Por primera vez
se activarán de manera definitiva los Códigos de Luz del Alma.
Los
mismos que fueron desactivados hace miles de años.
Se
cumple así un requisito imprescindible para la llegada de la Nueva Tierra: el
ser humano, para ascender, tiene que estar completo.
Recuperaremos
de este modo lo que nos pertenece por derecho propio: el recuerdo de quiénes
somos y para qué hemos venido, así como las capacidades que nos son inherentes.
Pero una cosa es
recuperar y otra saber utilizar en este 11:11
Para
las personas que están despiertas, la recuperación de esos recuerdos y
capacidades puede representar una bendición.
Muchos
llevan años anhelándolo.
Sin
embargo, los que aún continúan anclados en la vieja energía pueden verse
inmersos de repente en un profundo caos interior.
Recuerdos
a los que no encuentran sentido y percepciones que no comprenden y que, además,
les asustan.
Será
necesario que, tras esa fecha, las personas que trabajan al servicio de la Luz
aúnen sus esfuerzos para ayudarlos a integrar el proceso.
11:11
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Cada
uno de nosotros debe prepararse previamente para ese momento, con estas
recomendaciones:
1.
Buscar la paz interior. Un momento de silencio al día para escuchar la voz del
corazón.
2.
Recibir conscientemente la luz del sol, con la intención de absorber su poder
sanador y elevador de frecuencias.
3.
Mantener el rumbo en la dirección indicada por la voz del corazón. Aquello que
somos se manifiesta en estos días más que nunca.
Caen
las vendas que nos cegaban, se derrumban barreras que nos limitaban. Por fin,
muchos de nosotros nos animamos a emprender aquello que vinimos a realizar
aquí, en esta dimensión.
4.
Practicar el desapego de viejos patrones limitantes.
Abandonar
los pensamientos, costumbres y reacciones que alimentan aún la antigua energía,
procurando transformarlos en luz por medio del amor.
5.
Fomentar el Amor en todas nuestras relaciones, las que más amamos y las que nos
conectan con el miedo.
Estas
últimas son las que más nos elevarán si somos capaces de bañarlas de amor y
aceptación.
6.
Recibir la energía de la Fuente en meditación. Su influencia en nuestros
cuerpos sutiles es inmensa.
Posee
un gran poder transmutado que nos libera y nos conecta.
7.
Sentirnos Uno. Practicar en nuestras visualizaciones la Unión con todo lo que
es y con todo lo que existe.
Cuando
llegue el momento recibiremos en nuestro interior una Gran Luz.
Esa
Luz trae los códigos de activación que necesitamos para recordar.
Son
códigos de una vibración muy alta.
Cuanto
más elevada sea la propia vibración durante ese día más armónica resultará la
entrada de la Luz y su anclaje en cada uno de nosotros.
Podemos
prepararnos pero, además, ese día debemos dedicarlo especialmente al cuidado de
la propia energía, al equilibrio interior, a mantener la vibración bien alta.
Actividades como meditar, pasear al sol o estar en contacto con la Naturaleza
son las más recomendables.
Hay
que evitar especialmente todo lo que nos desconecte de nuestra esencia.
Deberemos
alimentarnos con moderación, procurando no ingerir alimentos de baja vibración,
como la carne o los vegetales transgénicos, y realizar algún ejercicio físico
que nos ayude a activar el flujo sanguíneo, ya que los Códigos de Luz serán
transportados a través de la sangre, desde el corazón al resto de nuestro
organismo.
La
activación se estará produciendo durante todo el día, pero no percibiremos
completamente sus efectos hasta el día siguiente, después de haber dormido un
mínimo de seis horas.
A partir de la
mañana del 12 de noviembre muchas personas sentirán el profundo deseo de dar un
giro completo a sus vidas,
otros
emprenderán su camino con fuerzas renovadas y otros sentirán una gran confusión
interna.
Los
efectos variarán en función del grado de evolución de cada uno y de las
resistencias que esté oponiendo al proceso de cambio que todos estamos
experimentando.
El
objetivo de esta activación es acabar con las limitaciones que, desde el
interior de nosotros mismos, nos están impidiendo evolucionar o despertar.
No
se trata de una injerencia en el libre albedrío de los seres humanos.
Se
trata de eliminar una limitación que nos fue impuesta hace miles de años,
cuando algunos seres confusos decidieron interferir en nuestro proceso
evolutivo.
Detenernos a
explicar el cómo y el porqué de aquel suceso sería adentrarnos en la vieja
energía de separación y lucha, de la que ya nos estamos alejando.
Ya
no importa cómo, cuándo, dónde, quién o para qué. Dentro de poco estará
resuelto.
El
11 del 11 se producirá una gran activación, pero no será la última.
Grandes
acontecimientos nos esperan a la vuelta de la esquina.
Recibámoslos con
amor, libres de temores e inquietudes, porque llega el reino de la Luz a la
Tierra, y eso se merece una gran fiesta.
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