No
llores por favor, quiero explicarte algunas cosas.
Tu
estas triste porque me he ido, y yo estoy feliz porque te conocí.
¿Cuántos
como yo mueren a diario sin haber conocido a alguien especial?
Los
animales a veces pasamos tanto tiempo solos a nuestra suerte!
Sólo
conocemos el frío, la sed, el peligro, el hambre.
Tenemos
que preocuparnos por como conseguiremos algo para comer y dónde pasaremos la
noche resguardados.
Vemos
muchas caras todos los días que pasan sin mirarnos, y a veces es mejor que ni
nos miren antes de que se den cuenta que estamos ahí y nos maltraten.
A
veces tenemos la enorme suerte que entre tantas personas pasa un ángel y nos
recoge.
A
veces los ángeles vienen en grupo y están organizados, a veces hay otros
ángeles lejos que mandan ayuda para nosotros.
Y
ahí todo cambia.
Si
hace falta nos llevan con otro tipo de ángeles que saben mucho y nos dan
remedios para que nos curemos. Eligen una palabra rara que la pronuncian cada
vez que nos ven, “nombre” creo que le dicen y ahí nos sentimos especiales,
dejamos de ser anónimos, de ser uno más de tantos.
Y
conocemos lo que es una casa!
¿Tienes
idea de lo importante que es eso para nosotros?
Ya
no tenemos que tener miedo nunca más, no más hambre ni frío ni dolor ni
peligro.
Si
te pudieras dar cuenta de lo felices que nos pone eso.
¡Para
nosotros cualquier casa es un palacio!
Ya
no nos preocupa si va a llover, si pasa un auto muy ligero o si alguien nos
hará daño.
Y
principalmente ya no estamos solos porque a ningún animal le gusta la soledad, ¿qué
más se puede pedir?
Se
que te entristece mi partida pero me tenía que ir ya.
Quiero
pedirte que no te culpes por nada, te escuché sollozar que tendrías que haber
hecho algo más por mí.
No
digas eso, ¡hiciste mucho por mí!
Sin
ti no hubiese conocido todo lo lindo que hoy me llevo conmigo.
Debes
saber que nosotros los animales vivimos el presente intensamente y que somos
muy sabios:
Disfrutamos
cada pequeña cosa de cada día y olvidamos lo malo del pasado rápidamente.
Nuestras
vidas empiezan cuando conocemos el amor, el mismo amor que tu me has dado, mi
ángel sin alas y de dos patas.
Debes
saber que aun cuando encuentras un animal que esta muy grave y que solo le
queda poco tiempo en este mundo, le prestas un servicio enorme al acompañarlo
en su transición final.
Como
te dije antes, a ninguno de nosotros nos gusta estar solos y menos cuando nos
damos cuenta que ya nos estamos por ir.
Quizás
para ti no sea importante, pero que uno de ustedes esté al lado nuestro
acariciándonos y sosteniendo nuestra patita nos ayuda a irnos en paz.
No
llores más por favor.
Yo
me voy feliz.
Me
llevo el recuerdo del nombre que me pusiste, del calor de tu hogar que durante
este tiempo se transformo en el mío.
Me
llevo el sonido de tu voz hablándome aunque no entendiese siempre lo que me
decías.
Me
llevo en el corazón cada caricia que me diste.
Todo
lo que hiciste por mí fue muy valioso y te lo agradezco infinitamente, no se
como decírtelo por que no hablo tu idioma pero seguramente en mis ojos has
visto mi gratitud.
Voy
a pedirte solo dos favores.
Lávate
la cara y empieza a sonreír.
Recuerda
lo lindo que hemos vivido juntos en este tiempo, recuerda las travesuras que
hacía para alegrarte.
Revive
como yo todo lo bueno de este tiempo compartido.
Y
no digas que ya no adoptarás otro animal por que has sufrido tanto con mi
partida.
Sin
ti no hubiese vivido lo lindo que viví.
¡Por
favor, no hagas eso!
Hay
tantos como yo esperando a alguien como tú.
Bríndales
lo que me has dado por favor, ellos lo necesitan al igual que yo lo necesité.
No te guardes el amor que tienes para dar por miedo a sufrir.
Sigue
mi consejo y atesora lo bueno que compartes con cada uno de nosotros
reconociendo que eres un ángel para nosotros los animales y que sin gente como
tú nuestras vidas serían más difíciles de lo que a veces son.
Sigue
con tu noble tarea que ahora me toca a mí ser tu ángel.
Te
estaré acompañando en tu camino y ayudándote a ayudar a otros como yo.
Hablaré
con otros animalitos que estén aquí conmigo, les contaré todo lo que has hecho
por mí y te señalaré y diré orgulloso “esa es mi familia”.
Mi
primera tarea ahora es ayudarte desde aquí a que no estés más triste.
Esta
noche cuando mires el cielo y veas una estrella parpadear quiero que sepas que
soy yo guiñándote un ojo, avisándote que llegué bien y diciéndote gracias por
el amor que me has dado.
Me
despido por ahora no diciéndote “adiós” sino HASTA LUEGO.
Hay
un cielo especial para gente como tú, el mismo cielo a donde vamos nosotros y
la vida nos premia volviéndonos a encontrar allí.
“¡Te
estaré esperando!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario