“La
sangre no nos condena a ser ni creer nada pero impone que ciertos asuntos no
puedan dejar de concernirnos" Lorenzo
Silva
El
jueves por la tarde miles de ciudadanos nos manifestamos ante el Palacio de
Justicia para reclamar a la Corte Suprema, al Consejo de la Magistratura y a
los jueces que asumieran ya mismo los roles que la Constitución respectivamente
les asigna y que dejen de ser cómplices y encubridores de la corrupción, cuando
no socios de la misma.
La
marcha se vio dificultada no sólo por la demoradas obras en curso, que
impidieron el uso de las plazas, sino
por un insólito vallado dispuesto, por pedido del siniestro Presidente de
nuestro tribunal supremo, que bloqueó prácticamente la calle Talcahuano, entre
Tucumán y Lavalle.
Minutos
antes de la hora fijada para el comienzo de la ceremonia, llegó desde Comodoro
Py la noticia de la confirmación, por parte de la Sala I de la Cámara Federal
de la prisión preventiva del eterno contador de los Kirchner, Víctor
Manzanares, y de la ratificación del Juez Claudio Bonadío al frente de la
investigación de la causa “Los Sauces”, que tan mala sangre genera en doña
Cristina y sus hijos.
Eduardo
Freiler, uno de sus integrantes, el ladrón auténtico, al menos tuvo la
¿decencia? de mantenerse leal al kircherismo votando en minoría en sentido
contrario.
De
todas maneras, y pese a que era previsible, el fallo trajo algún alivio al
ánimo de los presentes, una vez más de lamentablemente muy alto promedio de
edad.
¿Ignoran
los jóvenes que lo hacemos por ellos?
La
Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia se hizo presente e hizo
oír su reclamo en pos de justicia para los dos mil militares presos, mantenidos
en prisión por un Poder Judicial venal y vengativo que, para lograrlo, ha
violado todas las normas constitucionales.
Pese
a que lo hizo frente a importantes letrados y algún presidente de otras
sociedades de abogados, como el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos
Aires, ninguno de ellos se sumó al clamor…
Ignoro
si lo hicieron por falta de coraje o por verdadera adhesión a la política
caníbal que, al respecto, aún mantiene el Poder Ejecutivo, un importante grupo
de asesinos togados y, por supuesto, la Procuración General de la Nación, a
cargo de la inefable imputada Alejandra ¡Giles! Carbó.
Una prueba más
de la morosidad de la Justicia se dio ayer mismo, cuando el Tribunal Oral
Federal N° 1 debió absolver por prescripción a otro notorio delincuente, Amado
Guitarrita Boudou,
en la causa más insignificante de las varias que tiene en curso, la
falsificación de los documentos de un auto para estafar a su ex mujer.
Sigo
convencido que los inquilinos de Comodoro Py, en general, continuarán
olfateando el viento para ver qué novedades traen las elecciones legislativas
de octubre y, hasta conocer el resultado de las mismas, seguirán haciendo la
plancha.
Sin
embargo, espero que la multitud que tanto los convirtió blanco de sus duras
quejas el jueves los induzca a cambiar de actitud; si no lo hacen, habrá
llegado la hora de reclamar su inmediato desplazamiento.
Lo
haremos cuando, finalmente, el Consejo de la Magistratura se desprenda de uno
de sus miembros, el Senador por San Juan, Ruperto Godoy, un verdadero caradura
que ni siquiera es abogado.
Para que ningún
responsable de la podredumbre judicial se sienta tranquilo, iremos por más.
Pronto
no sólo repetiremos la del jueves sino que también nos manifestaremos ante el
Congreso, el gran aguantadero de
corruptos y delincuentes de toda laya, para exigir la modificación de los
códigos de procedimiento y la inmediata sanción de las leyes que se necesitan
para llevar adelante, con eficiencia y rapidez, las investigaciones sobre las
iniquidades cometidas durante tantos años, en especial la ley penal empresaria.
Se
lo debemos al 30% de nuestros conciudadanos que, después del período en que más
dinero ingresó a las arcas públicas en la historia, se debate entre la miseria
y la pobreza, carece de agua potable, de cloacas, de vivienda digna, de
educación y de salud.
Pero
hoy, como a todos los argentinos, el tema que más nos preocupa y debiera
ocuparnos es la verdadera tragedia en que el comunismo cubano y chino, el
imperialismo ruso, la teocracia iraní, la corrupción y el narcotráfico han
sumido a la ensangrentada y hambreada Venezuela.
Recordemos
que, sólo desde mi nota anterior, han muerto veinte jóvenes más, asesinados por
las fuerzas represivas de Nicolás Maduro.
El estruendoso
silencio de doña Cristina, que llegó a otorgar la máxima condecoración
argentina a este criminal, y de los organismos de falsos derechos
humanos locales frente a lo que allí sucede no hace más que confirmar que, para
todos ellos, los terroristas Perro Verbitsky y Jorge Taiana incluidos, los
genocidas sólo pueden serlo si no pertenecen a su bando ideológico; el último,
en delirio, no dudó en igualar las salvajadas de los rojo-rojillos, que matan
con real munición a opositores desarmados, con el desalojo judicial de la
planta de Pepsico, que dejó quince policías heridos y varios revoltosos
resfriados, producto de la mojadura con mangueras en pleno invierno.
No
debiera sorprendernos, porque ya pasó con Joseph Stalin, que se permitió
asesinar a más de veinte millones de sus compatriotas para sojuzgar
definitivamente a su pueblo mientras el mundo miraba para otro lado, y con
Fidel Castro y el Che Guevara, fusiladores compulsivos transformados en íconos
de las progresías mundiales.
Evidentemente,
Néstor Kirchner tuvo razón, cuando el desconcierto de Ramón Puerta llevó a éste
a preguntarle por qué se disfrazaba de zurdo…
La
respuesta fue contundente: “Ramón, la izquierda te da fueros”.
El
ridículo tirano caribeño terminó el viernes de ponerse a la democracia de
sombrero, después de la más que fraudulenta elección del domingo pasado, al
poner en posesión de sus cargos a los más de quinientos constituyentes que
reformarán el engendro del propio Hugo Chávez para convertir a su país en una
dictadura de partido único, como hicieron hace más de sesenta años los gerontes
cubanos que aún mantienen esclavizada a la población de la isla.
Me
pregunto si con Venezuela permitiremos que suceda lo mismo y, dentro de algunas
décadas, visitemos el país para ver in situ los logros de tales revoluciones imaginadas.
Tal
como sabíamos que ocurriría, los sistemas internacional y regional han
demostrado, y lo seguirán haciendo, su total incapacidad para poner fin al
drama humanitario que azota a ese país y avergüenza al mundo entero.
Por
ello, tampoco significará demasiado la exclusión o la suspensión de los
bolivarianos que los cancilleres del Mercosur resolverán seguramente hoy en San
Pablo.
Lo
mismo sucedió con las demoradas sanciones personales que los Estados Unidos
impusieron a los mayores personeros del régimen, acusados de narcotráfico, o
con la tibia condena que, muy tardíamente por cierto, expresó S.S. Francisco
esta semana respecto a la violación de los derechos humanos más elementales que
allí se practica.
Para
terminar, reitero: ¡iremos por más!.
El
que avisa no es traidor…
Bs.As.,
5 Ago 17
Enrique Guillermo
AVOGADRO
No hay comentarios:
Publicar un comentario