“Seré un mal dibujante, pero soy un buen demócrata” - Hermenegildo Sabat

Como sus dibujos, que desde hace treinta y siete años ilustran las páginas de Clarín , Hermenegildo Sábat insinúa más de lo que dice

Ayer se presentó el libro. Los originales se exhiben en Rosario desde el jueves.

Por GUIDO CARELLI LYNCH

Sin embargo, en la comodidad de su taller en Montserrat, Menchi –como todo el mundo lo conoce– acepta quebrar por un rato su mundo de puras imágenes.

“Mi trabajo es absolutamente periodístico, pero habida cuenta de que yo no uso palabras, me resulta difícil explicar con palabras por qué yo trabajo sin palabras”, dice minutos antes de presentar en el Hotel Panamericano su flamante libro Héroes de la Dependencia , que reúne 80 retratos –cabezas nomás, como las llama su autor– de personajes ignotos.

Pese a la tentación del espectador, que encuentra caras conocidas, ninguno de estos óleos pintados sobre telas de 50 por 60 centímetros retrata a un personaje famoso o poderoso, como los que dibuja para este diario.
Los originales se mostrarán a partir del jueves en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia de Rosario.

Los personajes poderosos son los mismos que muchas veces lo llaman para pedirle un original en el que aparecen caricaturizados.
El se las ve en figurillas para negarse y no desprenderse de un pedazo de su vida o de sus libros futuros.

- “Los políticos, en general, son vanidosos”, asegura.
Sin palabras, Menchi logró sortear varias veces la barrera de la censura durante los peores años de la dictadura.
Ahora se sorprende de su propia dureza en aquellos años; ahora que la década de 1970 vuelve a ser revisada y discutida.

- “Hay una cantidad de situaciones que siento que ya vivimos otras veces. Como una suerte de calesita que siempre pasa por los mismos lados”, dice, justo él, que odia repetirse.
Lleva un guardapolvo azul sobre su impecable traje, porque la suya –advierte– es una profesión sucia. Humilde al extremo, asegura que podrá ser un pésimo periodista y un peor dibujante.

- “Pero estoy seguro de que soy un buen demócrata”, subraya este acusado por la presidenta Cristina Fernández de enviar mensajes cuasi mafiosos.
Sobre ese episodio mantuvo siempre un prudente silencio, coherente con su trabajo. En cambio, se anima a contar su máximo anhelo y su temor más oscuro.
- “Tenemos que defender la libertad de expresión. Me gusta que se siga insistiendo en la democracia, a pesar de que haya mucha gente nostálgica de épocas nefastas”, señala.
Ellos –insiste sin nombrarlos– son los que quieren llevarnos a ver una película que tuvo mucho éxito y que fue la dictadura.
"Esa película duró ocho años”, recuerda.

¿Quiénes son estos héroes de la dependencia?

Podríamos ser todos o el propio Sábat, que –confiesa– tiene su “alma en relación de dependencia”

- “Estamos rodeados de personas con un heroísmo ignorado”, dice este héroe público.