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Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 23 de julio de 2018

El Monte Saint Michel, historia y leyenda


"Maravilla del Occidente", el Mont-Saint-Michel se erige en el centro de una inmensa bahía invadida por las mayores mareas de Europa.

A petición del Arcángel Miguel, "jefe de las milicias celestiales" el obispo de Avranches, Saint Aubert, construyó y consagró una primera iglesia el 16 de octubre de 709. 
En el año 966, a petición del duque de Normandía una comunidad de benedictinos se establece en el peñón.
Durante ocho siglos no paran de construir, agrandar y embellecer su Abadía, hasta tal punto que en el siglo 13 se le asignará el nombre de "Maravilla".
Obra maestra de la Arquitectura de las Arquitecturas podríamos decir; permite al hombre del siglo XXI meditar en la cripta prerromana, admirar en ella la potencia y majestad del arte romano; dejarse llevar por la belleza de las partes góticas.

Este gran hogar espiritual e intelectual fue con Roma y Santiago de Compostela uno de los más importantes centros de peregrinación del Occidente medieval.
Desde hace cerca de mil años hombres, mujeres y niños vienen, por carreteras llamadas "caminos del Paraíso", a buscar ante el Arcángel del juicio, pesador de los almas, la seguridad de la eternidad.

Convertida en prisión durante la Revolución y el Imperio, el estado de la Abadía requerirá importantes trabajos de restauración a partir de finales del siglo XIX.
La celebración del milenio monástico en 1966 precedió la instalación de una comunidad religiosa en el antiguo hogar abacial perpetuando la primera vocación de este sitio: el REZO y la ACOGIDA.
En paralelo al desarrollo de la Abadía, un pueblo se organiza y prospera al pie de sus murallas: Pegado al lado sureste del peñón, tiene desde siempre una vocación comercial afirmada de restauración, hostelería y tiendas de recuerdos.

La Abadía

El Monte consagrado a San Miguel en 708, fue, con el Monte Gargan, en Italia del Sur, uno de los primeros lugares del culto del Arcángel San Miguel.
La Abadía ofrece un panorama completo de la arquitectura medieval:
De los siglos XI al XVI.

El Monte Tumba, así se le llamaba allá por el siglo IV, cuando el bosque de Scissy ocupaba toda la zona.
Aquél lugar ya era por aquél entonces un lugar de peregrinación y de ermitaños.
Cuenta la leyenda que San Auberto, que era obispo de Avranches, una ciudad cercana al Mont Saint Michel, recibió una noche la visita del Arcángel San Miguel, quien tocándole en la frente, le introdujo la idea de la construcción de una Abadía en aquel monte, dedicado a su nombre.

Corría el año 708.
Piedra a piedra, se levantó aquel inmenso Santuario sobre la roca, y en poco tiempo a su alrededor se fueron estableciendo los peregrinos, conformando la actual ciudadela que la rodea.
Sin embargo, apenas un año después, en el 709, un gran cataclismo hizo que el mar se adentrara en tierra e inundara toda la zona, dejando aislado el Mont Saint Michel.

Desde entonces, el monte se ha convertido en una auténtica fortaleza, pues ese fenómeno de las mareas se repite dos veces diariamente, dejando a la ciudadela y su Abadía unida a tierra solamente por su carretera.
Dicen que es tal la velocidad a la que suben las mareas, que el agua atraparía con facilidad a un caballo al galope…
Por eso, con cada subida del mar, las campanas del Monte, avisan con suficiente antelación, pues se ha convertido en casi una tradición o una curiosidad turística, el observar esa subida del mar a ras de orilla.

Muchas leyendas han corrido desde su construcción en el 708…
Desde aquel día en que supuestamente el mar atrapó en su huida a una mujer embarazada, y ésta reapareció andando por la orilla y con su niño en los brazos, cuando el mar volvió a apartarse.
Hasta los que creen tener visiones de enfrentamientos mitológicos sobre el propio monte entre las fuerzas del mal y el Arcángel San Miguel.


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