"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

miércoles, 17 de febrero de 2010

La izquierda no es creible ni confiable...

Las promesas de Mujica, como las del castrochavismo, NO poseen ni merecen credibilidad ni confiabilidad...

Sincero es quien se expresa con veracidad y sin doblez, mientras que hipócrita es aquél que finge ser lo que no es, el que representa lo que no piensa ni siente.

En los voceros de la izquierda observamos un discurso que pretende aparentar moderación y fingir espíritu democrático. Ocultan permanentemente su verdadera identidad ideológica y todo lo que de ella se deriva. Son maestros de la mentira. En boca de los marxistas hasta la misma verdad se transforma en mentira.

La razón de la simulación estriba en que, cuando el marxismo se muestra tal cual es, con toda su perversidad intrínseca al descubierto, la opinión pública lo rechaza automática y categóricamente. Tanto la injusticia de su doctrina antinatural como la brutalidad de sus métodos han merecido siempre la más severa condena. En diversas partes del mundo, han logrado dominar territorios y someter tiránicamente a millones de almas pero nunca han podido convencer a la mayoría de las personas.

Cada vez que la radicalización de la izquierda ha sido prematura o excesiva, surgieron resistencias que terminaron frustrando su avance y consolidación. Para evitar el rechazo que despierta, la izquierda se esfuerza en aparentar lo que no es. Simula sistemáticamente para postergar, diluir o impedir la reacción que provocan sus procedimientos y sus fines últimos cuando ellos son percibidos con claridad.

Los exponentes de izquierda han aprendido de Maquiavelo que “la hipocresía es condición indispensable del poder” y que “el Príncipe debe dominar el arte de su uso”. Aplican aquel consejo dado al "Príncipe": "es de gran importancia disfrazar las propias inclinaciones y desempeñar bien el papel del hipócrita".

La mentira es consustancial a la izquierda

En ese marco, se entiende que la mentira sea arma principalísima en la propaganda izquierdista y, por ello, mentir ha sido y es una constante omnipresente en los discursos de las más destacadas figuras de la izquierda en todas partes. Los vemos prometer, demagógicamente, paraísos terrenales y terminan imponiendo infiernos repletos de opresión y miseria de los cuales casi nunca se termina de salir.

Así ha sido desde 1917, en la ex URSS, hasta los anuncios de Fidel Castro, al inicio de su mayor protagonismo (1959-1961) de convocar a elecciones y respetar derechos y libertades; pasando por los juramentos de Chávez, antes de las elecciones en las que se postuló, por primera vez, a la presidencia de Venezuela, de respetar el derecho de propiedad y garantizar la inversión extranjera, para llegar ahora a la invitación formulada por Mujica a los inversores para que confíen en el gobierno de la coalición de izquierda.

La mentira es consustancial al marxismo.
Revel es muy elocuente al describirlo así: “Un carácter sorprendente del comunismo es haber realizado punto por punto durante sesenta años exactamente lo contrario de lo que anunciaba y pretendía hacer. Ésa es la esencia del leninismo. Lenin proclama el poder de los consejos obreros (los soviets) e introduce el partido único, monstruo político del cual es el indiscutible inventor. Afirmaba respetar la voluntad de «las masas» y la democracia, pero disuelve mediante un golpe de estado la asamblea constituyente, en enero de 1918, porque las masas no eligieron más que una cuarta parte de los diputados bolcheviques. Habla en nombre del pueblo y hace que se dispare contra él.
En nombre de la libertad crea la Checa, antepasado de la KGB. De hecho el terror y los campos de concentración comienzan con Lenin. Más tarde Stalin no hizo más que sistematizar las técnicas del maestro. Predica el desarme y se lanza a la carrera de armamentos. Estigmatiza al imperialismo... y él comienza la constitución por la violencia pura del último imperio colonial moderno: el imperio soviético".

Veamos, también, resultados concretos de esas promesas en la realidad cubana y venezolana. En el caso del sanguinario dictador vitalicio de Cuba, todas las promesas fueron traicionadas: en los hechos, nada de elecciones libres, abundaron paredones de fusilamientos y se violaron sistemáticamente todos y cada uno de los derechos fundamentales hasta el día de hoy. Cuba terminó transformada en una gran cárcel y cada habitante es prisionero del dios-Estado-gobierno de partido único.

Chávez también juró respetar la propiedad privada y luego...

En el caso de las promesas de Chávez, el otro déspota inescrupuloso con maquillaje democrático, los peores resultados están a la vista. En vez de cumplir lo prometido en cuanto respetar el derecho de propiedad y asegurar la inversión extranjera en todas las áreas, viene llevando adelante, a sangre y fuego, una serie de expropiaciones y confiscaciones brutales.

Acabo de recibir un video conteniendo las declaraciones formuladas por Chávez poco antes de aquellas primeras elecciones. En ellas asegura que entregará el gobierno al cumplirse los cinco años de su período y que los medios de comunicación deben ser privados (al Estado -dice- le basta con uno) y proclama que esos medios privados gozarán de todas las garantías. Ya sabemos que todas esas promesas terminaron en el basurero. En vez de entregar el gobierno, se va perpetuando, en vez de respetar a los medios de comunicación, los clausura y lo que sí asegura a todo opositor es cárcel, exilio o muerte.

Quien todavía tenga alguna duda, puede preguntarle a los empresarios venezolanos, hoy víctimas de confiscaciones y humillaciones de todo tipo, en qué quedaron las promesas de ser respetados cuando también ellos confiaron y aplaudieron.

