Por
Christian Sanz
No hacen
periodismo, solo operaciones de prensa.
Son
los mismos que aseguraron que Daniel Scioli le había ganado a Macri en 2015 y
que la "narco morsa" Aníbal era el flamante gobernador de Buenos
Aires.
Son los
mercenarios de C5N, a sueldo del operador todo terreno Cristóbal López, hoy
preso por birlarle al Estado una millonada de guita a través de la evasión de
impuestos.
Se
han cansado de defender la corrupción del kirchnerismo, principalmente los
desaguisados de su jefa, Cristina Kirchner,
a quien se la
presume como la verdadera dueña del canal.
No
dudaron en destrozar al periodismo honesto para lograr su objetivo.
Delincuentes
de la talla de Luis D'Elía, Amado Boudou, Aníbal Fernández, Ricardo Jaime,
Ricardo Echegaray, y otros,
han
encontrado oportuno cobijo mediático allí.
Cero periodismo.
Ahora,
en medio de las dificultades económicas que vive el país, han salido con los
tapones de punta para magnificar la situación, augurando nuevos
"2001" y otras catástrofes.
Por
caso, han sobregirado sus propios títulos y "graphs", planteando el
acabose del gobierno de Macri, llegando al extremo de asegurar que el
presidente se había ido en helicóptero de Casa de Gobierno, a efectos de lograr
una analogía visual con el derrotero vivido por Fernando De La Rúa.
Los caraduras de
C5N no pedirán disculpas por hacer "terrorismo mediático".
No
lo han hecho antes, menos lo harán ahora.
Persistirán como
cada día erosionando al macrismo y destrozando los principios básicos del
periodismo.
Sus
principales exponentes, Gustavo Sylvestre y Víctor Hugo Morales, se merecen
todos los galardones a ese respecto.
Son
los que están a la cabeza de la hija putez periodística de ese canal.
Ambos,
a pie juntillas, parecen adherir a la célebre máxima del poeta y novelista
español Roger Wolfe:
"Periodismo...
lanza la mierda y lávate las manos"
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