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Caricatura de Alfredo Sabat

miércoles, 23 de agosto de 2017

Una prueba que derrumba la coartada de Cristina y su ex canciller

La confirmación de la reunión secreta
El fiscal Pollicita usará este nuevo dato para pedir la indagatoria de la ex presidenta y de Timerman

Daniel Santoro

AMIA
Caso Nisman

La confirmación de la negociación secreta de Timerman en Aleppo en sede judicial complica sustancialmente la situación judicial y política del ex canciller y de la ex presidenta Cristina Kirchner en la causa por encubrimiento que denunció Nisman antes de morir en enero del 2015.

El gobierno de Cristina había desmentido con descalificaciones personales una primera información sobre la reunión revelada en el 2010 por el fallecido periodista Pepe Eliaschev y había jurado a los familiares de los muertos en la AMIA que no iba a abrir ninguna negociación sin consultarlos antes.

El testimonio de Ahuad, junto a otras pruebas remitidas por las actuales autoridades de la cancillería y colegas por el fiscal Pollicita, fortalecen cada vez más la denuncia de Nisman en el sentido de que el pacto con Irán tenía como objetivo principal levantar las alertas que pesaban sobre cinco iraníes acusados de ser los autores intelectuales del atentado contra la AMIA de 1994 cometido por un comando de la Jihad Islámica del Hezbollah del Líbano. Hace unos meses atrás, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, descubrió que las alertas rojas de Interpol tienen, después de la firma del pacto con Irán, una advertencia de que había una negociación en marcha lo que flexibilizaba los controles migratorios sobre esos iraníeas.
Por esa razón, el Gobierno aprobó el nombramiento del diplomático Leandro Despouy en una oficina clave de Interpol y el fin de semana logró que se ratificaran las alertas rojas contra los iraníes.

Ante este cúmulo de datos, el fiscal Pollicita y su equipo siguen juntando pruebas para pedir a fin de mes al juez Bonadio la indagatoria de Cristina, Timerman y el ex segundo de la AFI, Juan Martín Mena, entre otros, por haber supuestamente encubierto a los iraníes con la firma del memorándum que significó un giro de 180 grados en la política exterior argentina.
Hasta ese momento y luego de una reunión de Cristina con el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chavéz, todos los presidentes desde Menem a la fecha habían mantenido el nivel de las relaciones diplomáticas al de encargado de negocios —el más bajo— hasta que Irán aceptara colaborar con la causa por el atentado de la AMIA.
De 17 exhortos judiciales argentinos, Irán solo había contestado uno para difamar a la Justicia argentina.
Ante las sanciones de EE.UU. y Europa por su plan nuclear, Irán había comenzado de la mano de Chávez una expansión comercial y política sobre América Latina, y el conflicto con la Argentina era una traba para sus objetivos.

La revelación de Eliaschev provocó una de las frecuentes y cínicas estrategias de desinformación de Timerman contra periodistas.
“Esto no fue extraoficial, esa fue una información falsa, fue una operación que se hizo en contra de mi viaje a Israel”, señaló en ese momento desde Ucrania, donde estaba de visita oficial.
“Fue el oportunismo de un pseudo periodista que no vaciló en decir cualquier cosa con tal de ofenderme a mí”,
agregó Timerman sin ponerse colorado.

Habló desde Ucrania donde se encontraba participando de una conferencia sobre seguridad nuclear a 25 años del catastrófico accidente de la central atómica de Chernobyl, junto a la entonces presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) Norma Boero.
Antes de hablar contra Eliaschev, Timerman insinuó a Boero que iba a incluir una crítica a Israel y a EE.UU.
La científica, conocida por su mesura y capacidad de negociación, le recordó a Timerman que el programa nuclear argentino, al igual que el espacial, dependía de equipamientos y repuestos que vendía EE.UU.

Ante un razonamiento lógico, esta vez, Timerman se moderó.

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