En general, se entiende que la vida del personaje es la que da fe de sus palabras y que son los hechos concretos los que contribuyen a otorgarle credibilidad. Pues bien, la vida y los hechos de Mujica no le hacen merecedor ni de credibilidad ni de confiabilidad. El que fue líder del terrorismo guerrillero, el mismo que comandó una organización para secuestrar empresarios y asesinar a civiles y uniformados, ahora -travestido o metamorfoseado- también promete que respetará derechos y libertades y que garantiza la inversión privada, que no habrá expropiaciones ni impuestos excesivos.

¿Alguien bien informado puede creer en la sinceridad de Mujica cuando hace estas aseveraciones? Frágil memoria la de algunos empresarios. Y no lo digo pensando únicamente en el pasado sanguinario, repleto de secuestros, robos y homicidios, sino que estoy pensando en lo dicho por Mujica hace muy poco tiempo: arrasar la propiedad de la tierra y suprimir la herencia. Para él y los suyos, la tierra no debe ser "un bien transferible", ni "una propiedad", sino "un bien de uso". El Estado debe ser su "arrendador"

¿Cómo puede entenderse que la prensa y su legión de papagayos rojos presente a Mujica como genio inventor de la pólvora porque reconoce que la pobreza y el desempleo es derrotada con inversión?

En medio de tanta mentira, hay algo cierto y es la condición de “aliados” que determinados empresarios tienen (al menos por ahora) para con Mujica. Sin esa “alianza incondicional” de personas como López Mena, la izquierda nunca hubiese alcanzado los logros que hoy detenta.

Es sabido que la meta de Mujica es adormecer toda eventual resistencia. Para ello evita “asustar a los burgueses” y hace pensar que, en esta etapa, no liquidará a la empresa privada sino que apenas la "ordeñará"

Simbiosis sindicatos-gobierno

Habría que agregar mucho más a lo dicho. Pero, permítaseme un último ingrediente: el poder artificial de los sindicatos que, aliado del propio gobierno izquierdista, termina sovietizando la empresa.

Recuérdese que hasta el bueno de Astori, el hombre sedante o somnífero, cuando tuvo que definirse por el tema de las ocupaciones de empresas, lo hizo en los peores términos, respaldando al entonces ministro Eduardo Bonomi y dándole “todo su apoyo” a este “compañero” muy cercano a Mujica y a su “orga”, además de próximo superministro.

Los empresarios (genuinos o ficticios) que aplaudieron a Mujica, deberían saber que bajo estos gobiernos de izquierda, quien manda realmente en cada empresa es el sindicato (o mejor dicho, los miembros de la cúpula sindical coordinados con agentes gubernamentales) y que el propietario suele ser un siervo de la patota sindical. Si el empresario quiere modificar algo, tomar, promover o despedir empleados, requerirá la bendición de los sindicalistas.

¡¿Uniformados también aplaudirán a sus verdugos?!

Es previsible que la maniobra para conquistar empresarios y transformarlos en “aliados incondicionales” tenga muy pronto otro complemento deplorable y repugnante: será captar la simpatía de militares y policías. Confieso que desearía equivocarme pero me parece que así como los empresarios (considerados ayer objetivos militares a ser muertos o secuestrados por la guerrilla) hoy lo aplauden, la maquinaria de propaganda izquierdista logrará pronto que no pocos uniformados también lo aplaudan. Para ello, bastará con un puñado de elogios, algunos aumentos en las retribuciones, mejorar condiciones presupuestales, digitar bien ascensos, viajes, misiones y nuevos cargos, etc. Así los mismos uniformes que fueron blanco preferido de la metralla asesina, cobarde y traicionera, se pondrán de pie para aplaudir a su verdugo. Quiera Dios que no tengamos que ver eso.

Ante las promesas de Mujica todos aplauden. Hasta los más derechistas(?) dirigentes de la oposición(?).
Aplauden como ya lo hicieron antes de las elecciones por no saber ni querer marcar diferencias claras de fondo y alertar a la población frente a la prédica y a los métodos nocivos de la izquierda.

Es inadmisible que tales dirigentes halaguen públicamente a alguien como Mujica. Pisotean así, una ética sin la cual no vale la pena la vida política ni la propia existencia humana.

Con una oposición como esta, cada vez resulta más fácil para la izquierda consolidarse y perpetuarse. Si el común de las personas de bien no obliga a los políticos a cambiar de actitud, la izquierda se alza con la suma total de poder sin la menor oposición seria y efectiva. Ello posibilitará que se cometan los peores atropellos, como en Venezuela y Cuba, aunque, por ahora, la izquierda prefiera usar cosméticos de moderación y algunos edulcorantes para que el veneno ideológico sea bebido sin mayor rechazo inicial.

Una vez más, confirmamos: la izquierda logra avanzar, no tanto por su propio poderío, sino por la ceguera, la pseudo ingenuidad y la debilidad cómplice de quienes debieran combatirla con firmeza y no lo hacen.

Quienes califiquen de exagerada esta actitud de desconfianza, tienen, desde siempre, el agradecimiento de la izquierda. Pero, sepan también que son culpables de debilitar toda reacción capaz de enfrentar la embestida roja.

Desgraciadamente, el tiempo se encargará de continuar demostrando a los “ingenuos” en que tipo de abismos desembocan esas posiciones "moderadas" de la izquierda. Se confirmará que la moderación de hoy es meramente estratégica y que la agresividad -todavía oculta- crecerá sin límites, haciendo que los excesos excepcionales se conviertan, después, en regla general.-

Prof. Alexander TORRES MEGA - flashes@adinet.com.uy

Servicio de Difusión Selectiva de FLASHESCulturales
Prof. Alexander TORRES MEGA
Dir. Resp. de FLASHESCulturales
E mail: Flashes@adinet.com.uy

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