"Cuantas
veces a un envido con un cuatro dije ¡Quiero!...
y
otra vez me fui a baraja teniendo las treinta y tres" Celedonio
Flores.
Léase
como se quiera, el domingo pasado Esteban Bullrich y Gladys González, de
Cambiemos, casi dos desconocidos, dos "cuatro de copas" en la
política de la Provincia de Buenos Aires le ganaron nada menos que al mayor
cuco de la Argentina, Cristina Elisabet
Fernández quien, acompañada por el terrorista montonero Jorge Taiana,
obtuvo menos votos que Daniel Scioli o Anímal Fernández.
El
escrutinio oficial, que comenzó esta semana, carece de importancia pues se
trató sólo de primarias.
A
ese resultado de Cambiemos se sumó el triunfo en los bastiones opositores de
Córdoba, Entre Ríos, Santa Cruz y San Luis, y el empate en Santa Fe…
Este
dramático hecho que, con absoluta certeza, se consolidará el 22 de octubre en
las verdaderas elecciones de medio término, pero permite ya a nuestro país
volver a pensar en una agenda de futuro.
Uno de los
primeros efectos se percibe en los Tribunales Federales de Comodoro Py, con la
llegada de los efluvios de una nueva realidad a la extremadamente sensible
nariz de los magistrados.
Hasta
entonces, muchos habían esperado cobardemente antes de acelerar la marcha de
expedientes en los que se investiga la gigantesca corrupción del pasado
gobierno, ignorando el masivo reclamo que, en las marchas del 20 de junio y del
3 de agosto, les formuló la sociedad.
Pero
ahora, con el ladrón de Eduardo Freiler suspendido como miembro de la Cámara
Federal y varios más en capilla, la velocidad es otra y nada menos que Julio de
Vido irá a juicio oral a partir de septiembre; con este nuevo ritmo, las
probabilidades de que recalen en prisión grandes personajes del kirchnerismo
durante lo que resta de la campaña electoral se han incrementado
exponencialmente.
Espero que se
empiece a corregir, también, la situación que afecta a los dos mil presos
políticos, ancianos cuyas vidas se extinguen miserablemente en cárceles de todo
el país por falta de atención médica y la violación de todas las garantías
constitucionales.
Al
respecto, mi habitual indignación superó todo lo anterior cuando, el miércoles,
le fue concedida la prisión domiciliaria -aún no efectivizada- a Milagro Sala,
una mujer que llegó a constituir un estado mafioso dentro del Estado, procesada
ahora en muchas causas por corrupción, amenazas, defraudación al Estado,
lesiones, usurpación, etc..
Esta
"señora" no tiene la edad para acceder a ese beneficio y, además, es
obvio que puede poner en riesgo las investigaciones o fugarse, ya que su
organización -la Tupac Amaru- continúa siendo poderosa, pero la presión de los
organismos de derechos humanos tuertos, incluyendo los internacionales, parece
ser demasiada para los maleables integrantes de la Justicia argentina.
Y no pude menos
que indignarme porque, el mes pasado, al igual que había sucedido hace poco con
el Cnel. Hugo Delmé, de 83 años y con más de cuatrocientos militares, murió en
cautiverio el Tte. Coronel Julio César Meroi, imputado en la causa armada en
relación con el Operativo Independencia, mediante el cual y bajo un gobierno
constitucional, el Ejército combatió para impedir que el ERP declarara un
estado independiente; contemporáneamente, falleció su mujer.
Tres
días después, harta de un Tribunal compuesto por asesinos togados que nunca
había siquiera escuchado a su padre, su
hija Sandra se suicidó.
A
la luz de los dolorosos sucesos de Barcelona, una ciudad entrañable para todos
nosotros, resurgió una vieja polémica: la calificación de los terroristas en
función de su servicio a la "causa".
En
Cataluña, actuaron sin duda los malos, y merecieron la unánime condena social;
aquí, sin embargo, como se ve, a quienes intentaron asaltar el poder a sangre y
fuego en los 70's y que dejaron casi veinte mil víctimas civiles nunca
reconocidas, se los reivindica como "jóvenes idealistas" y aún hoy se
los premia con suculentas indemnizaciones, cargos y canonjías.
Volviendo
al título de esta nota, los ítems que debieran componer la agenda del futuro
los conocemos todos, pero es necesario enumerarlos para que los políticos de
todos los colores los incorporen a las suyas y los transformen en políticas de
estado.
La
conformación que tendrán las cámaras del Congreso a partir de diciembre, en las
cuales nadie dispondrá de mayorías propias, obligará a la permanente negociación,
una de las bases fundamentales de la democracia.
¿El Frente para
la Qué?,
mutado ahora en Unión Ciudadana, protagonista de la más cerril y cínica
oposición, quedará muy deshilachado y perderá peso, pero el justicialismo más
racional, en todas sus formas, ha probado en estos dos años ser capaz de
colaborar con la gobernabilidad.
Creo
que el primero en la lista de grandes temas tiene que ser la educación en todos
sus niveles, en especial el terciario, al cual me he referido en varias notas
anteriores con propuestas concretas (vgr:
http://egavogadro.blogspot.com.ar/2011/03/estupida-universidad.html).
Es
absurdo y suicida que sigamos enseñando con métodos del siglo XIX y maestros y
profesores del siglo XX en esta época, marcada por la informática, la
competitividad y el desarrollo de los servicios como industria; también lo es
que el Estado no intervenga para decidir qué carreras universitarias debe
privilegiar e incentivar para cubrir las necesidades de un país que pretende
reinsertarse en el mundo.
Pero
también deben formar parte de las prioridades las reformas tributaria y
laboral, la responsabilidad fiscal, el financiamiento de los partidos
políticos, la modificación del sistema electoral, el federalismo, la limitación
en los mandatos, la división de la Provincia de Buenos Aires, la modificación
en los códigos procesales penales, la composición del Consejo de la
Magistratura, la introducción del voto para los jueces de menor cuantía y los
jefes policiales de las pequeñas comunidades, la lucha contra el narcotráfico,
la renovación de las fuerzas armadas y la seguridad de nuestro territorio y sus
fronteras, la política migratoria, la responsabilidad penal empresaria, la
extinción del dominio en los casos de corrupción.
El
Gobierno, que hoy se encuentra en un inmejorable escenario político, debe
ponerse al hombro esa agenda, porque ella será la que determine el verdadero
cambio que la ciudadanía escogió hace dos años y, como se ve, pretende seguir
apoyando y eligiendo. Significa una enorme responsabilidad y un gigantesco
desafío para el Presidente Mauricio Macri, la Gobernadora María Eugenia Vidal y
todo el equipo que se encuentra en el puente de mando de esta complicada nave
que es nuestro impaciente y extraño país. Si consigue enmendar el rumbo de decadencia
e insignificancia que hemos mantenido férreamente durante tantas décadas, su
éxito será de y para todos, pero también nos pertenecerá el fracaso si no lo
logra.
Esa
responsabilidad es compartida con todos aquellos a los cuales el trabajo, el
ingenio o la mera suerte puso en condiciones de ocupar un lugar preponderante
en la sociedad, un rol del cual abdicaron también hace muchos años, cuanto
entregaron la administración de nuestro bien más preciado, la propia Argentina,
a verdaderos cafres.
Ahora
es el momento de apostar al futuro, invirtiendo para crear trabajo, para
producir y exportar y, con ello, devolver a la sociedad en su conjunto un
merecido bienestar.
Espero
que Dios recuerde que, alguna vez, fue argentino…
Bs.As.,
19 Ago 17
Enrique Guillermo
Avogadro
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