La
confirmación de la reunión secreta
El
fiscal Pollicita usará este nuevo dato para pedir la indagatoria de la ex
presidenta y de Timerman
Daniel
Santoro
AMIA
Caso
Nisman
La confirmación
de la negociación secreta de Timerman en Aleppo en sede judicial complica
sustancialmente la situación judicial y política del ex canciller y de la ex
presidenta Cristina Kirchner en la causa por encubrimiento que denunció Nisman
antes de morir en enero del 2015.
El
gobierno de Cristina había desmentido con descalificaciones personales una
primera información sobre la reunión revelada en el 2010 por el fallecido
periodista Pepe Eliaschev y había jurado a los familiares de los muertos en la
AMIA que no iba a abrir ninguna negociación sin consultarlos antes.
El testimonio de
Ahuad, junto a otras pruebas remitidas por las actuales autoridades de la
cancillería y colegas por el fiscal Pollicita, fortalecen cada vez más la
denuncia de Nisman en el sentido de que el pacto con Irán
tenía como objetivo principal levantar las alertas que pesaban sobre cinco
iraníes acusados de ser los autores intelectuales del atentado contra la AMIA
de 1994 cometido por un comando de la Jihad Islámica del Hezbollah del Líbano.
Hace unos meses atrás, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, descubrió que las alertas rojas de Interpol tienen, después
de la firma del pacto con Irán, una advertencia de que había una negociación en
marcha lo que flexibilizaba los controles migratorios sobre esos iraníeas.
Por
esa razón, el Gobierno aprobó el nombramiento del diplomático Leandro Despouy
en una oficina clave de Interpol y el fin de semana logró que se ratificaran
las alertas rojas contra los iraníes.
Ante este cúmulo
de datos, el fiscal Pollicita y su equipo siguen juntando pruebas para pedir a
fin de mes al juez Bonadio la indagatoria de Cristina, Timerman y el ex segundo
de la AFI, Juan Martín Mena, entre otros, por haber supuestamente
encubierto a los iraníes con la firma del memorándum que significó un giro de
180 grados en la política exterior argentina.
Hasta
ese momento y luego de una reunión de Cristina con el entonces presidente de
Venezuela, Hugo Chavéz, todos los presidentes desde Menem a la fecha habían
mantenido el nivel de las relaciones diplomáticas al de encargado de negocios
—el más bajo— hasta que Irán aceptara colaborar con la causa por el atentado de
la AMIA.
De
17 exhortos judiciales argentinos, Irán
solo había contestado uno para difamar a la Justicia argentina.
Ante
las sanciones de EE.UU. y Europa por su plan nuclear, Irán había comenzado de
la mano de Chávez una expansión comercial y política sobre América Latina, y el
conflicto con la Argentina era una traba para sus objetivos.
La revelación de
Eliaschev provocó una de las frecuentes y cínicas estrategias de desinformación
de Timerman
contra periodistas.
“Esto no fue
extraoficial, esa fue una información falsa, fue una operación que se hizo en
contra de mi viaje a Israel”, señaló en ese momento desde Ucrania, donde estaba
de visita oficial.
“Fue el
oportunismo de un pseudo periodista que no vaciló en decir cualquier cosa con
tal de ofenderme a mí”,
agregó
Timerman sin ponerse colorado.
Habló
desde Ucrania donde se encontraba participando de una conferencia sobre
seguridad nuclear a 25 años del catastrófico accidente de la central atómica de
Chernobyl, junto a la entonces presidenta de la Comisión Nacional de Energía
Atómica (CNEA) Norma Boero.
Antes
de hablar contra Eliaschev, Timerman insinuó a Boero que iba a incluir una
crítica a Israel y a EE.UU.
La
científica, conocida por su mesura y capacidad de negociación, le recordó a
Timerman que el programa nuclear argentino, al igual que el espacial, dependía
de equipamientos y repuestos que vendía EE.UU.
Ante
un razonamiento lógico, esta vez, Timerman se moderó.
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