto.
Los
corazones rotos nos dan fuerza, comprensión y compasión.
Un
corazón que nunca ha sufrido es inmaculado y estéril, y nunca conocerá la
alegría de ser imperfecto.
Tengo
la suerte de haber vivido lo suficiente como para tener mi cabello gris y mi
risa juvenil grabada para siempre en profundos surcos de mi cara.
Muchos
nunca se rieron, muchos murieron antes de que su cabello se volviera plateado.
A
medida que se envejece, es más fácil ser positivo. Te importa menos lo que
piensan los demás.
Ya
no me cuestiono.
Me
gané el derecho de estar equivocado.
Entonces,
para responder a tu pregunta:
Me
gusta ser viejo. Me gusta la persona en la que me convertí.
No
viviré para siempre, pero mientras esté aquí, no perderé el tiempo lamentando
lo que pudo haber sido o preocupándome por lo que será.
Y
si tengo ganas, comeré postre todos los días.
¿Lo
tienes?
¡Que
nuestra amistad nunca se separe, porque es del corazón!
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